Gobierno Provisional de Augusto Barcia Trelles.        10 mayo 1936 – 13 mayo 1936.

ideas clave: Gobierno Barcia Trelles, Presidencia de la República de Manuel Azaña.

Augusto Barcia Trelles nació en Vegadeo en 1881. Era de Izquierda Republicana, y se le consideraba el segundo de Azaña. Había fundado el 11 de febrero de 1933 la Asociación de Amigos de la URSS. Fue Ministro de Estado en febrero de 1936, Presidente del Gobierno en mayo de 1936, Ministro de Estado en mayo de 1936, y Ministro de Gobernación en julio de 1936. Murió en Buenos Aires en 1961.

El Gobierno de Augusto Barcia Trelles fue el mismo que el de Azaña, con el único cambio, de Ministro de Gobernación, para el que fue nombrado Santiago Casares Quiroga.

Era un Gobierno Provisional en espera de que uno de los grupos parlamentarios grandes acordara hacerse cargo del Gobierno.

El 11 de mayo, Azaña pidió a Prieto que formara Gobierno. Prieto presentó un programa de orden público y de reformas políticas que no gustó a Largo Caballero. A Largo Caballero no le iba a gustar en adelante nada de Prieto, su rival en el PSOE. El PSOE, escindido interiormente, estaba incapacitándose a sí mismo para gobernar.

El 12 de mayo, Prieto propuso que el PSOE formara un equipo de Gobierno  republicano-socialista. Pero se encontró el boicot de Julio Álvarez del Vayo, un hombre de Largo Caballero, o tal vez comunista. Todos los Ministros de la lista eran republicanos.

Julio Álvarez del Vayo Olloqui, 1891-1975, era un abogado madrileño que había estudiado en Madrid, Zaragoza, Valladolid y el London School, y militó en principio en el PSOE. Era de ideas radicales y se marchó a Alemania para conocer a los radicales alemanes de Rosa Luxemburg, hasta que fue expulsado por activista político. Se ganaba la vida como corresponsal de prensa, y consiguió ser enviado a Nueva York. En los prolegómenos de la revolución rusa, en 1916 tuvo gran empeño en entrar en Rusia, y estuvo por Dinamarca, Alemania y Suiza, moviéndose en círculos comunistas leninistas. En 1922, pudo entrar por fin en la URSS, y desde allí hacía propaganda para que España ingresase en la Tercera Internacional Comunista. Abandonó la idea en 1925, y volvió al PSOE, naturalmente al lado del revolucionario Largo Caballero. Durante la República fue embajador en México, y logró ser designado embajador en Moscú, pero Azaña cayó en 1933 antes de que Del Vayo partiera a su destino. Trabajó para Largo Caballero en PSOE-UGT. En 1937 rompió con Largo Caballero y se puso del lado de Juan Negrín López, porque este defendía la resistencia en la guerra hasta el final, y luego apoyó el maquis contra la dictadura de Franco.

El candidato que parecía ideal era Indalecia Prieto. Juan Simeón Vidarte Franco-Romero, miembro destacado de la Ejecutiva del PSOE, sector centrista, dijo a Prieto que, de todas formas, iniciara un Gobierno, y le aseguró que Largo Caballero no se atrevería a votar en Cortes contra un Gobierno del PSOE. Pero Prieto no razonaba, y tras un “que se vaya Caballero a la mierda”, abandonó el proyecto de ser Presidente.

Indalecio Prieto se había obstinado en ser el líder del PSOE, y para ello cometió el error de radicalizarse, para atraer a algunos seguidores de Largo Caballero. Intentaba “centrar la República” porque tenía a Araquistáin y a Largo Caballero predicando la violencia obrera. No consiguió el apoyo de su propio partido, el PSOE. Prieto también apeló al sentido común en el PSOE, para que no iniciase revueltas y huelgas, y eso le costó su postergamiento en el partido.

Francisco Largo Caballero no quería que el PSOE participara en el Gobierno, porque creía que los socialistas llegarían pronto al poder, y él estaría llamado a ser el Jefe del Gobierno que impusiera el socialismo en España. Según Largo Caballero, el PSOE llegaría al poder por la vía constitucional, si era posible, o por la vía de la insurrección militar, si no le dejaban otro camino. No quería ser Presidente, ni quería que lo fuera Prieto.

Largo Caballero se había llegado a creer un enviado de Dios, un salvador de la patria que tenía la misión de traer el socialismo a España. Los comunistas le adularon llamándole “el Lenin español”, y a él le gustó este mote. Desde principios de marzo de 1936, los caballeristas dominaban la Agrupación socialista Madrileña, que era el núcleo central del PSOE. Y el 16 de marzo, Largo Caballero había sido elegido líder de la minoría parlamentaria del PSOE en las Cortes.

Indalecio Prieto entendía que la revolución socialista no podía ser impuesta por la fuerza. Decía que, en caso de intentarlo, los españoles reaccionarían apoyando al fascismo, y se produciría una contrarrevolución armada también entre los militares. Por tanto, la idea de Largo Caballero era absurda. Mientras se creaban las condiciones para acceder al socialismo, el PSOE debería apoyar a la República en una coalición republicano-socialista. Pero los socialistas de ese momento se estaban pasando al sector de Largo Caballero, y Prieto no tenía esperanzas de poder proseguir.

Azaña pensó en Prieto para Presidente. Ante el veto de Largo Caballero para que Prieto fuera Presidente del Gobierno, se buscó, como solución de emergencia a Santiago Casares Quiroga, en ese momento Ministro de Guerra.

Y Azaña acabó entregándole el poder a Santiago Casares Quiroga, un hombre de la confianza de Azaña, pero que no tenía suficiente altura intelectual y política como para gestionar los graves problemas de España en ese momento. Ganó el poder porque no estaba vetado por los demás grupos de izquierdas.

     PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA de Manuel Azaña.            11 de mayo 1936-3 de marzo de 1939.

Azaña propuso a Felipe Sánchez Román para Presidente de la República, pero éste se negó a firmar el manifiesto del Frente Popular, y las izquierdas le vetaron.

Entonces se propuso a Manuel Azaña para Presidente de la República. Azaña había pedido a Largo Caballero que contuviese a las masas, pero éste le dijo que sí, pero que sería por poco tiempo, pues las reformas debían ser inmediatas. Quizás por ello Azaña se sintió cansado, asumió la Presidencia de la República, y abandonó la Presidencia del Gobierno, que era mucho más comprometida.

Desde el punto de vista democrático liberal, la esperanza de evitar el caos era Manuel Azaña. Y el líder de Izquierda Republicana, Manuel Azaña, aceptó encerrarse en una “jaula de oro” en la Presidencia de la República, en el momento en que más necesaria era la inteligencia para resolver los problemas políticos de cada día. Era consciente de la anarquía política y de la necesidad de restablecer el orden público con medidas drásticas, pero no se sintió capaz de hacerlo, y huyó hacia la Presidencia de la República, un cargo anodino. Los socialistas y comunistas estaban encantados con esta patada hacia arriba que le daban a Azaña, pues el Gobierno caería en adelante previsiblemente en sus manos.

El 10 de mayo de 1936, se reunieron en el Palacio de Cristal del Retiro los Compromisarios elegidos en 26 de abril con el fin de elegir Presidente de la República. El único candidato era Azaña. Había muy poco que discutir. Había 874 compromisarios. 754 votaron por Azaña, y los de CEDA votaron en blanco. El 10 de Mayo Azaña fue elegido Presidente de la República con la oposición de toda el ala izquierda pesoísta o caballerista.

El hecho de que Azaña hubiese aceptado la Presidencia de la República, significaba que perdía el control de las fuerzas políticas en el Congreso de Diputados. Aceptó ser Presidente de la República y fue un error, pues al caer Niceto Alcalá-Zamora y retirarse Manuel Azaña del Parlamento, caía el equilibrio de fuerzas de derecha e izquierda.

El problema siguiente consistía entonces en encontrar un Jefe de Gobierno aceptable, cuando Largo Caballero, líder de los obreros, no quería serlo, y los obreros estaban presionando en la calle. La idea de colocar a Prieto, líder socialista, como Jefe de Gobierno contaba con la oposición de casi todos los pesoístas.

Santiago Casares Quiroga fue elegido como Presidente del Gobierno. Ello da pie a interpretar que los gobernantes pensaban en que podrían domar a los políticos desde el Gobierno, utilizando los recursos de la democracia y la Constitución, pero ello requería tomar muchas decisiones arriesgadas, y Casares Quiroga no era el hombre adecuado para enfrentarse a una derecha violenta, y una izquierda igualmente violenta. Tal vez Azaña podría haber dominado a la izquierda si hubiera tenido el apoyo del ejército, pero la idea del ejército no era continuar el sistema impuesto en 1931. El ejército quería una verdadera democracia liberal, los unos monárquica, y los otros republicana. Y una minoría del ejército, quería una dictadura militar anticomunista, idea que se hacía mayoritaria entre los africanistas.

Largo Caballero pensaba en una revolución que impusiera el socialismo de clase, y entregara el poder a los obreros, con él como dirigente revolucionario.

Besteiro, Miguel Maura, Sánchez Albornoz y Giménez Fernández, pensaban en reconstituir el centro político agrupando desde la derecha socialista de Besteiro, a la izquierda democristiana de Luis Lucia Lucia. No querían pactar con la derecha fascista, demasiado demagoga. Pero reconstituir lo que había sido imposible en los últimos 30 años, sin un programa convincente, era una misión improbable.

Diego Martínez Barrio no estaba a la altura como para ser Presidente del Gobierno, ni para detentar un cargo importante, sino que pensaba en el filibusterismo dentro de su propio partido, en derribar compañeros para ascender él. Consiguió subir de 35 a 42 diputados, y fue un referente en la derecha, pero no supo jugar el papel que debiera haber hecho la derecha. Diego Martínez Barrio, tenía formación autodidacta, lo que le dio ideas muy difusas, que le servían para estar a la contra de muchos, pero no para liderar nada importante. En su juventud fue anarquista, y luego se sumó a Lerroux porque le consideraba un buen antimonárquico. Luego asumió ideas republicanas de Pi y Margall, y además ingresó en 1908 en la masonería. En 1931, era Gran Maestre de la masonería y líder del Partido Radical Demócrata que había roto con Lerroux. Era un hombre influyente, pero con poco fondo político.

Post by Emilio Encinas

Emilio Encinas se licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca en 1972. Impartió clases en el IT Santo Domingo de El Ejido de Dalías el curso 1972-1973. Obtuvo la categoría de Profesor Agregado de Enseñanza Media en 1976. fue destinado al Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega en 1976-1979, y pasó al Instituto Santa Clara de Santander 1979-1992. Accedió a la condición de Catedrático de Geografía e Historia en 1992 y ejerció como tal en el Instituto Santa Clara hasta 2009. Fue Jefe de Departamento del Seminario de Geografía, Historia y Arte en 1998-2009.

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