EL ANARQUISMO ESPAÑOL EN 1910-1920.

Conceptos clave: anarquismo moderado, anarquismo violento.

     Los focos de la protesta obrera de principios del siglo XX español eran el cinturón industrial de Barcelona, las minas de mineral de hierro de Vizcaya y Cantabria, las metalúrgicas de Vizcaya, y las minas de carbón de Asturias, es decir, las zonas industrializadas del país.

     El anarquismo rural propio de Andalucía estaba en horas bajas, y CNT, creada en 1910, tenía pocas expectativas de crecimiento, pues los focos de actividad obrera eran dominados por UGT. De todas maneras, CNT estaba implantada en Zaragoza y Barcelona, y no daban entrada a UGT en sus círculos, mientras que UGT estaba implantada en Madrid, Vizcaya, Santander, y Asturias.

     La decisión de CNT de no participar en política, de no votar, perjudicaba la posible expansión de este sindicato. Además, en 1911, fue declarada ilegal. Y por otra parte, la falta de disciplina inherente a la ideología CNT, la hacía poco efectiva. Así que los convenios laborales los negociaba UGT, y ello le daba a UGT más popularidad que la que tenía CNT. Se pensaba que CNT era un proyecto con ideología de base infantil, que no llevaría a nada práctico: En estos años, CNT estaba haciendo campañas contra el exceso en el beber y a favor del cierre de tabernas, y los obreros pensaban que ello no tenía sentido.

     Dentro de CNT habían aparecido dos corrientes: un anarquismo residual violento, propio de fines del XIX, que era terrorista y practicaba “la propaganda de los hechos”. Evolucionó en el XX a un sindicalismo más actual, que hablaba de la “acción directa”, y que predicaba que el capitalismo era un monstruo de pies de barro, que caería en cuanto se empezaran a socavar sus cimientos, y que ello ocurriría muy pronto y de forma estrepitosa. También había un sindicalismo moderado que defendía que la revolución era un estado del espíritu, el cual debía ser cultivado entre las personas hasta convencer a la mayoría de la necesidad de acabar con la inmoralidad burguesa.

Entre los anarquistas moderados, que no comulgaban con la libertad absoluta de cada individuo, estaban Salvador Seguí y Ángel Pestaña.

     Salvador Seguí Rubinat, 1886-1923, era pintor y su formación política era autodidacta, y en él había influido mucho la lectura de Nietzche. También leyó a Sorel, Kropockin, Reclus y Cornelissen. Creía en el destino, y en que el suyo era organizar un sindicato obrero. Pensaba que era fundamental la educación de la clase obrera desde los sindicatos. En 1916, defendió la unidad de la clase obrera, y abrió negociaciones con UGT, las cuales dieron como resultado la huelga general indefinida de 1917, de carácter revolucionario. En 1918, fue elegido Secretario General de CNT en Cataluña, y se opuso a los anarquistas más exaltados, pues pensaba que los problemas se solucionaban mediante el diálogo. En 1920, fue detenido y encarcelado en Mahón (Menorca). El 10 de marzo de 1923 fue asesinado en el barrio del Raval de Barcelona por pistoleros del sindicato libre, apoyados por la burguesía catalana y por el Gobernador Martínez Anido.

     Ángel Pestaña Núñez, 1886-1937, era un leonés de familia pobre que emigró al País Vasco, y fue trabajador eventual como albañil, ferroviario, jornalero agrícola, relojero, tramoyista, actor y cualquier otro trabajo que le salía. Escribía en Solidaridad Obrera, el periódico de CNT, cosas como que había que organizar las huelgas y sostenerlas hasta el momento en que fuera posible la destrucción de la sociedad capitalista, y por lo tanto no servía la improvisación típica de los anarquistas. Se debían crear grandes sindicatos que organizaran la nueva sociedad. El pequeño sindicato y la comuna libertaria no tenían sentido, no eran válidos, y no generaban progresos en la revolución, sino descoordinación que perjudicaba al movimiento anarquista. Tras ser arrestado en Sestao, Pestaña buscó trabajo en Argel. En 1920 viajó a Moscú para observar la revolución, y regreso en diciembre a Barcelona, momento en el que fue arrestado. Su informe fue contrario a que CNT ingresara en la III Internacional. En 1922, fue herido por los Sindicalistas Libres. En 1929, fue elegido Secretario del Comité Central de CNT, pero dada su opinión contraria al libertarismo de que cada hombre y cada célula tomara sus propias decisiones, fue obligado a dimitir. En 1932, incluso fue expulsado de CNT y entonces creó Partido Sindical, un intento de que los obreros actuaran coordinadamente como partido.

     Entre los anarquistas violentos, destacaba Durruti.

     Buenaventura Durruti Dumange, 1896-1936, era también leonés y de familia pobre como Pestaña. Tenía siete hermanos. Sus padres eran activistas en las huelgas y ello perjudicaba a la economía familiar. Desde joven, era rebelde y se negó a ir a clases de catecismo y a tomar la primera comunión. En 1910, abandonó la escuela a los 14 años de edad, y se hizo mecánico. En 1913 ingreso en UGT, y el sindicato le decepcionó porque él pensaba que era un organismo de lucha callejera, y no respondía a sus expectativas. En 1917 fue al norte de León a instalar lavadoras, pues era lugar de alto nivel de vida y se estaban vendiendo bien. Fue testigo de una huelga de mineros en la zona de La Robla, y se solidarizó con ellos, sin ser minero, lo que llamó la atención de la Guardia Civil. Su padre le consiguió trabajo en una empresa grande, Ferrocarriles del Norte, en la que podía haber ganado un buen sueldo, pero la convocatoria de huelga de 1917 le hizo perder su trabajo, por activista. Y además, UGT le expulsó del sindicato. Ingresó entonces en CNT. A los 21 años de edad, era una persona “fichada”, y se marchó a Gijón, y desde allí a Francia. La razón de este exilio era no hacer el servicio militar, lo cual le convertía en desertor y prófugo. En 1919, regresó creyendo que se habrían olvidado de él, y fue a trabajar a La Felguera en Asturias, pero la Guardia Civil le encontró y le detuvo. Alegó tener una hernia, y mientras se esperaba la comprobación médica, se fugó a Francia. Estuvo en la Renault de París. Y en 1920 apareció en Barcelona con el grupo “Los Justicieros”, que se propuso asesinar a Alfonso XIII en San Sebastián, pero fracasaron. Más tarde fue miembro del grupo “Los Solidarios” que eran Buenaventura Durruti, Juan García Oliver, Francisco Ascaso y Ricardo Sanz, un grupo terrorista al que se le atribuyeron el asalto a un banco en Gijón en 1923 (obtuvieron un botín de 650.000 pesetas, una fortuna, cuando un obrero ganaba entre 4.000 y 10.000 pesetas al año, según categorías[1]), y el asesinato del cardenal Juan Soldevilla Romero, arzobispo de Zaragoza. Tras ello, tuvo que huir, y se marchó a Argentina, y luego a Chile, en donde tiene la idea de asaltar bancos para financiar a los activistas que estaban en España. Regresó a Francia y le encarcelaron. En 1931, con motivo de la proclamación de la república en España, regresó a España, regresó para integrarse en FAI, el grupo armado de CNT. Su idea directriz era que algunos caerían, pero la lucha continuaría siempre hasta la victoria final. Su objetivo es la república anarquista, y por eso organizó insurrecciones contra el Gobierno republicano, el cual le apresó y le envió a Guinea Ecuatorial. Al empezar la guerra, en 1936, regresó a España y conformó el grupo “Nosotros”, un grupo armado y violento. Su acción más notable fue hacerse dueño del Parque de Artillería de San Andrés, en Barcelona, donde organizó un Comité Central de Milicias Antifascistas de España, que se convirtió en la fuerza militar más importante de Cataluña, con la que debían contar los Gobiernos de Barcelona. Como jefe militar, organizó una marcha desde Barcelona hasta Zaragoza, que fue llamada “la columna Durruti”, y fue por los pueblos expropiando a los terratenientes y organizando colectividades de trabajo de la tierra, pero fracasó en su objetivo de tomar Zaragoza, pues enfrentarse a un ejército profesional es una cosa muy seria. En noviembre de 1936, fue a Madrid a intentar tomar la ciudad para los anarquistas, y murió en el ataque. Se discute de dónde procedía la bala que le mató.


[1] Germán Zubero, Luis. Coste de la vida y poder adquisitivo de los trabajadores en Zaragoza durante el primer tercio del siglo XX. Universidad de Zaragoza.

Post by Emilio Encinas

Emilio Encinas se licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca en 1972. Impartió clases en el IT Santo Domingo de El Ejido de Dalías el curso 1972-1973. Obtuvo la categoría de Profesor Agregado de Enseñanza Media en 1976. fue destinado al Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega en 1976-1979, y pasó al Instituto Santa Clara de Santander 1979-1992. Accedió a la condición de Catedrático de Geografía e Historia en 1992 y ejerció como tal en el Instituto Santa Clara hasta 2009. Fue Jefe de Departamento del Seminario de Geografía, Historia y Arte en 1998-2009.

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