EL PSOE EN 1910-1920.

Conceptos clave: PSOE democrático, PSOE violento.

A partir de 1910, se produjo la primera fase de moderación del PSOE, hacia posiciones más realistas, que ellos llamaban moderadas. Pero esta evolución tenía como elemento retardatario los 31 años anteriores de agresividad de Paulino de la Iglesia Posse, más conocido como Pablo Iglesias. Algunos dicen que fue determinante la entrada de Besteiro en el PSOE en 1912, un intelectual de altura, de ideología moderada.

     Hasta 1910, los pesoístas habían sido una minoría exigua, y sus ideas radicales de implantar un Gobierno de los trabajadores mediante la huelga y las manifestaciones en la calle, no habían ido a mayores violencias porque no tenían capacidad para ello. Pablo Iglesias era muy agresivo en el lenguaje, y no estaba demasiado formado ni en economía, ni en política. A fuerza de años dirigiendo el PSOE, la UGT y El Socialista, demasiado personalmente y sin alternativa en el partido ni el sindicato, aprendió varias cosas, como que había opiniones diferentes respetables. Pero la gran lección la aprendió al conseguir ser concejal en 1905, cuando entró en la política de verdad, y pudo conocer los problemas con información de primera mano. Al tomar contacto con la realidad, y abandonar la postura facilona de estar en contra de todo en general, pudo criticar con argumentos y conocimiento de causa, situaciones y personas concretas. Y el resultado de esta toma de contacto con la realidad fue un gran crecimiento del PSOE y de UGT. Y ello se multiplicó cuando a partir de 1910, fue Diputado. Sus conocimientos sobre la corrupción, los problemas reales de los españoles y sobre las estructuras del poder, fueron mucho más acordes a la realidad, lo cual no está lejos de las posiciones marxistas de Marx, de partir de la realidad para poder cambiarla. Y los socialistas PSOE comprendieron que la lucha legal era muy importante. Pero entonces, el pesoísmo se dividió entre los viejos luchadores de la calle, siempre dispuestos a armar trifulca, lo cual confundían con revolución, y las minorías intelectuales que comprendían que la revolución era otra cosa, era un análisis riguroso de la realidad de cada día, un plan para cambiar esa realidad en profundidad, y unas medidas de acción. Era muy tarde para Pablo Iglesias. Estaba muy viejo y enfermo. Seguía siendo el gurú, el profeta, el inamovible, pero ya no estaba en condiciones de liderar el partido. Empezaba a pesar muy poco en las grandes decisiones del partido, y había muchos candidatos a tomar ese liderazgo indiscutido.

     Pero la idea de que el PSOE podía evolucionar a una madurez política no violenta, atrajo a muchos intelectuales y a muchos otros españoles, algunos de ellos de gran altura intelectual. El crecimiento del PSOE-UGT en 1910-1911 fue espectacular y se duplicaron sus afiliados, y se volvieron a duplicar en 1911-1912, para llegar a un máximo de 147.000 afiliados en 1913, punto a partir del cual decayó la cifra.

     Este crecimiento le permitió al grupo socialista PSOE-UGT el éxito de que unas huelgas por las 8 horas alcanzaran la actuación del Gobierno en materia de leyes laborales, lo cual atrajo a los obreros.

     Y así, se conformaron para siempre dos tendencias internas: la agresiva, más común en UGT, que atraía a masas radicalizadas, y la pacífica, sostenida por un grupo minoritario de intelectuales que buscaban racionalidad y sentido realista, y eran conocidos como ala moderada.

     El programa del PSOE de 1912, en pleno crecimiento del partido, es quizás el más concreto y realista de la historia del PSOE: Derechos individuales y sociales. Sufragio universal para ambos sexos. Representación proporcional. Derecho de iniciativa legal. Supresión del Senado. Supresión del presupuesto de culto y clero. Confiscación de bienes eclesiásticos. Abolición de la pena de muerte. Ley de divorcio. Jornada de 8 horas. Salario igual para ambos sexos. Supresión del ejército permanente y sustitución por una milicia popular. Sentido público de la tierra, con propiedad privada de lo efectivamente cultivado, pero pasando a propiedad pública una vez cesado el cultivo, admitiendo el arrendamiento como forma de cultivo. Ello hacía necesario un catastro de propiedades, que permitiera la reconstrucción de los bienes comunales y la reglamentación de los contratos de arrendamiento, y en este punto, el partido no tocaba todavía la realidad.

     Los socialistas educaban a los españoles en las “Casas del Pueblo”, denominación que usaban para sus locales de reunión. En toda Casa del Pueblo había una biblioteca, aunque tuviera pocos libros, y llegaban los periódicos, que eran muy buscados en los pueblos alejados de las grandes ciudades. También, las Casas del Pueblo se usaban para dar conferencias. Estas Casas del Pueblo empezaron a implantarse precisamente en 1914 en la España rural y serían muy numerosas a mediados de siglo. En Madrid, la Casa del Pueblo fue abierta en 1908.

En 1912, el PSOE tenía un Diputado, muchos concejales, la Escuela Nueva, obras de asistencia social. Eran muchas cosas nuevas que no sabían cómo encajar en la lucha obrera, pues el campo de la política no es lo mismo que lo estrictamente laboral. Y ello dio lugar a una crisis de crecimiento:

Uno de los peligros era que muchos de los nuevos socialistas no eran estrictamente marxistas, excepto el caso de Jaime Vera, y ponían en duda los dogmas de tiempos del inicio del PSOE. Y otros, eran luchadores de la calle, cuyos parecidos con el marxismo de Marx eran mera coincidencia, pero se aproximaban más al marxismo de Lenin.

     El tema político concreto a discutir en 1912, era el cambio de actitud política en cuanto a colaborar, o no, con los republicanos. La decisión de colaborar se había tomado en septiembre de 1909 cuando discutían el ingreso en la Conjunción Republicano Socialista. Defendían esta colaboración con los republicanos los representantes de Vizcaya, Facundo Perezagua e Indalecio Prieto. Se oponían a ella Antonio García Quejido, Largo Caballero, Pérez Solís y García Cortés, porque decían que la Conjunción restaba independencia para fijar objetivos de partido. Iglesias dijo que sí, y ello arrastró a que las agrupaciones votaran sí, y llevaran esta decisión al Congreso de 1914. La decisión de Pablo Iglesias pesó más que todos os estudios teóricos de los demás.

     La directiva del PSOE en 1912 estaba integrada por viejos militantes: presidente, Pablo Iglesias; vicepresidente, Francisco Mora; secretario, Daniel Anguiano; vicesecretario, Antonio Atienza de la Rosa; vocales, Juan Ortiz, José Maeso, Pablo Cervera Gómez. Pero entre los asistentes ya destacaban nombres más jóvenes, de alrededor de los 30 años de edad: Indalecio Prieto, 1883-1962, por Vizcaya; Facundo Perezagua, 1860-1935; Óscar Pérez Solís, 1882-1912, (ex militar de Valladolid); Manuel Núñez de Arenas, 1856-1951, (director de Escuela Nueva); Antonio Fabra Rivas 1879-1958; José Recaséns Mercadé, 1853-1954; Andrés Saborit Colomer, 1889-1980, (asturiano de Juventudes Socialistas); Ángel García Cortés; Daniel Anguiano Mangado, 1882-1963; Vicente Barrio, 1863-1926; Manuel Llaneza Zapico, 1879-1935; Manuel Vigil Montoto, 1870-1971; Wenceslao Carrillo Alonso, 1889-1963; Teodomiro Menéndez, 1879-1978; Isidoro Rodríguez González, 1867-1952, alias Isidoro Acevedo; Ramón Lamoneda Fernández, 1892-1981; Eladio Fernández Egocheaga, 1886-1965, (en Extremadura y Huelva); Virginia González Polo, 1873-1923, (en Madrid).

     La lucha interna en el PSOE.

     El 13 de mayo de 1913 empezó la publicación diaria de El Socialista (hasta entonces semanario). Allí se publicaba la opinión del Partido, y ello dio lugar a tensiones que indicaban contradicciones de fondo más graves: las tensiones se produjeron cuando se quitó a Pablo Iglesias la dirección del periódico, y se le entregó a Ángel García Cortés. La contradicción de fondo es que un partido marxista, basado en el análisis dialéctico de la realidad de cada momento, había entronizado a Pablo Iglesias como líder carismático, y quitarle un simple título de periódico provocaba una crisis. De hecho, hubo que devolverle la presidencia de El Socialista en 1915. Pablo Iglesias era pues presidente de PSOE, de UGT y de El Socialista. Cuando en un partido falta teorización, las personas son inamovibles.

     En UGT, en 1914, Francisco Largo Caballero fue nombrado Vicepresidente de UGT e inició así su carrera política que será larga, hasta 1939. Con él entraron: vicesecretario, Daniel Anguiano; vocales, Julián Besteiro, Manuel Cordero, José Maeso, Florentino García, Eduardo Torralva Beci, Andrés Saborit y Pedro Trillo.

     También se habían incorporado mujeres al partido. En 1915 había agrupaciones socialistas femeninas en Madrid, Bilbao, Valencia, Éibar, Elche, Erandio y Gallarta.

     El socialismo democrático:

     En 1909, los socialistas y los republicanos se habían coaligado contra Maura, pero la Coalición Republicano Socialista fue una asociación efímera, aunque se intentaría varias veces más adelante. Esta Coalición nos muestra que muchos socialistas no creían en la huelga, ni en la confrontación con las fuerzas de orden público por sistema para derribar el poder, y por eso desconfiaban de los republicanos violentos. También había republicanos democráticos y republicanos violentos, y anarquistas pacíficos junto a anarquistas terroristas. El problema no sólo existía dentro del PSOE.

     Fernando de los Ríos Urruti, 1879-1949, es quizás el hombre más representativo del socialismo democrático español de primera mitad del XX. Representa el socialismo humanista, con métodos legales no violentos, y en ello se oponía a Francisco Largo Caballero. Era malagueño de Ronda, y estudió en Córdoba y, desde 1895, en la Institución Libre de Enseñanza de Madrid. Allí hizo Derecho y se quedó como profesor de la Institución unos años. En 1911, fue catedrático en Granada. En 1919 se afilió al PSOE, y se enfrentó en las elecciones al cacique Juan Ramón La Chica Mango, y a su hermano el alcalde Felipe La Chica, los cuales utilizaron la fuerza armada contra la multitud. Hubo que repetir elecciones pero, en la segunda, Fernando de los Ríos obtuvo mayoría absoluta. En 1920, fue miembro de la Comisión Ejecutiva del PSOE, y uno de los delegados que visitó Moscú, donde habló con Lenin, y le preguntó si los ciudadanos rusos tendrían algún día libertades, a lo que Lenin le respondió: “Libertad, ¿para qué?”. Desde luego, su informe sobre que el PSOE ingresase en el III Internacional fue negativo. En 1923 se opuso a que el PSOE colaborara con la dictadura, pero Largo Caballero impuso su criterio de colaboración, y el PSOE colaboró. Estamos ante la sorpresa de que los poco formados y más activistas, llamados izquierda en el PSOE, colaboraban con una dictadura militar de extrema derecha, mientras los llamados moderados o intelectuales se oponían a esa colaboración.

En 1926, De los Ríos se hizo masón del Gran Oriente Español. En 1927, el Dictador le eligió para miembro de la Asamblea Nacional Consultiva, o nuevas Cortes que pensaba imponer, pero De los Ríos renunció. Continuaba en la idea de que no se podía colaborar con una Dictadura. Volvemos a sorprendernos de que un moderado pacífico pueda tener posturas más firmes y revolucionarias que el sector populista violento, llamado de izquierdas.

En 1929 estuvo un año en Columbia (Nueva York) y aprendió inglés. En 1930 participó en el Pacto de San Sebastián para derribar la monarquía, y fue detenido tras fallar el golpe de Jaca de 1931. Fue liberado pocos días antes del triunfo de la República de 14 de abril de 1931. Fue portavoz del grupo socialista en las Cortes, y miembro de la Comisión Constitucional, donde defendió la libertad de cultos, la secularización del Estado y la concesión a la Iglesia de un estatus de Corporación de Derecho Público, sin derecho a protección ni ayudas del Estado. En Instrucción Pública, creía en la educación de la clase obrera hasta hacerla ascender culturalmente a clase media, pues los obreros necesitaban una “redención” cultural. En el Parlamento, defendió que la economía fuera controlada por sindicatos verticales formados en cada fábrica por gestores, técnicos y obreros, lo que se oponía al sindicato de clase y no le hizo nada popular entre los pesoístas autodenominados de izquierdas. Fue Ministro de Justicia en abril de 1931 y en octubre de 1931. Fue Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes en diciembre de 1931 y Ministro de Estado en junio de 1933. En julio de 1936 estaba en Ginebra, y de allí fue a París a hacerse cargo de la embajada española, hasta que llegó Álvaro de Albornoz. Marchó a Madrid y fue Rector de la Universidad. Luego fue embajador en Estados Unidos y profesor de la New School for Social Research de Nueva York.

Indalecio Prieto Tuero, 1883-1962, nació en Oviedo, estudió en Bilbao en un colegio protestante, y en 1899 ingresó en la Agrupación Socialista de Bilbao. Trabajó como tipógrafo en La Voz de Vizcaya, y más tarde en El Liberal, en el que llegó a ser director. Fue partidario de la Conjunción Republicano Socialista, y en ello se enfrentó a Facundo Perezagua, que no quería contaminaciones ideológicas con los republicanos españoles. Prieto representaba el sector moderado, y Perezagua el sector violento líder de masas, organizador de huelgas y manifestaciones. Perezagua expulsó del PSOE a Prieto, en 1914, temporalmente. En 1917, Prieto estuvo entre los organizadores de la huelga general revolucionaria de agosto y, tras el fracaso de la huelga, huyó a Francia. En 1918 fue elegido Diputado, y regresó a España una vez que tenía inmunidad. Entró en la Comisión Ejecutiva del PSOE, y se opuso a Largo Caballero en cuanto a colaborar con la dictadura. En 1930 estuvo en el Pacto de San Sebastián para derribar la monarquía. Fue Ministro de Hacienda en 1931, y entregó la Casa de Campo de Madrid al Ayuntamiento de la ciudad. Fue Ministro de Obras Públicas en diciembre de 1931, e hizo la Estación de Chamartín al norte de Madrid y un túnel que la comunicaría con la estación de Atocha, al sur de Madrid, lo cual provocó la hilaridad de los madrileños, que lo llamaron “el túnel de la risa”. En 1932 dudaba que fuera práctico colaborar con los republicanos, que tenían otros planes para la revolución, distintos al socialismo. También se opuso a conceder el voto a las mujeres, porque era entregar el Gobierno a la derecha, que les “aconsejaría” el voto a la derecha, y destruiría la República. En 1934 trabajó en preparar una huelga contra los Gobiernos de derecha que se habían adueñado del poder, y huyó a París antes de que se iniciara la huelga porque sabía que iba ser detenido. Se opuso a las ideas de los revolucionarios del PSOE, y también a colaborar con los comunistas y con los anarquistas, pues eran proyectos políticos diferentes. En 1936 era Diputado por Bilbao cuando estalló la Guerra Civil, que él venía prediciendo desde casi un año antes. De nuevo se opuso a los violentos que hacían “limpiezas” de fascistas y sospechosos de colaborar con los sublevados, y en concreto se opuso a Largo Caballero, en esos momentos extremadamente violento. En 1938 fue a Sudamérica en calidad de embajador, y organizó en México la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles. En 1946, el PSOE aceptó las tesis de Indalecio Prieto contra el comunismo y contra la violencia revolucionaria, e incluso propuso un pacto con Juan de Borbón para recuperar la democracia española, pero el proyecto fracasó en 1951. En 1950, dimitió como miembro de la Ejecutiva del PSOE. Indalecio Prieto, periodista de Bilbao, se oponía a la política de huelga por sistema. Racionalizaba, y planificaba sus acciones.

     Julián Zugazagoitia Mendieta, 1899-1940, era de Bilbao, e ingresó muy joven en Juventudes Socialistas, y era Presidente de esta agrupación en 1920. Optó por la facción moderada que no quiso integrarse en la III Internacional, y era minoría entre Juventudes Socialistas, y mayoría en el PSOE. Siguió las ideas de Indalecio Prieto. Aconsejaba a los obreros leer dos horas diarias. En 1931 era concejal en Bilbao. En 1933 fue cofundador de Asociación de Amigos de la Unión Soviética. En mayo de 1937 fue Ministro de Gobernación. El 9 de noviembre de 1940 fue fusilado por los franquistas por delito de rebelión.

     Julián Besteiro Fernández, 1870-1940, fue alumno de la ILE, y tuvo muy alta formación intelectual. Fue catedrático de Lógica en Madrid. En 1912 ingresó en el PSOE-UGT e impresionó a Pablo Iglesias por su alto nivel de conocimientos. En 1913 fue concejal por Madrid. En 1914 fue Presidente de la Agrupación Madrileña, y en 1915 Vicepresidente de PSOE. Se trataba de un protegido de Pablo Iglesias, que en 1917 participó en el Comité de Huelga de la gran huelga general revolucionaria de ese año, y aprendió desde dentro lo que era el socialismo violento y populista. Desde entonces, representó definitivamente al socialismo democrático.

En 1918 fue Diputado. Por entonces se decepcionó de la persona de Lenin, con el que había simpatizado inicialmente. Aconsejó no participar en la Tercera Internacional. En 1922 fue Vicepresidente de PSOE-UGT. En 1928 fue elegido Presidente de PSOE-UGT, pero la persona popular en el partido era Largo Caballero, un colaborador con la Dictadura desde 1923, y partidario de la violencia a partir de 1927, un populista. Besteiro no quiso participar en el levantamiento de 1931, porque pensaba que era un movimiento violento que arrastraría a los dirigentes del PSOE a la cárcel y la destrucción como partido, y el protagonismo completo lo tomó Largo Caballero, el cual se fue haciendo cada vez más violento, hasta creerse “el Lenin español” que debía forzar la revolución. Besteiro dimitió en 1934, y su figura se desdibujó, olvidado por los suyos.

Julián Besteiro significó un malogrado cambio en los razonamientos socialistas: declaraba que la revolución burguesa había sido un paso adelante para toda la humanidad, pero que esa revolución no se había desarrollado del todo en España pues la alta burguesía no había tomado el poder, que continuaba en manos de los nobles (ahora propietarios rurales), el ejército y la Iglesia. La posición inteligente de la clase proletaria era apoyar a la burguesía progresista para que la revolución burguesa se completara, de modo que fuera posible un sistema político democrático en el que cupieran los derechos de los obreros. En esa nueva sociedad se impondría un nuevo sistema político que diera oportunidades de participar en política a la clase trabajadora. Y llegarían las reformas sociales a favor de la clase obrera, de forma efectiva. Los socialistas del PSOE prefirieron competir en arrastrar multitudes con el PCE y con CNT, y abandonaron indefinidamente el modelo que proponía Besteiro, hasta que esa postura fue retomada en 1979.

     El socialismo democrático gestionado por los intelectuales tiene algunos problemas: Los intelectuales pueden sentirse atraídos por hacer una crítica moral, lo cual no es muy arriesgado, olvidando las exigencias concretas ante el Gobierno para mejorar la situación de los trabajadores. Por ello, los intelectuales deben ser vigilados para que no se conviertan en gurús de posición cómoda, dados a la adulación fácil. Es fácil pontificar desde una cátedra, o un sillón, mientras se disfruta de una vida cómoda, y mientras no se introduce ningún cambio en la realidad, postura que debe ser evitada en un partido reformista.

     En el caso de intelectuales verdaderamente en contacto con los problemas de la calle, el problema puede ser que los cambios en profundidad se producen a largo plazo, tal vez en más de una o dos generaciones, y los revolucionarios violentos no están dispuestos a esperar.

La contradicción interna en el PSOE de 1912-1914 era que muchos de los nuevos afiliados eran intelectuales, y dirigían las ponencias, pero los cargos de organización permanecían en manos de obreros y líderes de poca altura intelectual, partidarios de la violencia en la calle, entre los que destacó Largo Caballero.

     Socialismo violento y populista:

Facundo Perezagua Suárez, 1860-1935, dirigente de los mineros vascos, sí que creía en la huelga continua, pero no en la alianza con los republicanos. Era un obrero toledano de una fábrica de armas, que estuvo entre los primeros pesoístas de 1879. Siempre se caracterizó por un lenguaje insultante y virulento. En 1885 fue enviado a Bilbao para crear una Agrupación Socialista, y fracasó en la siderúrgica, donde los salarios eran altos, pero triunfó en las minas, y en la pequeña y mediana empresa, donde los salarios eran bajos y muy bajos. No creía en la política sino en la fuerza de los hechos, en las huelgas generales revolucionarias. En Bilbao, se opuso a Indalecio Prieto, un intelectual que creía que la acción obrera debía combinarse con la acción política, y que la violencia por sí misma no conducía al triunfo de la revolución, hasta el punto de que el socialismo vasco se rompió en dos tendencias. En 1919, Perezagua era partidario de la Tercera Internacional, y en 1921 se integró en PCOE.

Perezagua fue expulsado del PSOE en 1915, cuando se impuso netamente la postura moderada, de formar a las masas para preparar la revolución socialista.

     Un grupo importante dentro del pesoísmo violento eran sus Juventudes Socialistas. En 1912, las Juventudes Socialistas decidieron crear la Escuela Societaria, mucho más “socialista” que la Escuela Nueva, pues enseñaba directamente el socialismo y nada más. Frente al proyecto de la Escuela Nueva de dar formación general a los obreros, la Escuela Societaria sólo enseñaba teorías del PSOE. Estaban en el proyecto: Ramón Lamoneda, José Luis Martínez, Manuel Núñez de Arenas, Eladio Fernández Egocheaga (de Huelva) y Demófilo de Buen. La idea era preparar jóvenes para la lucha obrera. Las conferencias empezaron el 16 de marzo de 1913 en el Círculo Socialista del Norte, y colaboraron: Juan José Morato, Antonio García Quejido, Daniel Anguiano, Mario Anguiano, Gómez Latorre, Virginia González, Fernández de Velasco, Lucio Martínez, Luis Mancebo y otros. Fracasó en 1915. Y de este grupo saldría PCOE, que luego se integraría en PCE.

     Eladio Fernández Egocheaga, 1866-1965, era un dependiente de comercio en Oviedo, que en 1906 presidió la Federación Nacional de Dependientes de Comercio, Industria y Banca, y pasó a Madrid, donde en 1907 ingresó en PSOE. En 1908 dirigió Juventudes Socialistas y enseguida dio muestras de la agresividad que le caracterizó toda su vida. Tuvo muchas condenas a prisión debido a esta agresividad. En 1913, UGT le envió a Riotinto (Huelva) y desde allí organizó huelgas generales de Andalucía occidental. Sus acciones eran tan agresivas, que UGT decidió expulsarle para no verse complicada en esos conflictos judiciales. Egocheaga siguió liderando acciones obreras andaluzas por su cuenta. Tras la Guerra Civil, huyó a México. En 1946, el PSOE le expulsó por indisciplina.

Francisco Largo Caballero fue el líder al que siguieron las masas socialistas de 1931. Largo Caballero, sin apenas formación intelectual, pero con mucha facilidad de palabra, defendía la revolución socialista ya, y será el nuevo líder hasta 1939. La revolución se podía lograr cooperando con el poder, incluso con la Dictadura de Primo de Rivera, o luchando contra el poder e imponiendo la dictadura del proletariado, como intentó durante la República. Ambas posturas fueron poco coherentes.

     El socialismo violento es propio de las clases bajas menos formadas, y en especial de los jóvenes, cuya inexperiencia es natural. Sus líderes son personas con facilidad de palabra, generalmente con poco pensamiento subyacente, que agradan al público que les oye, y muchas veces se escuchan a sí mismos, y les gusta. El problema es que la falta de base teórica, les conduce a contradicciones y fracasos.

Post by Emilio Encinas

Emilio Encinas se licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca en 1972. Impartió clases en el IT Santo Domingo de El Ejido de Dalías el curso 1972-1973. Obtuvo la categoría de Profesor Agregado de Enseñanza Media en 1976. fue destinado al Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega en 1976-1979, y pasó al Instituto Santa Clara de Santander 1979-1992. Accedió a la condición de Catedrático de Geografía e Historia en 1992 y ejerció como tal en el Instituto Santa Clara hasta 2009. Fue Jefe de Departamento del Seminario de Geografía, Historia y Arte en 1998-2009.

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