EL GOBIERNO MORET DE OCTUBRE DE 1909.

Conceptos clave: Los republicanos reformistas, Conjunción Republicana Socialista, Grupos católicos en 1909.

     El Gobierno Segismundo Moret Prendergast, liberal.  21 octubre 1909 a 9 febrero 1910

  Presidencia del Consejo, Segismundo Moret Prendergast.

  Gobernación, Segismundo Moret Prendergast.

  Estado, Juan Pérez-Caballero Ferrer / 18 noviembre: Ramón Piña y Millet / 30 diciembre 1909: Juan Pérez-Caballero Ferrer.

  Guerra, Agustín de Luque y Coca.

  Marina, Víctor María Concas Palau.

  Fomento, Rafael Gasset Chinchilla / 3 enero: Julio Burell Cuéllar, interino / 14 enero 1910: Rafael Gasset Chinchilla.

  Hacienda, Juan Alvarado del Saz.

  Instrucción Pública y Bellas Artes, Antonio Barroso Castillo.

  Gracia y Justicia, Eduardo Martínez del Campo Acosta (yerno de Montero Ríos).

     La entrega del poder a Segismundo Moret fue una sorpresa para los políticos españoles. Nadie esperaba que fuera despedido Maura. Pero nadie esperaba tampoco que el Rey no le diera a Moret suspensión de Cortes y elecciones, lo cual fue una sorpresa para Moret, que no podría gobernar con unas Cortes contrarias a su partido.

     Alfonso XIII consideró que los disturbios contra Maura eran tan graves que había peligro de una guerra civil, y que los liberales podían evitarlo. Maura nunca perdonó esta mala jugada que le había hecho el Rey despidiéndole, y se hizo contrario a Alfonso XIII, al tiempo que el Partido Conservador se rompía definitivamente en dos bloques: monárquicos y mauristas. Moret tampoco estaba de acuerdo con un Rey que no le había concedido la disolución y le obligaba a gobernar con una Cámara conservadora siendo él liberal. Era una situación política extraña en la que los dos líderes de partidos monárquicos estaban a disgusto con el Rey.

     Moret llegaba al poder tras una campaña política dura contra Maura en la que había hablado con los republicanos moderados o reformistas. No se estaba respetando el Pacto de El Pardo de turno pacífico entre el Partido Conservador y el Partido Liberal, porque el Rey sustituía un Gobierno conservador por otro de igual signo y porque Moret había forzado el cese de Maura.

     Los dos partidos dinásticos estaban en retroceso, y debían fortalecerse. El conservador podía captar simpatizantes por el lado católico, y el liberal por el lado republicano moderado. Sólo así sería posible continuar el bipartidismo. Pero Maura lo tenía complicado porque es posible que la caída de Maura se debiese a la opinión que los católicos dieron en su contra. La historiografía suele culpar a Alfonso XIII de optar por su popularidad personal, sacrificando para ello a Maura. Es uno de los temas históricos polémicos.

     Maura no había estado en 1909 a la altura de un político de su trayectoria anterior, y sus mensajes se hicieron altamente reaccionarios a partir de 1909: “hay que poner diques a la revolución amenazante y unir a todas las fuerzas de derecha en ello”. Cayó en una contradicción muy evidente para nosotros: necesitaba más que nunca al Partido Liberal Fusionista para consolidar la fortaleza del Estado contra esa “revolución amenazante”, pero decidió que los fusionistas eran sus enemigos. Y en vez de acudir a los fusionistas, que al menos eran demócratas dinásticos, se acercó a los carlistas y a grupos católicos que eran antiliberales. Así que debemos concluir que el maurismo, tiene poco que ver con lo que había sido Maura hasta 1908. Pero algo había en el ambiente que hacía reaccionar a Maura de esta forma tan desesperada. La recomposición de la derecha constitucional era muy complicada.

     En cuanto al Partido Liberal, en la campaña contra Maura, Moret se había puesto en contacto con algunos republicanos por ver si era posible un pacto entre liberales y republicanos moderados, para echar abajo a Maura, y ello causó muchas desavenencias dentro del partido. Tal vez por ello, el Rey no le dio disolución, porque no pensaba que fuera un Gobierno duradero.

     Es decir, tanto el Partido Conservador, como el Partido Liberal, estaban rotos por dentro. Esta descomposición interna de los partidos dinásticos se instalará de modo permanente ya en la historia de España. Los partidos pasaron a ser una ficción de unidad con el fin de alcanzar el poder, y no un aglutinante de proyectos políticos similares, como se sobreentiende que debe ser un partido. Y esta afirmación vale para todos, desde la extrema derecha, pasando por el centro, y hasta la extrema izquierda.

         El Partido Liberal en 1909.

     Al Partido Liberal en general, le faltó sentido del realismo político. No luchó lo suficiente por atraerse a la pequeña burguesía urbana, ni a los obreros, ni a los campesinos. Quedó desplazado tanto en las zonas rurales, que eran conservadoras, como en muchas zonas de la ciudad que fueron ganadas por partidos más radicalizados hacia la izquierda.

En el tema del catolicismo, el Partido Liberal lo tenía muy difícil. La política de Canalejas, 1810-12, insistía en el anticlericalismo, eliminar los privilegios de los eclesiásticos, a sabiendas de que ello le restaría buena parte de la militancia católica. El 90% de los españoles se declaraban católicos y se debía hacer una labor reeducadora que situase el catolicismo en su estricto ámbito religioso. El que en la práctica, el catolicismo se viviera de una forma particular, reinterpretando cada español lo que quería y le venía bien, no hace al caso, porque a la hora de la actuación política, los católicos seguían consignas del clero católico. Y como además, las leyes anticlericales no llegaban a entrar en vigor, el descontento de la intelectualidad liberal era también notorio, y el resultado final era que el líder quedaba sin apoyos por ningún lado.

     Una vez muerto Práxedes Mateo Sagasta el 5 de enero de 1903, los líderes liberales de 1903-10 eran: Eugenio Montero Ríos, José Canalejas Méndez y Segismundo Moret Prendergast, todos enfrentados entre sí.

     Eugenio Montero Ríos y su compañero Manuel García Prieto, se oponían a que hubiera acercamientos entre los liberales y los republicanos moderados, como defendía Moret. Moret veía el futuro en la ampliación del apoyo al liberalismo, aunque fuera en el campo del republicanismo moderado.

     José Canalejas Méndez tuvo su oportunidad en 1910-1912. Emprendió reformas profundas, pero no fue secundado oportunamente, y luego fue asesinado en 1912.

     Álvaro de Figueroa Torres conde de Romanones era otro líder liberal discordante. Era dueño de El Diario Universal, desde donde emitía sus opiniones. Partidario de la enseñanza de las ciencias, apoyaba a la ILE. En 1903-1907, apoyó a Moret en contra de los privilegios de la Iglesia católica, pero luego entró en contradicciones entre los intereses de sus inversiones en Minas del Rif y la defensa de principios que había predicado. Ello condujo a que en 1909 fuera apartado por Moret de la primera línea, y a que Romanones fuera el pilar fundamental de los que atacaban a Moret por sus conversaciones con los republicanos conservadores. Ambos cayeron después de esta desagradable polémica.

En realidad, Moret, más que un programa, lo que había mostrado era una oposición a todo lo que hacía el líder conservador Maura, e incluso llegó a organizar manifestaciones al grito de ¡Maura, no! Esta política tuvo la rentabilidad de echar abajo a Maura en 1909, pero a partir de ese momento, los republicanos conservadores, con los que había contado para abatir a Maura, se le fueron de su área de influencia, y se quedó solo en las Cortes. Se puede decir que Moret empezó a caer con la caída de Maura.

     Los tres líderes liberales más viejos, morirían enseguida: Canalejas asesinado en noviembre de 1912, Moret en enero de 1913 y Montero Ríos en mayo de 1914.

     Moret había intentado la ampliación de la base del Partido Liberal por la izquierda, en el caladero de los republicanos moderados, y tal vez de socialistas moderados. Ello provocó tal estado de excitación política contra él, que parecía el mayor drama de España lo que sólo era un proyecto político. Cuando llegó al poder, las facciones liberales, su propio partido, enviaron un escrito a Alfonso XIII en el que manifestaban que no colaborarían con Moret, porque Moret se estaba entregando a los republicanos, y les estaba confiriendo cargos de Gobierno a cambio de colaboración. Pero es que los republicanos pedían depuración moral de los partidos, y los viejos políticos acostumbrados a repartirse y repartir cargos bien retribuidos, no podían consentirlo.

              La crisis del Partido Liberal.

     Los liberales habían sufrido una profunda crisis ya durante el Gobierno de Montero Ríos en 1905-06, con motivo de los sucesos del CuCut de Barcelona: Los candidatos electos de la Lliga habían sido tiroteados por los republicanos, y el periódico republicano CuCut publicó chistes insultantes para con el ejército. Los locales del periódico fueron incendiados el 25 de noviembre de 1905. Algo parecido le ocurrirá a «La Veu de Catalunya». En los destrozos de estos dos periódicos estaban implicados más de 300 militares. Lejos de exigirse responsabilidades, el general Agustín Luque, que tenía mando en Barcelona durante los sucesos del CuCut, sería nombrado Ministro, y el Gobierno liberal sería sustituido por otro Gobierno liberal, el de Moret, en diciembre de 1905.

Entonces los liberales cometieron un gran error: Ante el ambiente de la ira del ejército, le concedieron la Ley de Jurisdicciones (obtenida en 1906), ley que les permitirá juzgar todos los asuntos que tuvieran relación con el ejército o la seguridad de la patria, siendo ellos mismos, los militares, los que decidían qué asuntos eran esos. Los liberales habían dejado la democracia al pairo.

     El revuelo provocado por la Ley de Jurisdicciones fue una causa muy importante para explicar la aparición de Solidaridad Catalana en 1906. Solidaridad fue un pacto de todos los catalanes contra el Gobierno de Madrid. Igualmente, los sucesos del Cucut y la citada Ley, influirían en que Solidaridad obtuviera 41 escaños de los 44 elegibles por Cataluña en 1907. Prueba de que este éxito electoral era fruto de un suceso más emocional que racional fue la ruptura de Solidaridad en 1909, sólo dos años después del éxito de 1907.

     Durante la época de Maura 1907-1909, y sobre todo durante los días de la Semana Trágica, el Partido Liberal se había manifestado contra la Guerra de Marruecos y contra la existencia misma del ejército español. Equivocó de nuevo la diana, pues un tema era que España no tuviera derecho a emprender una guerra colonial, y otra que el ejército fuera el responsable. El tema se complicaba por el interés de muchos militares en que hubiera guerras. Y todo ello venía condicionado por la sobredimensión del ejército después de la pérdida de las colonias en 1898.

     Y en estas difíciles condiciones, el plan político de Moret era muy arriesgado: su programa de acercamiento a los republicanos exigía medidas anticlericales, moralización del partido y reforma de la Constitución. Ello provocaba muchas emociones entre los españoles e incluso rupturas dentro de su propio partido. Las medidas contra la Iglesia eran de equívoca interpretación, pues una cosa era acabar con los privilegios religiosos, y otra atacar a la propia Iglesia. Naturalmente, los integristas decían que se perseguía a la Iglesia como en los peores tiempos de la historia. Y en cuanto a la reforma constitucional, era un tema muy delicado en el momento en que el Rey estaba amenazado por las aspiraciones republicanas, y el modelo de Estado estaba amenazado por las aspiraciones regionalistas catalanas.

El hecho de aceptar Moret el Gobierno sin disolución de Cortes, hacía pensar que había intenciones ocultas en aquella campaña. Si el asunto en sí no tenía sentido, había que buscarle explicaciones alternativas.

     Pero la idea de Moret no era acabar con la monarquía, sino con el Partido Conservador, que le parecía corrupto y caducado. La idea de Moret era romper el viejo juego de «turno de partidos» establecido por Cánovas y Sagasta en 1885. En su opinión, sin turno de partidos, el Partido Conservador desaparecería pues sólo era una coalición de intereses que perdería su sentido si no alcanzaba periódicamente el poder. Ello podía regenerar la política española. Pero en ello se llevaría por delante buena parte de su propio partido. Era una empresa muy fuerte.

     Y la práctica del poder en 1910, conllevó nuevos temas polémicos. El más urgente era si se abandonaba Marruecos o se continuaba la guerra, tras los desastres habidos en 1909. Moret continuó la guerra de Marruecos en contra de la campaña liberal y republicana antibelicista de los meses anteriores, que él mismo había apoyado. Pero abandonar Marruecos significaba un problema quizás mayor todavía, enfrentarse a los militares, y Moret optó por el pragmatismo. Lo uno era malo, y lo otro era peor.

     Moret logró, con todo esto, unir a la derecha en torno a Maura, en un ¡Maura sí!, y desunir a su propio Partido Liberal, al tiempo que hacía perder interés a los republicanos moderados por unirse al proyecto Moret. La derecha se conjuntó a favor de un programa de disciplina social, autoridad e imperio de la ley, como Maura defendía. Con ocasión de la muerte de Carlos VII el 18 de julio de 1909, el nuevo pretendiente carlista era D. Jaime, no del gusto de todos, y muchos carlistas se pasaron al maurismo. Igualmente defendía a Maura el Marqués de Comillas, un ultracatólico que creó un sindicato amarillo, «Defensa Social», y lo puso a disposición de Maura. Evidentemente, era una unión coyuntural y muy poco sólida, y además introducía en la derecha más elementos contradictorios. Pero se conformaba lo que hemos venido en llamar el maurismo.

     Probablemente Moret debiera haber sido valiente y haber intentado la coalición con los republicanos pacíficos. En esos momentos, muchos republicanos daban muestras de no violencia y se unían a través de una coalición que se llamó “Bloque Republicano Reformista” a principios de 1909, y “Conjunción Republicana Socialista” a partir de noviembre de 1909. Pero no podemos jugar con lo que pudo haber sido y no fue.

              El populismo de Lerroux.

     En esta época de desconcierto en las creencias en los valores básicos, triunfaron los demagogos con labia que inventaban un relato sonoro y agresivo, sin ninguna base racional, que arrastraba a grandes grupos de población, lo que hemos venido en denominar populismo.

     Alejandro Lerroux era un autodidacta, hijo de un cirujano veterinario militar, que se hizo periodista y vivió como un bohemio, cosa habitual entre los periodistas de izquierdas. En sus vivencias, se dio cuenta de que los republicanos carecían de programa serio, y de que vivían de los recuerdos de 1873, discutiendo el federalismo de Pi, y el cantonalismo. También percibió que había una nueva fuerza social en Cataluña, el proletariado industrial, que no estaba siendo captado por los republicanos, que no atendían a sus problemas a pesar de que los estaban gritando en huelgas y manifestaciones en la calle. También se dio cuenta de que estaba abandonado el campo político del subproletariado, despreciado por la gente bien de Barcelona, pero que era muy numeroso.

Así que se le ocurrió hacer llamamientos a los pobres de Barcelona, a los obreros y a la gente de la calle, y tomó por idea directriz el ataque a la Iglesia católica. Les razonaba que el entretenimiento habitual de la burguesía y de toda la gente de derechas, era ir a misa los domingos por la mañana, y luego sentarse en un palco en el Liceo por la tarde, y que la forma mejor de molestar a estos burgueses era quemar las iglesias y también el Liceo (teatro de la ópera de Barcelona).

Lerroux creó un partido que se llamó Partido Republicano Radical, y que no era sino conservador, aunque el nombre de “radical” sugiera lo contrario. Este grupo republicano podía actuar conjuntamente con los partidos dinásticos españoles. Era alborotador en las calles, y de ideas muy conservadoras en el fondo. Populismo puro y duro.

Lerroux tenía muchos temas de comunicación, porque atacaba la corrupción, y en su discurso iba enumerando casos que él conocía en su profesión de periodista. Lerroux tuvo mucho éxito hasta que llegó al Ayuntamiento de Barcelona en 1914, y se hizo patente que los Republicanos Radicales eran tan corruptos como los demás políticos a los que criticaba. Entonces perdió muchos votos, porque los más revolucionarios de sus seguidores se pasaron a CNT. En Cataluña, a Lerroux le quedó una imagen de antiburgués para el resto de su vida, pero eso no quiere decir que él no fuera un burgués, sino que vivía de criticar a la burguesía. Pero en vez de retirarse de la política, pasó a Madrid, a la política nacional, y de nuevo tuvo mucho éxito a nivel nacional. Pero Lerroux no era el hombre que pudiera regenerar la política española.

En fin, cuando los dioses quieren castigar a los hombres, primero les enloquecen, tal vez enviándoles demagogos populistas que les gobiernen.

          Los republicanos reformistas.

     Los republicanos como Gumersindo de Azcárate y Melquiades Álvarez, eran intelectuales respetables de ideología moderada. Estos reformistas eran un grupo capaz de colaborar con los liberales para renovar la política, pero no fue posible aprovechar esa posibilidad. Prometían honestidad, y ello era imposible de aceptar.

     Gumersindo de Azcárate Menéndez, 1840-1917, estaba interesado por reformas prácticas que resolvieran la “cuestión social”, es decir, los problemas de los salarios y condiciones de vida de los obreros. Quería una armonización entre los intereses de los capitalistas, y los de los trabajadores.

     Azcárate era de León, y había estudiado Derecho en Oviedo, y se licenció en Madrid donde entró en contacto con círculos krausistas y círculos republicanos. En 1873 obtuvo una cátedra de Economía Política y Estadística. Cobró notoriedad en 1875, cuando varios catedráticos fueron expulsados de la Universidad por protestar contra el Decreto de Manuel Orovio Echagüe. En 1876 estuvo entre los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza. En 1881 se reintegró a la Universidad explicando varias disciplinas de Derecho. En 1886 se presentó a diputado por León en el Partido Republicano. En 1908 hizo la muy conocida Ley de Represión de la Usura, la cual limitaba los intereses que el capitalista puede poner a sus préstamos, y limitaba las cláusulas abusivas de los contratos del préstamo.

     Melquiades Álvarez González-Posada, se sentía republicano, pero no por el republicanismo en sí, que no consideraba tan urgente, sino por intentar forzar a la monarquía a democratizarse en el sentido de aceptar el parlamentarismo. También era partidario de unas elecciones limpias. Creía que eran unos proyectos que podrían conseguirse con inmediatez. Nosotros consideramos hoy que esos cambios eran de demasiada enjundia, como para desaparecer en poco tiempo.

     En 1912, Gumersindo de Azcárate y Melquiades Álvarez, crearon el Partido Reformista Republicano, un partido importante, pero que nunca pasó de los 20 escaños. Trataban de captar intelectuales como Ortega y Gasset y Azaña, pero los intelectuales permanecían poco tiempo en el partido, por su condición de independientes, y el partido tuvo menos desarrollo que los grupos populistas. Creían en un Gobierno democrático y parlamentario, y les importaba menos si era monárquico o republicano. Lo importante era modernizar España, hacerla tolerante, que los Gobiernos fueran democráticos, que hicieran legislación en materia de enseñanza y cuestiones sociales. Se debía hacer una reforma agraria que edificara casas de labor en los terrenos apropiados, y colocara allí a los buenos agricultores. Eran anticlericales. Rechazaban la lucha de clases como principio dogmático, pero eran amigos de los socialistas porque éstos trataban los problemas obreros. Gustaban más de las teorías de Bernstein que de las de Marx.

     En los años veinte, los republicanos reformistas estuvieron dispuestos a aliarse con los liberales monárquicos, para acabar con los conservadores que se habían vuelto reaccionarios, y con el militarismo antiparlamentario.

     En 1931, los reformistas no eran un peligro para la monarquía, porque eran pocos y no eran violentos, pero salían mucho a la prensa a denunciar errores de los políticos, lo que ellos llamaban las “barbaridades del sistema”. Y acabaron considerando que Alfonso XIII era culpable: Azcárate dijo que existía una fatalidad por la que Alfonso XIII se veía incapaz de resolver los problemas sociales y políticos, y que no había más camino que la república.

     Fue una pena que los reformistas no llegaran a acuerdos con los liberales de Moret.

              La crisis del PSOE de 1909.

     En primavera de 1908, gobernando Maura, el PSOE se había lanzado a una campaña contra la Guerra de Marruecos y contra la Ley Antiterrorista de Maura. Y en esa campaña coincidió con el resto de la izquierda. Por ello, en agosto de 1909, el Congreso del PSOE acordó establecer relaciones con “otros partidos burgueses avanzados cuando hubiera circunstancias anómalas que requiriesen luchar por la libertad”. Esos otros eran los republicanos. Ello suponía una ruptura con la política anterior del PSOE y de Pablo Iglesias, de ninguna alianza con la burguesía, ni con otras fuerzas políticas.

Las declaraciones de agosto fueron sorprendentes, porque Pablo Iglesias había dicho en enero de 1909, siete meses antes, que no formaría bloque con las izquierdas, porque no estaba dispuesto a traicionar los principios del PSOE que eran la revolución obrera sin condicionantes previos llegados de otros partidos. Pero en marzo de 1909, el Comité Nacional del PSOE declaró que era preciso formar un bloque político de todas las fuerzas democráticas de izquierdas, contra Maura. Pablo Iglesias no quería alianzas con otros partidos, pero García Quejido, Juan José Morato, Jaime Vera y el grupo Nueva Era, sí las querían. Los socialdemócratas seguidores de Berstein no querían alianzas, y sólo la minoría quería pactos con los republicanos. Los socialistas españoles sabían que solos no conseguirían tocar el poder. Y que era preciso echar abajo la monarquía, y antes de ello, acabar con los monárquicos como Maura, Canalejas, Dato y otros.

     Con el pacto con los republicanos, el PSOE aceptaba un Gobierno burgués, que realizara la revolución burguesa, antes de hacer la revolución socialista. La teoría era que primero era la realidad de comer cada día, y más tarde se hablaría de la distribución de esa comida. Esta política les vino muy bien a los socialistas, pues pudieron abrir centros socialistas por toda España y adquirir una infraestructura potente que los demás partidos, no monárquicos, nunca tuvieron, lo que convirtió al PSOE en el referente de la izquierda. Además, ingresaron en el Partido Socialista muchas figuras como Luis Araquistáin, Julián Besteiro, Óscar Pérez Solís, Manuel Núñez-Arenas, y Antonio Fabra Rivas. Eran intelectuales que podían aportar al partido mucha savia nueva. Fue muy importante el ingreso en 1919 de Fernando de los Ríos, un teorizador, pues el PSOE carecía de teorizadores.

     Los nuevos pesoístas no eran propiamente marxistas, sino simples socialistas, humanistas y reformistas. Ello supuso que el PSOE se dividiera en dos facciones: los moderados o accidentalistas que buscaban la revolución lenta mediante las reformas sociales oportunas, y los revolucionarios que buscaban la revolución o toma del poder por los obreros a fuerza de huelgas y acciones violentas en la calle. La ruptura interna fue definitiva, permanente.

         Conjunción Republicana Socialista.

     El tema complicado de la política de Moret era su posible alianza con el bloque de izquierdas. Porque en ese bloque, estaban los republicanos moderados y los socialistas, que no eran nada moderados. Y el pacto incluía a todos ellos. Los socialistas eran en ese tiempo agresivos, de extrema izquierda, revolucionarios que querían el poder para los obreros.

El “Bloque de Izquierdas” se había originado en contra de Maura, y Segismundo Moret, del Partido Liberal Fusionista, se convirtió en el líder de esa oposición. Moret pidió ayuda al Bloque de Izquierdas, y en ese Bloque estaba también el PSOE. Pablo Iglesias estuvo presente en un mitin en Zaragoza, pero Pablo Iglesias no quería un compromiso con Moret. Ni Moret quería en el grupo a Pablo Iglesias, sino a los republicanos conservadores del Bloque de Izquierdas.

     El 2 de agosto de 1909, el Gobierno de Maura cerró centros obreros, censuró periódicos y cerró algunas casas del pueblo socialistas. En septiembre de 1909, Maura suspendió garantías constitucionales, y Pablo Iglesias fue consciente de que, o participaba en el bloque contra Maura, o iba a perder muchos militantes y votantes. Pero Pablo Iglesias era un elemento discordante dentro del bloque de izquierda moderada.

     A principios de septiembre de 1909, los republicanos asturianos leoneses: Rafael Labra Cadrana, José Manuel Pedregal Sánchez-Calvo y Melquiades Álvarez, intentaron el diálogo con los liberales de Moret, y entonces el PSOE temió la formación de un gran partido de izquierda moderada, o tal vez una escisión dentro del socialismo, y declaró a sus seguidores que la situación española era una circunstancia anómala, de las que había definido el Congreso del PSOE en agosto, y que se debía pactar con otros grupos políticos. Los socialistas iniciaron conversaciones con estos republicanos moderados y con el Partido Liberal de Moret.

El 27 de septiembre, Maura restableció las garantías constitucionales, a excepción de en Barcelona y en Gerona. Y Gumersindo de Azcárate, Segismundo Moret, Canalejas y Pablo Iglesias firmaron una petición para que tampoco en Barcelona hubiera represión, porque de cara a las próximas elecciones a diputados provinciales, no era conveniente. Maura se negó a condescender. Y al poco, Ferrer i Guardia fue condenado y ejecutado, y los ánimos de todos se excitaron.

     Maura abrió las Cortes el 15 de octubre de 1909. Estaban llegando noticias de las manifestaciones en diversas ciudades europeas. El 18 de octubre Moret recriminó en el Congreso al Partido Moderado. La Cierva contestó que no permitiría manifestaciones en contra de Maura.

     El 29 de octubre de 1909, el PSOE envió una circular a sus afiliados y simpatizantes pidiéndoles opinión de si debía entrar en Conjunción Republicano Socialista, consulta que era preceptiva en estas ocasiones según los estatutos del partido. Y los militantes dijeron sí. Entonces, Pablo Iglesias aceptó entrar en una posible Conjunción Republicana Socialista.

     A la vista de los acontecimientos, Moret temió una coalición de republicanos y socialistas, dejando al margen al Partido Liberal, lo cual anularía al Partido Liberal Unionista. Los republicanos y socialistas habían convocado una manifestación conjunta contra Maura, y se podían llevar mucha popularidad si tenían éxito. Moret se negó a ir a esa manifestación porque tampoco quería ser confundido con los socialistas. Otros líderes liberales sí asistieron.

     Maura pidió la unión de la derecha contra el peligro de la unión de la izquierda que ya se estaba produciendo. Entonces el Bloque de izquierdas se enardeció más y convocó un gran mitin de reafirmación, organizado por un Comité mixto de republicanos y socialistas: Benito Pérez Galdós, Tomás Romero, Pablo Iglesias y Aniceto Llorente. El programa de este Comité era: protestar contra la política reaccionaria y clerical de Maura; poner en libertad a los presos injustamente detenidos, regular los procesos que estaban en marcha, y que fueran reabiertos los centros obreros y las escuelas socialistas.

     El gran mitin del Bloque de Izquierdas tuvo lugar el 7 de noviembre de 1909 en el Jai-Alai de Madrid. El tema peliagudo era la participación del PSOE en el bloque de izquierdas, porque el PSOE era revolucionario y muy radical: Pablo Iglesias pidió una república conservadora que diera garantías de libertad y derechos para los ciudadanos, para que el resultado del acto no fuera en beneficio de los republicanos, que querían república federal, o federalismo republicano. Pidió garantías de libertad y de derechos de los españoles, en lo cual debían estar de acuerdo todos los militantes. Y especificó que el PSOE tenía ideas distintas a los republicanos. Pablo Iglesias se cuidó mucho de diferenciarse de los republicanos de izquierdas, diciendo que el PSOE quería la emancipación del proletariado, la conquista del poder político para los obreros y la crítica del sistema burgués. Ello le diferenciaba de las ideas federalistas de Pi que buscaba regionalismos que llegaran a pactos entre ellos de forma espontánea y soberana.

También destacó en el mitin de Jai Alai, la adhesión por carta de Alejandro Lerroux, del Partido Republicano Radical, el cual no quería nada con los republicanos federales, pero quería estar presente en el inicio de la revolución que creía que se iba a producir en España.

Al mitin no asistieron ni Melquiades Álvarez ni Gumersindo de Azcárate, del grupo republicano astur leonés, que querían una coalición de las izquierdas moderadas para conseguir las libertades democráticas, pero temían que la Conjunción Republicana Socialista cayera en manos de federalistas como Pi y otros republicanos de izquierdas revolucionarios violentos.

     El 8 de noviembre de 1909, el Bloque de Izquierdas se convirtió en Conjunción Republicana Socialista[1], lo que significaba que los republicanos moderados se alejaban de los liberales de Moret, y se acercaban a los socialistas.

La idea de una Conjunción Republicana Socialista se había iniciado como fruto de una conversación de Gumersindo de Azcárate y Benito Pérez Galdós con Pablo Iglesias, para actuar coordinadamente en las elecciones. Alejandro Lerroux, del Partido Republicano Radical, vio posibilidades a esa coalición, y se sumó a ella. Unión Federal Nacionalista Republicana se sumó a Conjunción Republicano Socialista en 1910. Unión Federal Nacionalista Republicana se había constituido en abril de 1910 en Cataluña, a partir de Unión Republicana, Partido Republicano Democrático Federal, y Centre Nacionalista Republicá, todos los catalanistas de izquierdas. Y cuando Azcárate y Melquiades Álvarez se desengancharon, el resultado fue completamente distinto de la idea inicial.

El Presidente de la Conjunción Republicana Socialista era Benito Pérez Galdós, el cual empezó a hablar de su intención de acabar con los caciques, pero se encontró que los había por todas partes, y que él estaba metiendo la mano en el fuego para beneficio de Pablo Iglesias. Incluso Pérez Galdós dijo que le daban ganas de degollar a todos los caciques de su Conjunción Republicana y marcharse de España.

Lo malo de la Conjunción Republicano Socialista, fue que los intelectuales moderados, como Gumersindo de Azcárate y Melquiades Álvarez, no participasen activamente en ella. Estos dos personajes crearon en 1912 el Partido Reformista Republicano, muy minoritario. La Conjunción se había escorado mucho hacia la izquierda.

              Auge del PSOE en 1910.

     Tras la Conjunción Republicana Socialista, el PSOE y UGT experimentaron un incremento grande de afiliados, lo que permitió que, en 1910, Pablo Iglesias saliera elegido Diputado en Cortes.

Lo que puede ser interpretado como un gran triunfo del PSOE, significó más problemas internos al partido: la actitud dictatorial de Pablo Iglesias en la dirección del PSOE, fue cuestionada en un momento en que Iglesias se estaba haciendo viejo, y estaba muy enfermo. Había que dar paso a la nueva generación de pesoístas y elegir a los nuevos líderes. Sobresalían: Julián Besteiro (ingresado en PSOE en 1912), Indalecio Prieto, Luis Araquistáin y Fernando de los Ríos. Pero sus ideologías eran diferentes, y ello amenazaba con escisiones. También estaban García Quejido en Nueva Era, Tomás Meabe en Federación de Juventudes Socialistas Españolas, y Manuel Núñez Arenas en Escuela Nueva. Algunos pedían un PSOE más revolucionario, y otros pedían un PSOE más reformista pero no violento. Besteiro parecía el más intelectual pues había estado en Alemania y conocía las ideas de Karl Kautsky, y era accidentalista, partidario de una transformación lenta de la sociedad española hacia el socialismo. Núñez Arenas había fundado la Escuela Nueva en 1910 y pretendía una formación intelectual de todos los obreros, en ciencia, cultura y política, de forma que se creara entre ellos una nueva moral, pero era revolucionario cerrado, partidario de Gobiernos obreros.

     A los jóvenes socialistas moderados les atraían las ideas de Jean Jaurés, introducir el marxismo en la sociedad sin destruirla, y sin destruir la vieja moralidad europea, sino simplemente reformando estos aspectos. Eran más idealistas que agresivos. La evolución a una sociedad socialista se debía hacer por un camino democrático, y no por la vía de la violencia revolucionaria de Iglesias. Decían que el socialismo era la recuperación de la vieja moralidad europea perdida a lo largo del tiempo por diversas corruptelas.

     En la realidad de la calle, ningún español se ocupó de hacer un buen análisis dialéctico de la realidad española, y un plan de actuación conforme a esa realidad que se debía cambiar. Por eso, tendían a triunfar las ideas sindicalistas de acción directa, de confrontación constante con los patronos. Ante este problema, Pablo Iglesias aceptó la lucha obrera en la calle cuando ésta era circunstancial, pero se negó a la violencia revolucionaria, a la huelga general revolucionaria como método permanente. Esta posición creó un enfrentamiento entre el PSOE de Pablo Iglesias, y la UGT, sobre todo cuando ésta estuvo en manos de Francisco Largo Caballero, Eladio Fernández Egocheaga y Facundo Perezagua Suárez, los cuales eran partidarios de la confrontación constante con los patronos a fin de lograr el Estado de los Proletarios por la fuerza. Pensaban que la huelga general revolucionaria les llevaría al poder.

     Facundo Perezagua Suárez adoptó esta postura de confrontación después de 1910, porque el PSOE no apoyó con decisión la huelga minera de 1910 y la huelga ferroviaria de 1912, que él había convocado. Por ello, en 1913, y con motivo de la huelga minera de Río Tinto, adoptó la táctica de la confrontación abierta.

     Pablo Iglesias y Manuel Llaneza, líder de los mineros asturianos, se oponían a la huelga general. Entonces, Egocheaga les acusó de traidores al socialismo, lo que significó que, en 1914, Egocheaga fuera expulsado del PSOE. Perezagua abandonó el PSOE en 1914 en solidaridad con Egocheaga, y fue expulsado del partido en 1915. La ruptura del PSOE venía pues fraguándose mucho antes de 1921, cuando nació el PCE.

      La Conjunción Republicana Socialista y Moret.

     El 21 de octubre de 1909 llegó al poder Segismundo Moret, y muy pronto, la Conjunción Republicana Socialista fue contra Moret. Moret se había equivocado al aliarse con el Bloque de Izquierdas para ir contra Maura, en el sentido de que habló demasiado y prometió lo que no podía cumplir. El Rey se había equivocado gravemente al interpretar que debía castigar a Maura, como le decían algunos consejeros extranjeros, su familia y los liberal fusionistas. Había echado del poder a su más firme defensor, y los republicanos habían olfateado enseguida su triunfo.

     En ese momento, y cuando ya gobernaba Moret, la Conjunción se organizó internamente. Una parte de los liberal fusionistas, tras subir Moret al poder, se había marchado de Conjunción Republicana Socialista. De hecho, el 24 de octubre de 1909, estos liberales ya no firmaron la convocatoria de una manifestación contra Maura, pero asistieron a ella. Los de Moret estaban emborrachados políticamente por el fervor de las masas, y no fueron capaces de ver el error de estar fortaleciendo a los republicanos. El grupo de izquierdas se autodenominaba por entonces “fuerzas democráticas”.

     Las “fuerzas democráticas” que hemos llamado bloque de izquierdas y que serían al poco Conjunción Republicana Socialista, exigieron a Moret que cumpliera sus promesas de cuando estaba en el bloque con los republicanos y socialistas contra Maura, y antes de ser Presidente del Gobierno. Las palabras excesivas de Moret, pesaban ahora contra él, y se arrepintió mucho de haber hablado demasiado. De hecho el Gobierno era débil por causa de esas promesas, que los republicanos y socialistas le recordaban a cada paso.

     El 8 de noviembre de 1909, un Comité Republicano Socialista se entrevistó con Moret y le pidió amnistía para todos los presos de la Semana Trágica.

         Las elecciones de diciembre de 1909.

     El 12 de diciembre de 1909 hubo elecciones municipales y las ganaron los liberales y los republicanos.

Lo más interesante se producía en Barcelona donde ganaba Alejandro Lerroux (Republicanos Radicales), quedando segundo Esquerra y tercero Lliga. En Esquerra surgió un nuevo líder, Pere Corominas, del Partido de Unión Federal Nacionalista Republicano (PUF), que no sabía si pactar con Cambó (Lliga) o con Lerroux (republicano radical).

Sobre Lerroux, hay que decir que se inició al poco su biografía negra, pues surgió una sospecha de inmoralidad de gestión en el Ayuntamiento de Barcelona, y Lerroux fue atacado por los catalanistas de izquierdas y por los anarcosindicalistas. Adelantemos que Lerroux será conocido en tiempos de la Segunda República por su inmoralidad.

     En Madrid, en las municipales de  diciembre de 1909, la Conjunción Republicano Socialista obtuvo 25 escaños, por 26 de los conservadores. Estuvieron a punto de adueñarse del Ayuntamiento, y empezaron a ser considerados mucho más en serio.

40 ayuntamientos tenían concejales socialistas en España. Sin embargo, el PSOE no estaba lo suficientemente extendido como para llegar al poder, ni los anarquistas tenían organización que les permitiera hacerlo, además de no querer hacerse cargo del poder.

  Los carlistas ganaron en Vitoria y Pamplona.

  Los conservadores ganaron en Palencia y Teruel.

  La Conjunción Republicano Socialista ganó Oviedo, Santander, Salamanca, Castellón y Málaga.

  Los republicanos ganaron en Barcelona, Valencia, y La Coruña.

  Y las demás capitales de provincia sacaron alcaldes del partido gobernante, el Partido Liberal Fusionista.

     El futuro de la Coalición Republicano socialista.

El resultado político de la Conjunción Republicana Socialista fue bueno para los republicanos que, en mayo de 1910 obtuvieron 37 diputados, y para el PSOE, que obtuvo su primer diputado con 40.589 votos en Madrid.

La Conjunción Republicana Socialista fracasó muy pronto: Primero, se descubrió en Barcelona que Lerroux era un corrupto que se beneficiaba de presupuestos de aguas, y de impuestos a la cal, yeso y cemento y, en diciembre de 1910, el Partido Republicano Radical de Lerroux tuvo que ser expulsado de la Conjunción. En segundo lugar, en 1912, Galdós se quedó ciego y abandonó la política. La Conjunción Republicana Socialista fue gestionada desde ese momento por Gumersindo de Azcárate. Gumersindo de Azcárate era un republicano ya quemado desde 1907-1908. En estos años era un reformista de los que denominaríamos posibilistas. Sus teorías políticas eran muy interesantes, pero sus posibilidades en la arena política eran muy pocas.

Y en tercer lugar, el proyecto de la Conjunción no tuvo futuro porque cada líder de la Conjunción vivía en una región española diferente: Asturias, Cantabria, Valencia y Madrid, y cada uno actuaba por su cuenta, catalanistas por un lado, y Republicanos Reformistas por otro. Conjunción Republicano Socialista decayó paulatinamente. Y con ella, fue decayendo el republicanismo. El republicanismo se había mostrado como una fuerza política estéril que se esforzaba por construir un cuerpo doctrinal cuando ya era tarde, pues en su momento de auge, en 1873, no lo tuvo. Y la sociedad española de 1910 se inclinaba ya más por visiones socialistas y anarquistas, y también comunistas a partir de 1919, que por republicanismos. El republicanismo era visto como una izquierda burguesa que ya no interesaba a la burguesía, y que no tenía intereses en común con las clases populares.

     Melquiades Álvarez se había vuelto un solitario entre los republicanos, un catedrático de Derecho Romano en Oviedo, al que no le gustaba la disciplina de partido al recibir órdenes, ni le gustaba hacer sangre cuando atacaba, de modo que resultaba poco útil a los republicanos en su política contra los privilegios católicos y más tarde contra el socialismo.

         Grupos Católicos en 1909.

     Maura se aproximó al catolicismo integrista, lo cual le cerraba caminos de la apertura política que se había propuesto hacer en 1907. Al ligarse a un grupo muy de derechas, cerraba la posibilidad de unión de los españoles monárquicos que representaba hasta ese momento su persona. España perdía opciones políticas. Desde sus inicios liberales de diez años antes, Maura estaba cambiando mucho. Pero temía la formación de un grupo de izquierdas y no quería verse anulado por él.

     Maura consiguió resucitar el Maurismo, como adhesión a su persona: Maura había reorganizado el Partido Liberal Conservador en torno a él, utilizando, amigos (Juan de la Cierva), cuñados (Germán Valentín Gamazo), yernos (Luis Redonet), hijo (Miguel Maura), y hombres de su confianza personal como Antonio Lázaro (naviero de Valencia), Fernando Ibarra (industrial de Vizcaya), García Blanes (cultivador de uva de Almería), Luis Marichalar Vizconde de Eza (propietario de Soria), Arcadio Albarrán (propietario de Badajoz), y líderes de los diez comités de barrio de Madrid: La Cierva, Allendesalazar, Sánchez Guerra, Sánchez Toca, Marqués de Vadillo, García Álix, Juan Bautista de Armada y Losada Marqués de Figueroa, Javier Ugarte y Eduardo Dato.

El catolicismo estaba intentando hacer política, pero el “socialismo católico” no prosperó nunca porque los círculos católicos eran asociaciones verticales de patronos y obreros, dirigidos por capellanes bajo supervisión de los obispos. Entonces, algunos sacerdotes pensaron en asociaciones exclusivamente obreras. Agrupaciones de este tipo independiente de los patronos eran:

1907, el padre Palau creó Unión Profesional de Dependientes y Empleados de Comercio, de Barcelona.

1909, Federación de Sindicatos Católicos de Valencia, que fue el primero de una serie de igual nombre en La Rioja (1910), Burgos (1910), Madrid (1912), Álava (1912), Valladolid (1915) y La Mancha (1915).

     En 1909, los padres Gerard y Gago crearon unos Sindicatos Católicos Libres (que no son los sindicatos libres de 1921) y en 1916 los coordinaron en Federación Nacional, en Pamplona, con los periódicos La Voz de Trabajo y El Sindicalismo Libre. Los Sindicatos Católicos Libres se oponían a los de control patronal patrocinados por el marqués de Comillas, y a los círculos y federaciones controladas por los obispos, de modo que dijeron que se asociarían incluso con UGT, si las reivindicaciones laborales eran justas.

     En 1909, el sacerdote orensano Basilio Álvarez puso en marcha una Liga de Acción Gallega, vinculada al periódico Acción Gallega. Era un movimiento social agrario que funcionaba desde Madrid, apoyado por Portela Valladares y Alfredo Vicenti. En 1911, Basilio fue trasladado a un pueblo de Orense y la asociación, sin él, se radicalizó, y en 1912 hizo un manifiesto contra los caciques, contra los foros y por el redencionismo agrario. En 1913 Basilio fue trasladado a Cuba, y la asociación decayó.

     En 1912, el sacerdote asturiano Maximiliano Arboleya Martínez creó Federación de Sindicatos Independientes, y también una Casa del Pueblo en Oviedo, con la intención de que fueran sindicatos católicos y profesionales, alejados de la política de conseguir el poder, y por eso les llamó “puros”. No exigía confesionalidad a sus socios, aunque el sindicato era católico. Arboleya había nacido en Pola de Laviana (Asturias) en 1870, estudiado en el seminario de Oviedo y en Roma en 1873-95, donde había conocido la doctrina social de León XIII. Se ordenó sacerdote en 1895, y fue canónigo de Oviedo en 1896. En 1901 había fundado el periódico El Carbayón, cerrado en 1912. Visitó Bélgica e Italia para ver las experiencias sociales cristianas de Europa, e hizo asociaciones obreras similares. En 1919 crearía “Grupo de la Democracia Cristiana”, en 1931 volvería a intentar sindicatos cristianos. En 1936 se refugió en Vizcaya y allí le encontró el ejército franquista, que le acusó de rojo y traidor. En 1939 fue a Mieres, y murió en 1951.

     Un concepto muy distinto del servicio a la sociedad es el de Pedro Poveda Castroverde 1874-1936 nacido en Linares (Jaén), que creía que el catolicismo es más importante que la propia labor entre los obreros, y en 1911 creó la Institución Teresiana (aprobada canónicamente en 1917) para defender el catolicismo desde la enseñanza, e incluso pensó en una Institución Católica de Enseñanza que debía formar profesores católicos, pero no llegó a realizarla. La idea era instruir a algunas mujeres en estudios superiores y que llegaran a ser doctoras, licenciadas, profesoras o maestras y debían luchar contra el liberalismo. Se formaban en internados. Daban clases a adultos. Impartían catequesis. Y también trabajaban en Enseñanza Media y Universidad si ganaban las plazas.

     En 1912, el cardenal Gregorio Aguirre García, primado de España, hizo un proyecto de central sindical católica nacional, y convocó asamblea de sindicatos católicos en Valladolid en 1915 para crear una Unión General de Trabajadores Católicos de España, pero el proyecto estaba tan mal redactado, con el lenguaje equívoco propio de los sacerdotes conservadores, que fue un fracaso absoluto. Aguirre murió en 1913.

     En 1912, Sisinio Novares 1878-1946, nacido en Carrión de los Condes (Palencia), jesuita y profesor de Deusto, creó en Valladolid el Círculo Católico de Obreros de Valladolid, que estaba integrado principalmente por obreros de RENFE y Norte.

     En 1912, un grupo de sacerdotes vascos fundó la escuela Jaungoika-Zale Bazkuna para enseñar catolicismo en lengua vasca, lo cual era conjunción de nacionalismo y catolicismo. De este movimiento se escindió Navarra, porque era agrícola y sus intereses eran contrarios a los de la industria y comercio vasco, y Navarra se hizo más carlista, mientras el País Vasco era más nacionalista. Ambos eran católicos de derechas. El nacionalismo, tanto vasco como catalán, hasta estas fechas, estaba fuertemente ligado a los curas que organizaban coros, danzas y clases de vasco o catalán, incluyendo poesía y literatura en general. Pero ya desde 1890 los burgueses habían percibido la importancia de controlar este movimiento popular, y hasta los anarquistas estaban preparados para beneficiarse de él.

     También era católica, pero nacionalista y del PNV, Solidaridad de Obreros Vascos, pero no tenía capellanes católicos. Era manejada por los empresarios de Astilleros del Nervión, pero se extendió a otros oficios y pueblos.

     En 1915, Sisinio Novares y Antonio Monedero unieron sus grupos obreros y crearon Confederación de Castilla la Vieja, lo cual fue origen de una confederación obrera de mayor extensión que sería Confederación Nacional Católico Agraria CNCA, y en 1919, sumando a estos agricultores los ferroviarios y mineros de Valladolid, apareció Confederación Nacional de Sindicatos Católicos Obreros CNSCO. Sisinio Novares, en 1936 se hizo capellán castrense para los sublevados, y en 1940 se vio sorprendido por el desmantelamiento de las organizaciones obreras católicas, como casi toda la Iglesia Católica ante el fascismo y las dictaduras parafascistas. Sisinio moriría en Valladolid en mayo de 1946.

     Más católico que los propios sacerdotes católicos, era el marqués de Comillas, Claudio López Bru, que en 1912 transformó su Asociación de Obreros Católicos del pueblo de Moreda de Aller, en Sindicato Católico de Obreros Mineros de Asturias. Los obreros de las minas eran obligados a cumplir con las devociones católicas y a pertenecer al sindicato, que subvencionaba el marqués para asegurarse de que no hubiera conflictividad.

     Los que más se significaron en la línea de ser dirigidos por capellanes y obispos, fueron los agricultores. En 1912 se constituyó en Valencia la Federación Nacional Católica Agraria, que acabará en 1916 en Confederación Nacional Católica Agraria, y estaba integrada por patronos, pequeños propietarios y obreros.

     Hacia 1924 encontraremos el movimiento católico de Severino Aznar 1870-1959, que empezó como seminarista en Zaragoza pero abandonó en 1893 para hacer Filosofía y Letras, y fue periodista. En 1928, tras un exilio en Burdeos, fue catedrático de Sociología de la Universidad Central y entonces inició este movimiento católico de dar conferencias y preparar encuentros obreros y campesinos, junto a José Latre, Salvador Misguijón, Inocencio Jiménez, llegando a fundar el Grupo de la Democracia Cristiana en compañía de Castroviejo, Ruiz del Castillo y Jordana de Pozas. Incluso propuso transformar las cofradías en sindicatos para volver al espíritu original.

         Paz en la Guerra de Marruecos.

     En 20 de enero de 1910, se consideraron terminadas las operaciones extraordinarias en Marruecos, se repatriaron las tropas enviadas en julio pasado, y empezaron a adjudicarse las recompensas y ascensos por méritos de guerra. El descontento de los militares no africanistas fue grande.

     Moret intentó condecorar a Maura. Maura, además de no aceptar, se fue a hablar con el Rey y le pidió que destituyera a Moret.

              Final del Gobierno Moret.

     En febrero de 1910, Moret llevó a Palacio la petición de disolución de Cortes y convocatoria de nuevas elecciones generales. Y se encontró con el cese que le pidió el Rey. Alfonso XIII se justificó diciendo que Moret era masón y estaba siendo manipulado por los masones. Cambó comentó que era una maniobra de Maura, para vengarse de Moret. Se dijo que el Rey no le dio disolución de Cortes porque estaba pensando en poner a Weyler, un militar, como Jefe del Gobierno.

     Moret dimitió. El Rey nombró a Canalejas, actuando por su cuenta en contra de la idea de Cánovas de dejar libre el turno de partidos.

              El futuro de Moret.

     Segismundo Moret Prendergast fue abandonado por sus compañeros de partido, tuvo que dimitir en febrero de 1910, y abandonó la alta política, aunque fue colocado como Presidente del Congreso de Diputados hasta su muerte. Se dijo que estaban en su contra los liberales Álvaro de Figueroa conde de Romanones, Manuel García Prieto y José López Domínguez, y el conservador Eduardo Cobián Roffignac[2]. De la postura de Canalejas hay dudas, pero parece que estaba de acuerdo en derribar a Moret.

     Los liberales del Partido Liberal Fusionista no encontraban líder. En 1902, Sagasta era demasiado viejo y parecía haber elegido como sucesor a Eugenio Montero Ríos, pero Sagasta murió en 1903 sin haber consolidado a un sucesor. Montero Ríos no era fácilmente aceptable porque tenía ideas nuevas, de desarrollar la previsión social e intervenir en los contratos laborales, lo cual escandalizaba a los puristas liberales defensores de que el Estado no interviniera en la economía en nada. En la votación por la jefatura del Partido, Segismundo Moret sacó casi tantos votos como Montero Ríos, y el resultado fue que se formaron dos facciones. Y cada líder liberal tenía su propio partido dentro del Partido Liberal.

De hecho, Montero Ríos cuando creyó que el Partido Liberal Fusionista estaba roto se unió a López Domínguez, y ambos fundaron en 1903 el Partido Liberal Democrático. Este nuevo partido apenas tuvo éxito, y Moret llegó a tener más seguidores que Montero Ríos. Pero se acordó la unidad entre Montero Ríos y Moret, y el viejo Partido Liberal Fusionista continuó con la apariencia de estar unido. Montero Ríos gobernó de junio a diciembre de 1905, y fue sustituido en la Presidencia del Consejo de Ministros por Segismundo Moret. El liderazgo no estaba claro.

En 1907 irrumpió con fuerza José Canalejas Méndez, del Partido Democrático Monárquico, y aportó nuevas ideas como la necesidad de someter a la Iglesia a la autoridad del Estado en todo lo que fuera materia civil. El Partido se reagrupó en contra de Maura, pero la unidad era leve. Cuando murió Canalejas en 12 de noviembre de 1912, surgieron nuevos líderes, Álvaro de Figueroa marqués de Romanones y García Prieto. Y todavía Santiago Alba creó Izquierda Liberal, con lo cual el Partido Liberal Fusionista aparecía como un conglomerado o amalgama. La forma de elegir líder del partido, la política clerical, y la cuestión de si el partido debía intervenir en materia de previsión social y salarios, dividían a los liberal fusionistas. Por su parte, un grupo, el de Alonso Martínez, no quería verse implicado en las luchas entre facciones y decidieron sentarse en el centro del hemiciclo, por lo que fueron llamados “centralistas”. Y en 1908, Melquiades Álvarez  se constituyó en grupo aparte  de oposición liberal.

              Las patronales.

     La patronal fuerte y antigua era Fomento del Trabajo Nacional, de Barcelona. Pero los otros empresarios decidieron asociarse para tener una actitud común frente a las huelgas, admisión de obreros mediante confección de listas negras, coordinación de salarios, pago del retiro obrero…

Asociaciones patronales fueron: Liga de Productores Vizcaínos; Círculo Minero de Vizcaya, cuyo fin principal fue oponerse a la jornada de 8 horas. Asociación Patronal de Mineros de Asturias (1913).  Federaciones Patronales de Madrid, Barcelona, Zaragoza, que se asociaron en 1914 en Confederación Patronal Española, con sede en Madrid; Federación Gremial Española, 1912, que agrupaba a pequeños comerciantes y algún industrial; Círculos Mercantiles de casi todas las ciudades grandes españolas, cuya principal finalidad era presionar sobre los Ayuntamientos, e incluso sobre las Diputaciones y sobre el Gobierno de España, a favor de sus intereses.


[1] Antonio Robles Egea. Formación de la Conjunción Republicano Socialista de 1909. Revista de Estudios Políticos nº 29, sept-oct de 1982.

[2] Eduardo Cobián Roffignac, 1857-1918, nacido en Pontevedra, hizo Derecho en Santiago de Compostela y lo terminó en Madrid, fue Ministro de Marina en 20 de julio de 1903, y de nuevo el 6 de enero de 1905. A la muerte de Raimundo Fernández-Villaverde y García de Rivero, el 11 de julio de 1905, se convirtió en el líder del Partido Liberal Conservador.

Post by Emilio Encinas

Emilio Encinas se licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca en 1972. Impartió clases en el IT Santo Domingo de El Ejido de Dalías el curso 1972-1973. Obtuvo la categoría de Profesor Agregado de Enseñanza Media en 1976. fue destinado al Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega en 1976-1979, y pasó al Instituto Santa Clara de Santander 1979-1992. Accedió a la condición de Catedrático de Geografía e Historia en 1992 y ejerció como tal en el Instituto Santa Clara hasta 2009. Fue Jefe de Departamento del Seminario de Geografía, Historia y Arte en 1998-2009.

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