LOS PARTIDOS POLÍTICOS ESPAÑOLES EN 1930.

Contenido esencial: las derechas en 1930, los socialistas en 1930, los anarquistas en 1930, los comunistas en 1930.

Las derechas en abril y mayo de 1930.

En 4 de abril de 1930, el periódico ABC publicaba que había una gran agitación social en toda España, que la juventud ya no era monárquica, y que la sociedad aceptaría lo desconocido, precisamente porque esperaban que fuera diferente. El periódico estaba describiendo bastante bien el ambiente político español. Faltaba decir, que lo desconocido era la República, de la que nadie sabía qué era, qué nuevos principios económicos y morales contendría, qué soluciones aportaría, qué personalidades la gestionarían, con qué recursos contaría, qué derechos priorizaría…

Ángel Ossorio Gallardo[1], abogado madrileño líder del maurismo, de ideología católica, monárquica y liberal conservadora, que desde 1928 había criticado a Primo de Rivera y a Alfonso XIII, decía que se estaban tambaleando a su alrededor los ideales sociales, económicos y morales, y que se entreveía a través de todo ello, pero de forma innegable y palpable, un movimiento republicano. Ossorio veía republicanismo dentro de los conventos, en las academias reales, y hasta debajo de las piedras. Sirvan de ilustración las anécdotas siguientes: cuando un torero le hacía una mala faena a un toro, las gradas le gritaban “monárquico” a modo de insulto. Una “reina de la belleza”, las cuales suelen decir generalidades populistas, dijo en su presentación que ella “era republicana”. Un portavoz de Lliga, partido de los empresarios catalanes, dijo que el 90% de sus militantes eran republicanos. Osorio Gallardo, un maurista, en 4 de mayo de 1930 pidió en Zaragoza la abdicación del Rey.

En la ultraderecha, en abril de 1930, José Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Rivera crearon Unión Monárquica Nacional UMN, un partido-coalición para hacer perdurar la monarquía en España. El Presidente era el multimillonario Rafael Benjumea Burín conde de Guadalhorce, y vocales eran: José Calvo Sotelo, Ramiro de Maeztu, y José Antonio Primo de Rivera. Defendían los valores de la Dictadura y querían una reforma de la Constitución en sentido autoritario, que favoreciera los Gobiernos de derechas. Eran simpatizantes de UMN: el Partido Nacionalista Español de Albiñana; el Partido Laborista de Eduardo Aunós; y Juventud Monárquica Independiente, de Eugenio Vegas Latapié. Fracasaron en abril de 1931. José Antonio Primo de Rivera no era monárquico, pero en 1933, pactó con José Calvo Sotelo que Falange no se opondría a la restauración de la monarquía, a cambio de una aportación mensual de Renovación Española a Falange. Rafael Benjumea se marchó a Argentina en 1931 y no volvió a España hasta 1947, pero su inmensa fortuna apoyó a todos los antirrepublicanos de esos años. Regresó a España en 1947 y fue Presidente de RENFE para Francisco Franco.

En la derecha, Alianza Republicana era una plataforma política originada en 11 de febrero de 1926 en la que se habían aliado las principales fuerzas republicanas del momento: Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, Partido Republicano Federal, Acción Republicana de Manuel Azaña, y Partit Republicá Catalá de Marcelino Domingo. Manuel Azaña era un republicano reformista, próximo al pensamiento liberal tradicional español. La Plataforma duró poco, y en 1929 la habían abandonado el Partido Republicano Radical y el Partido Republicano Federal, que estaba a punto de desaparecer. Alianza Republicana se diluyó en 1931 ahogada entre las fuerzas más revolucionarias y violentas de ese tiempo. El 13 de abril de 1930, Niceto Alcalá-Zamora Torres hizo un discurso en el Teatro Apolo de Valencia y se pronunció por “una República viable, gubernamental y conservadora, que pudiera atraer a la mesocracia y a la intelectualidad”. Y advirtió de que una República convulsiva, epiléptica y entusiasta, podría parecer ideal, pero fracasaría por falta de razón. Estaba profetizando lo que iba a ocurrir en 1931-1936. El discurso de Alcalá-Zamora levantó bastantes simpatías y, junto a Miguel Maura, fundaron el 13 de abril de 1930 Derecha Liberal Republicana.

Alcalá-Zamora y Miguel Maura constituían la derecha tradicional española, “católica de toda la vida”, la que siempre había sido monárquica y conservadora, pero ahora optaban por la República conservadora. La idea era una conjunción de la derecha con los socialistas PSOE, que habían mostrado su moderación frente a los comunistas, y se pusieron en contacto con Indalecio Prieto. Alcalá-Zamora mostraba cierto desconocimiento de lo que estaba ocurriendo en el PSOE, donde no triunfaba precisamente el moderantismo socialdemócrata o laborista, sino el socialismo de clase. La respuesta del PSOE fue lógica desde nuestro punto de vista actual: el PSOE no quiso la alianza, sino que les pidió que se afiliaran al PSOE, “pues todos buscaban lo mismo”.

Niceto Alcalá-Zamora Torres era un abogado cordobés, formado en Cabra y en la Universidad de Granada, con fuertes convicciones católicas. Se había mostrado liberal del grupo de Romanones en 1905, y de Canalejas en 1910, es decir de los partidarios de reformas en el catolicismo español. Pensar en la posibilidad de un acuerdo con un PSOE, que defendía un “socialismo de clase” para conquistar el poder para los obreros, era algo que no cuadraba desde nuestro punto de vista. Y si se pudiera producir tal acuerdo, sería táctico, para luego cada uno buscar sus propios fines traicionando el acuerdo. No obstante, Niceto Alcalá-Zamora mantuvo sus convicciones de poder acordar cosas con republicanos y socialistas, hasta 1936.

Las derechas republicanas trataban de tomar posiciones en la próxima República Española. Sabían que tenían la mayoría de los votos de los españoles. La cuestión era si las derechas sabían interpretar el papel que estaban jugando esos días los distintos grupos de izquierdas, y el papel que les era posible jugar a ellos.

El Partido Republicano Radical, conservador, cada vez más identificado con la persona de Lerroux, abandonó sus modos conservadores e hizo varios congresos de partido, y campañas de propaganda criticando duramente la dictadura, a fin de no dejarse quitar seguidores. Pero este populismo empezaba a resquebrajarse en 1929, y el PRR ya no era respetado por los demás “republicanos”. En 1929, del Partido Republicano Radical de Lerroux se escindió por su izquierda el Partido Republicano Radical Socialista, de Álvaro de Albornoz y Marcelino Domingo. Álvaro de Albornoz era un liberal democrático y social, pero todavía no había formulado los principios del liberalismo democrático y social.El nuevo partido se declaraba obrerista, anticlerical y laicista. Le disputaba los votos obreros a Lerroux.

División de la derecha a finales de 1930.

El sector derechista de la coalición republicana, no tenía mucha cohesión interna, ni entre ellos, ni con los demás miembros del Gobierno Provisional de la República:

Los liberales de Santiago Alba querían la reforma de la Constitución, cosa muy peligrosa en ese momento, pues se pediría seguramente la abdicación de Alfonso XIII.

Bugallal y Romanones querían restablecer el turno de partidos.

Los conservadores de Cambó querían un liderazgo único de derechas, y ser ellos los líderes.

Alfonso XIII sabía que la derecha, conservadores y liberales, era su único asidero, a pesar de haber “vendido” a Antonio Maura en su día. Y en 1930, el Rey fue a París a ver a Santiago Alba para ver qué se podía hacer. Alba le exigió la revisión constitucional y un Gobierno de centro izquierda compuesto por republicanos y socialistas. El Rey dijo que no podía acceder porque temía el final de la monarquía. La noticia de fracaso del Rey hizo que la peseta cayera en picado.

Y entonces aparecieron grupos de ultraderecha como Legionarios de España, dependiente del Partido Nacionalista Español.

En julio de 1930, Manuel Azaña y Álvaro Albornoz se pusieron al habla con los socialistas pero no fueron capaces de llegar a ningún acuerdo.

     El Comité para la Instauración de la República.

     El 14 de mayo de 1930, un grupo residual de Alianza Republicana, que era Acción Republicana de Manuel Azaña, y el nuevo Partido Republicano Radical Socialista de Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz, hicieron una nueva alianza, y crearon un Comité para la Instauración de la República en España. A esa idea se sumaron Organización Regional Gallega Autónoma, ORGA, de Santiago Casares Quiroga y Antonio Villar Ponte,  Unión Republicana Autonomista URA, de Valencia, de Sigfrido Blasco-Ibáñez y el Partido Republicano Radical de Lerroux (que era un partido conservador y oportunista, con muy poca teorización política).    De momento, eran un grupo insignificante, al que nadie podía augurar los buenos resultados que su iniciativa iba a tener de forma inmediata.

         Los socialistas en 1930.

El PSOE de 1930 predicaba un “socialismo de clase”, es decir, que los sindicatos accedieran al poder y pusieran en el Gobierno a los líderes socialistas, con el objetivo de acabar con los empresarios en general, terratenientes e industriales.

La utopía socialista “del socialismo de clase” predica que los trabajadores tomarán la dirección de sus propios destinos, como si fuera posible que los menos preparados pudieran hacerse cargo de cuestiones tan complejas como la iniciativa empresarial y el Estado. Evidentemente, alguien en ese modelo de Estado tomará las riendas, pero es previsible que no sean los obreros precisamente, sino clanes de intelectuales y líderes activistas obreros. E incluso es dudoso que se haga a favor de los obreros, pues la necesidad de asegurar la persistencia en el poder de los nuevos “gestores”, consumirá gran parte de los recursos nacionales.

En el socialismo de clase, las clases sociales no se abolen, sino se cambian: en vez de clases sociales por riqueza acumulada, se crean clases por grado de implicación en el proyecto socialista, y el progreso social es nulo. En Alemania se había desarrollado la socialdemocracia, y en Gran Bretaña el fabianismo había dado lugar al laborismo, socialismos mucho más modernos, integradores sociales, con visión general económica y social y de los intereses generales del colectivo estatal, pero en España se prefería el enfrentamiento de clases, con aniquilación de las clases no proletarias. Los países atrasados del Mediterráneo optaban por este nuevo modelo de Estado.

En abril de 1930, en la Casa del Pueblo de Madrid, nació Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra FNTT. Se trataba de una agrupación de campesinos de UGT en la que predominaban jornaleros de Extremadura y Andalucía. Su primer presidente fue Lucio Martínez Gil, un hombre del pacifista Julián Besteiro, pero como era previsible, FNTT evolucionó a la agresividad, y en 1934 fue liderada por Ricardo Zabalza Elorga, un hombre del populista Largo Caballero, y por Manuel Adame Misa, un obrero sevillano procedente del anarquismo, que en 1923 quería una CNT comunista y violenta contra las empresas de los burgueses, y en 1927 ingresó en el PCE, hasta que fue expulsado en 1932. Entonces, Adame ingresó en UGT y fue dirigente de FNTT. FNTT protagonizaría muchas huelgas y ocupaciones de fincas durante la República, y exigía, en nombre del PSOE, el fin del paro agrícola, el laboreo forzoso de la tierra, comités paritarios en el campo, y seguro de accidentes de trabajo. El programa era una utopía que les permitiría estar en pie de guerra todos los días, durante siglos si era preciso. Su periódico era “El Obrero y la Tierra”. En 1934 cambiaría de nombre para llamarse Federación Española de Trabajadores de la Tierra, FETT. Su mayor protagonismo político lo tuvo al organizar la huelga de junio de 1934, que dejó abierta la puerta a los anarquistas de octubre de 1934, y a partir de entonces perdió afiliados. Durante la guerra defendió la política de asentamientos campesinos en explotaciones colectivas regidas por sociedades obreras locales, que debían ser voluntarias, y no se distinguían mucho de los anarquistas.

El socialista Indalecio Prieto, el 25 de abril de 1930, propuso una insurrección contra la monarquía, una república que pidiera responsabilidades a la derecha. Era una declaración muy explícita de lo que el socialismo español pretendía en ese momento, la confrontación social. Y no sólo era Largo Caballero, el cual lo quería por la fuerza de las armas, sino también los dirigentes considerados más centrados, dentro del PSOE, como Indalecio Prieto, aceptaban la lucha de clases como estrategia.

         Los anarquistas en 1930.

En abril de 1930 fue legalizada CNT, y también su periódico Solidaridad Obrera. El grupo radical de “Los Solidarios”, decidió cambiar de nombre para llamarse “Nosotros”. Ángel Pestaña intentaba reorganizar CNT que había caído en manos de una Federación Nacional de Grupos Anarquistas, fundada en Valencia en 1927. Pestaña se reunió con estos anarquistas en Blanes el 17 y 18 de abril de 1930, y le autorizaron a restablecer CNT. En CNT predominaba la opinión violenta, de atracos a bancos, ataques a la propiedad, y lucha contra la Iglesia católica. Manuel Adame Misa, creó en Sevilla el Comité de Reconstrucción de CNT Revolucionaria, de tipo comunista libertario y violento. CNT era fuerte en Barcelona, Zaragoza y Sevilla-Cádiz-Málaga, con núcleos pequeños en Gijón, Vizcaya y Galicia.

La CNT estaba dividida entre los moderados y los violentos: entre los moderados, Joan Peiró Belis y Ángel Pestaña Núñez, eran partidarios de la lucha política y la moderación en las luchas sociales, y del “posibilismo” o entendimiento con otras fuerzas antimonárquicas. Pestaña fue evolucionando hacia el liberalismo, hasta el punto de que difícilmente se pueden encuadrar sus ideas como anarquistas al final de su vida.

Entre los violentos encontramos a Eusebi Carbó Carbó, partidario de la violencia comunista libertaria, y Manuel Buenacasa Tomeo partidario de la confrontación social, que crearon Federación Anarquista Ibérica, FAI, y trataban de arrastrar a CNT hacia la acción armada.

El Grupo “Nosotros”, quería llevar a CNT al terrorismo. Pero la mayoría moderada se impuso, y la CNT continuó en su línea tradicional no violenta.

     El PCE de los años treinta.

En 1930, los dirigentes del PCE eran los obreros José Bullejos Sánchez, Manuel Adame Misa (expulsado en 1932), Vicente Arroyo Pérez, José Silva Martínez y el profesor Gabriel León Trilla. Junto a ellos, y debido a la crisis interna del partido, aparecían jóvenes desorientados, inexpertos e ineficaces, pero muy violentos, como los andaluces José Díaz Ramos, Manuel Delicado Muñoz, Saturnino Barneto Atienza, Antonio Mije García y Roldán, y los vizcaínos Leandro Carro Hernáez, Jesús Larrañaga y Dolores Ibárruri.

La federación más importante del PCE era la catalano-balear y estaba dirigida, como siempre, por Gabriel Maurín, que poco más tarde, 1930, creó el Bloc Obrer i Camperol (Bloque Obrero y Campesino) BOC. Andrés Nin[2] por su parte, creó en mayo de 1931 Izquierda Comunista de España, más tarde redenominado «Oposición Comunista«, un grupo que pretendía ser trotskista.

En 1930, el PCE celebró en Bilbao una reunión que se conoce como “Conferencia de Pamplona” e hizo un análisis de la situación española muy particular y poco realista. Concluyó que lo que estaba en crisis en España no era la monarquía sino el capitalismo, y que lo que convenía hacer era estar preparados para un gobierno obrero. Seguían confundiendo su imaginación con la realidad, y carecían de análisis dialéctico de la realidad, sustituyéndola por consignas y arengas. El PCE aceptó el sindicalismo, pero no a UGT a la que se calificaba de “reformista”, así que se decidió infiltrarse en CNT y arrastrar a sus asociaciones a ideologías comunistas. Empezaron la experiencia de la infiltración los comunistas de Sevilla, Málaga y Almería, y crearon el Comité de Reconstrucción de la CNT, y una Unión Regional de Sindicatos de Andalucía, adherida a la Internacional Roja.

Por entonces, Dolores Ibárruri entró en el Comité Central del PCE como Secretaria Femenina. El comunismo tenía por entonces dos disidencias: la de Gabriel Maurín en Cataluña y Baleares, que insistía en poder criticar al Comité Central, y la de Andrés Nin, que también tenía ideología trotskista.

El 23 de agosto de 1930 apareció Mundo Obrero, el periódico del PCE. Sustituía a La Antorcha que se había editado en los años anteriores irregularmente. Lo dirigía Manuel Navarro Ballesteros. Sufriría durante la dictadura cierres y multas, y lo mismo le pasó durante la república, por lo que en 1933 se tiraba La Lucha, y en 1935 Pueblo, pero Mundo Obrero reapareció en 1936. Luego se editó en Toulousse en 1946, en París 1947, en Madrid clandestinamente en 1954 y se hizo legal en 1977.

Los comunistas eran conscientes de que la mitad del proletariado español, y la organización comunista más fuerte en cuanto a posibilidades de acción, pues tenían más dinero y estaban más politizados, radicaba en Cataluña.

En marzo de 1931, Gabriel Maurín propició la unión de Federación Comunista Catalano Balear con Partit Comunista Catalá, un partido de signo trotskista. De ahí nació Federación Comunista Ibérica, un nuevo intento de unir a los comunistas españoles y a las masas campesinas. Para ello, tenía necesidad de trabajar dentro de CNT, pues entre los campesinos había muchos anarquistas. Quería crear un Frente Único que le permitiera conquistar el poder. Maurín creó Oposición Sindical Revolucionaria, para atraerse a los anarquistas catalanes, pero no tuvo éxito entre los anarquistas. Lo volvió a intentar en 1933 con Alianza Obrera, una alianza entre los comunistas de Maurín y la sección catalana del PSOE que sumó a algunos de UGT, algunos de Unió Socialista de Catalunya, algunos de Izquierda Comunista, algunos anarquistas, y algunos de Unión Republicana. El éxito en Cataluña era evidente, pero en el resto de España, el proyecto de Maurín no cuajó. El PCE de Cataluña no aceptaba la colaboración con los anarquistas, ni la independencia de criterio respecto al Comintern, y creó su propio Partido Comunista de Cataluña en 1934.

En Cataluña, donde residía el 45% del proletariado español, se había dejado que los anarquistas y los partidos nacionalistas burgueses, liderasen ese proletariado. Y se debía romper el conformismo respecto al reformismo republicano y socialista PSOE, y romper con la falsa revolución anarquista. Al respecto, desde el Comintern se les llamó la atención a José Bullejos, Manuel Adame y Gabriel León Trilla.

En marzo de 1932, Moscú decidió purgar a los dirigentes comunistas españoles, y envió al argentino Victorio Codovilla, y al suizo Humbert Droz, para hacer esa depuración.  Codovilla pidió la destitución de José Bullejos bajo la acusación de contrarrevolucionario. Se hizo el 17 de marzo de 1932 en el IV Congreso del PCE de Sevilla, con el objetivo de tomar posiciones ante una próxima revolución del proletariado español. Para ello, se necesitaba una más amplia base social, con gentes de muy distintos grupos sociales.

Se nombró Secretario General del PCE al antiguo anarquista, José Díaz Ramos, que reunió a otros viejos dirigentes de CNT de Sevilla y reorganizaron el PCE. Estaban en el Comité Central: José Díaz, Dolores Ibárruri, Vicente Uribe, Antonio Mije, Manuel Delicado, Pedro Checa, Trifón Medrano, Jesús Larrañaga, Cristóbal Valenzuela, Eustasio Garrote, Hilario Irlandis, José Silva, Rafael Millá, Daniel Ortega, Luis Zapirain. Decidieron hacer un partido de masas, y dejar de ser la “minoría selecta” en cuanto a purismo marxista que hasta entonces venían siendo.

Y en 21 de octubre de 1932, los tres antiguos dirigentes comunistas, José Bullejos, León Trilla y Manuel Adame, fueron expulsados del PCE por las siguientes razones: por no haber analizado correctamente los sucesos del 14 de abril de 1931; por no haber emprendido una política de liquidación de los residuos feudales como la aristocracia latifundista; por no haber comprendido la importancia de la revolución agraria en España, que debiera haber sido el nervio central de la revolución comunista española; por haber apoyado las independencias de Cataluña, Euskadi y Galicia, cuando el objetivo comunista es la unión de los pueblos; por no haber llevado al PCE al papel de movilizador y orientador de masas que hubiera debido tener.

José Bullejos Sánchez, 1899-1974, era un cartero granadino al que las circunstancias le hicieron Presidente del Sindicato Minero de Vizcaya. Las detenciones de comunistas eran muy frecuentes, y cuando el antiguo Secretario General, César Rodríguez González, fue encarcelado en 1925, José Bullejos accedió a la Secretaría General. Bullejos hizo cosas que dieron personalidad al PCE, como la creación de Mundo Obrero, para comunicarse entre los militantes, y una organización clandestina que no desapareció ni en tiempos de legalización, y es típica del comunismo español. En 1932, Bullejos colaboraba con el Gobierno de la República Española, y fue destituido por Moscú por actuar en contra de las consignas del Comintern. Su sustituto fue José Díaz Ramos, un panadero sevillano. Bullejos ingresó en Juventudes Socialistas, y el Comintern le persiguió toda la vida como persona incómoda, por tener opiniones propias.

Gabriel León Trilla, cuñado de Bullejos, había estudiado Filosofía y Letras en Madrid y había ingresado en el PSOE en esos años. En 30 de junio de 1920 se pasó al Partido Comunista Español, que luego fue Partido Comunista de España. En 1925 fue Secretario de Agitación y Propaganda del PCE. Y en 1932, tras ser expulsado del partido, se incorporó a Federación de Trabajadores de la Enseñanza del PSOE, mientras trabajaba como maestro. En 1936 fue readmitido en el PCE y en 1944 fue de nuevo Secretario de Agitación y Propaganda. En 1945, el PCE de Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri, ordenó asesinarle por la mala organización de la invasión de España por el Valle de Arán, orden que fue ejecutada.

Otro de los destituidos en 1932 fue Manuel Adame Misa, el cual empezó como anarquista y se pasó al PCE en 1927. La causa de su expulsión en 1932 fue que se atrevió a criticar al Comintern. Se integró en el caballerismo, la otra revolución por la conquista del poder para los obreros. Huyó a México en 1942.

     La violencia social de mayo de 1930.

En mayo de 1930, regresó Unamuno del exilio. Entonces la Federación Universitaria Escolar, FUE, se enfrentó violentamente con la policía. Se cerraron las Universidades. Y ello dio lugar a una protesta social en forma de huelgas y manifestaciones, que no se detuvieron hasta el advenimiento de la República en abril de 1931.

En 1930-1936, a muchos grupos políticos españoles no les importaba llegar a utilizar las armas para conquistar el poder. La violencia era grande, y la posibilidad de una guerra civil era máxima. Hubo guerra en 1936.


[1] Ángel Ossorio Gallardo, 1873-1946, había sido Gobernador de Barcelona durante la Semana Trágica de 1909, Ministro de Fomento para Maura en abril de 1919 y era un demócrata cristiano muy conservador, muy católico, corporativista, pero que se oponía al fascismo y al comunismo porque odiaba los totalitarismos.

[2] Andrés Nin Pérez, 1832-1937, nació en El Vendrell (Tarragona) y era hijo de un zapatero y una campesina. Se hizo maestro y se fue a Barcelona, donde en agosto de 1917 la huelga general le impresionó, cuando tenía 25 años, y se integró en el PSOE. Pronto se pasó al socialismo libertario de CNT. En 1919 había defendido la incorporación de CNT a la Tercera Internacional y fue secretario general de CNT. En 1921 le comisionaron para ir a la URSS, y se quedó nueve años Moscú. En 1922, CNT decidió no ingresar en la Internacional. En 1926 se sumó a Oposición de Izquierda de Trotski, regresó a España en 1930. En 1931 creó Izquierda comunista de España, grupo afiliado a Oposición de Izquierda Internacional, de signo trostkista, cuyo órgano de expresión era El Soviet. Este grupo quiso fusionarse con el PSOE de Largo Caballero, pero Trotski se opuso. Nin y Trotski riñeron. En 1935, Izquierda comunista se uniría a Bloque Obrero y Campesino y fundaron el POUM. En agosto de 1936, Nin fue Consejero de Justicia de la Generalitat. En mayo de 1937 estuvo implicado en los “sucesos de Barcelona”, y en junio fue detenido junto a Julián Gorkin, José Escuder y otros POUM, y acussado de colaborar con el Gobierno de Burgos (es decir, con Franco), una patraña inventada por los servicios de inteligencia rusos. Fue llevado a Alcalá de Henares por los rusos, torturado del 18 al 21 de junio de 1937 y asesinado por orden del general Orlov, un estalinista. Fue una de los miles de víctimas de Stalin.

Post by Emilio Encinas

Emilio Encinas se licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca en 1972. Impartió clases en el IT Santo Domingo de El Ejido de Dalías el curso 1972-1973. Obtuvo la categoría de Profesor Agregado de Enseñanza Media en 1976. fue destinado al Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega en 1976-1979, y pasó al Instituto Santa Clara de Santander 1979-1992. Accedió a la condición de Catedrático de Geografía e Historia en 1992 y ejerció como tal en el Instituto Santa Clara hasta 2009. Fue Jefe de Departamento del Seminario de Geografía, Historia y Arte en 1998-2009.

Leave a Reply