LA MÚSICA ESPAÑOLA DE PRINCIPIOS DEL XX

La música de tiempos de Alfonso XIII estuvo condicionada por dos circunstancias: la primera era que los músicos españoles de final del XIX y primeros años del XX, se iban a París donde había mucho mayor nivel en el Conservatorio y en escuelas particulares. La segunda fue, que al estallido de la Gran Guerra, los músicos volvieron a España, al tiempo que músicos extranjeros buscaban sobrevivir en España.

Así pasó con Falla, Turina, y Oscar Esplá 1889-1975. Y también, varias compañías de ballet decidieron escapar de la guerra, y se trasladaron a España, o hicieron giras por América. Destacó el ballet de Diaghilev en el Teatro Real y en el Liceo, el cual dio a conocer a Igor Stravinsky (El Pájaro de Fuego, y Petruschka). También por entonces se conoció en España la música de Mendelssohn, Debussy, Las Golondrinas de Uzandizaga, Maruxa de Vives. Igualmente, fue conocido Falla, el cual tocó Siete Canciones Populares Españolas, y creó la Orquesta Filarmónica de Madrid, que dirigió Bartolomé Pérez Casas. En 1915 apareció también la Sociedad Nacional de Música. Se trataba de superar el trabajo de la Orquesta Sinfónica de Madrid, la cual parecía poco avanzada en música. Barcelona, con mayor nivel económico y cultural, escuchó a Blancafort, Mompou, Toldrá, Gerhard, Guridi, Vives (zarzuela Los Bohemios), y consolidó la Orquesta de Pau Casals, Conrado del Campo, Esplá.

     En España, a principios del siglo XX, había ya una base de cultura musical proveniente del XIX: En 1830, se había creado en Madrid en Real Conservatorio Superior de Música en la Plaza de los Mostrenses, actual Calle de Isabel la Católica 15. A partir de 1852, las clases pasaron al Teatro Real. En 1868, se creó la Escuela Nacional de Música y Declamación, cuyo primer director fue Emilio Arrieta, en 1868-1894, seguido por Jesús de Monasterio a partir de 1894. En 1921 se cerró el Teatro Real, y el Conservatorio deambuló por sedes provisionales, hasta que volvió a Teatro Real en 1966. En 1990, el Conservatorio tuvo por fin sede propia en Calle Santa Isabel 53 de Madrid, antiguo Hospital de San Carlos.

              Los viejos maestros.

     Juan Pascual Antonio Emilio Arrieta Corera, 1821-1894, se había formado en el Conservatorio de Milán, en el propósito de componer ópera, y más tarde zarzuelas. Fue profesor de Isabel II y en 1868 escribió Abajo los Borbones, lo que tal vez sirvió para nombrarle Director de la Escuela Superior de Música.

     Jesús de Monasterio Agüeros, 1836-1903, fue un violinista lebaniego cántabro de fines del XIX, imprescindible para entender los principios del siglo XX español, porque tras formarse en Bruselas, fue Director del Conservatorio de Música de Madrid y, desde 1887, profesor de alumnos de muy alto nivel en violín y violonchelo, por lo que todos los españoles que tocaban estos instrumentos pasaron por sus aulas. Sus obras están ya dentro del nacionalismo: Fantasía Original Española, 1853, para violín y orquesta; Adiós a la Alhambra, 1855, para violín y piano; Concierto en si bemol para violín y orquesta, 1859; Marcha fúnebre y triunfal, 1864; Scherzo Fantástico, 1865-1866; Melodía para Orquesta, 1872; Sierra Morena, 1877.

     Ruperto Chapí Lorente, 1851-1909, fue un alicantino que aprendió música en la banda municipal, y en 1867 fue enviado al Conservatorio de Madrid y en 1873, a Roma, donde intentó componer ópera, como enseñaban en ese centro. Triunfó en la zarzuela: La tempestad, 1872; La Bruja, 1887; El rey que rabió, 1891; El tambor de granaderos, 1896; La Revoltosa, 1897. Y también hizo: La Patria Chica; La venta de Don Quijote; Circe, 1902; Margarita la Tornera, 1909.

     El siglo XIX en Europa había producido músicas nacionalistas, y España se incorporó tarde a esta corriente, ya en el siglo XX. El precursor de este tipo de música nacionalista fue Felipe Pedrell.

     Felipe Pedrell Sabaté, 1851-1922, aprendió música como niño cantor en la catedral de Tortosa, y en 1863 le enviaron a Barcelona a estudiar música. En 1866, compuso un Stabat mater, a tres voces. En 1876 fue a Roma, y en 1877 a París. Allí se dio cuenta del valor de la tradición, y valoró el flamenco como esencial en la música española, que se debía sumar a la música culta, que también dominaba, para dar personalidad a lo español. En 1894 fue profesor en el Conservatorio de Madrid, e hizo un gran trabajo definiendo los términos de la musicología. Los alumnos le interpretaron como el referente de la música conservadora.

     Regina de Lamo Jiménez, 1870-1947, fue una pianista que destacó también por sus ideas anarquistas y feministas.

              Época nacionalista.

Isaac Albéniz 1860-1909, catalán, niño prodigio al piano, fue exhibido en giras americanas y europeas. En 1883 fue llevado a estudiar a Barcelona, y en 1885 a Madrid, donde intentó la ópera: Pepita Jiménez, 1898. En 1889 fue llevado a París a estudiar piano avanzado, cuando ya llevaba dos decenas de años haciendo exhibiciones. Hizo también música nacionalista en la obra Iberia, 1905-1908. En Suite Española y Suite Española II, en donde hizo un himno para región española.

Enric Morera Viura, 1865-1942, nacido en Barcelona de padre músico, se formó en Argentina, y regresó a Barcelona a los 28 años de edad. Compuso múltiples sardanas.

     La música nacionalista alcanza su apogeo con Enrique Granados Campiña, 1867-1916, también catalán como Albéniz. Hijo de funcionario, nació en Lérida, pasó la infancia en Canarias, y fue a Barcelona a los 11 años de edad. Granados era un niño enfermizo que sólo estudió música, pero fue un virtuoso del piano. En 1882 empezó estudios de piano, y en 1886 se hizo pianista de café. En 1887 llegó a París, pero la experiencia no fue satisfactoria, y en 1889 volvió a Barcelona. En 1893 escribió Doce Danzas españolas y consiguió el éxito en Barcelona. En 1911 escribió Goyescas, lo cual fue un éxito en Paris en 1914.

     La música nacionalista española se desarrolló en sumo grado con Bartolomé Pérez Casas, 1873-1956, músico militar y catedrático de Armonía en el Conservatorio de Madrid. Participó en la creación de la Orquesta Filarmónica de Madrid. Escribió: Suite Murciana. A mi tierra, 1905, pieza que se considera un hito de la música nacionalista. También armonizó La Marcha Real en 1908.

     Manuel de Falla, 1876-1946, es considerado como el músico español más importante de primera mitad del siglo XX, como el nexo entre la música “exótica y pintoresca” española, con la música universal de mayor calidad. Nació en Cádiz en una familia burguesa y fue enviado a Madrid en 1896 para estudiar composición y piano. En Madrid leyó L`Acustique Nouvelle, París 1854, de Louis Lucas, conoció a Pedrell, que era profesor del Conservatorio desde 1895, ganó concursos musicales de interpretación al piano y de composición, escribió La Vida Breve, 1905, e hizo algunas zarzuelas para ganar algún dinero. Y con esa formación, se fue a París, la ciudad de más cultura musical en ese tiempo, y adquirió la habilidad del lenguaje musical junto a Dukas, Fauré, Albéniz, Ricardo Viñes, F. Schmitt, Roland Manuel, Debussy, Ravel, Diaghilev y Stravinsky. En 1914, regresó a Madrid y se encontró con que La Vida Breve, era un éxito, al igual que Cuatro Piezas Españolas. En la velada de bienvenida, presentó Siete Canciones Españolas: El Paño Moruno; La Seguidilla Murciana; Asturiana; La Jota; La Nana; Canción; y Polo. Fueron un éxito. Compuso entonces sus obras más conocidas: Noches en los Jardines de España, 1915 (En el Generalife; Danza Lejana; En los Jardines de la Sierra de Córdoba); El Amor Brujo, 1915; El Sombrero de Tres Picos, 1919; Fantasía Bética, 1919; Homenaje, 1920; El Retablo de Maese Pedro, 1922; Psyché, 1924; Soneto a Córdoba; Concierto para Clavicénfalo, Flauta, Oboe, Clarinetto, Violino y Violonchelo, 1926. Falla ya utilizaba muchos recursos musicales, y podía hacer mucha variedad de obras. La Atlántida, es una obra con historia propia, pues Falla se propuso componerla para 1929, comentando una obra de Jacinto Verdaguer de igual nombre. Pensaba exponerla en la Plaza del Rey de Barcelona y en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. No estuvo a tiempo. Falla continuó trabajando en ella a ratos hasta su muerte en 1946. Entonces se encargó su finalización a Ernesto Halffter, el cual la terminó en 1961, y fue estrenada en 1962.

     Pau Casals Defilló, 1876-1973, fue un catalán que demostró una nueva técnica de tocar el violonchelo que impresionó a todo el mundo. Además era compositor. Fue Profesor del Real Conservatorio de Madrid. Era catalanista cultural. En 1917 se opuso a los comunismos. En 1933 se opuso al nazismo. En 1936, se declaró republicano, por lo que en 1939 se tuvo que exiliar a la finca que la familia tenía en Puerto Rico, donde murió. Fue ante todo violoncelista, pero también compuso.

     Conrado del Campo Zabaleta, 1878-1953, se formó en el Conservatorio de Madrid, y luego perfeccionó en Berlín. Sus primeros años trabajaba con su violín en un circo, cuando tenía 14 años de edad, y luego pasó a teatros, y por fin logró plaza en el Teatro Real de Madrid. Su obra es nacionalista: Bocetos Castellanos; Obertura madrileña; Evocación de Castilla; Fantasía castellana; Tríptico castellano; El viento de Castilla; Granada. También tiene otras muchas obras.

     Jaume Pahissa Jo, 1880-1969, se hizo conocido en los años 20 con Monodia, y Suite Intertonal, y también escribió varias óperas. En 1937 se marchó a Argentina.

Joaquín Turina Pérez, 1882-1946, fue un sevillano que salió al público como niño prodigio del acordeón, y luego estudió música en la catedral de Sevilla. En 1902 pasó a Madrid donde conoció la gran música orquestal europea, al tiempo que perfeccionaba el piano. En 1903 pasó a París, donde triunfó con el Poema de las Estaciones. Se dio cuenta de que la personalidad de su música salía del folclore español, la Andalucía flamenca, el pasodoble, el zorcico vasco, la jota. Y escribió: La Procesión del Rocío, 1912; La navidad, 1916; La adúltera penitente, 1917; Jardín de Oriente, 1923; Danzas fantásticas, 1930; Sinfonía sevillana, 1930; La oración del torero.

Pedro Blanco López, 1883-1919, fue un leonés que se formó en el Conservatorio de Madrid, y fue profesor en el de Oporto desde 1903, hizo música nacionalista como la Suite Hispania, 1910; Galanías, Imágenes de España, 1916; Castilla.

     Jesús Guridi Bidaola, 1886-1961, es el prototipo de nacionalista vasco católico. En 1897, la familia fue a Madrid para que empezara a estudiar música, siempre entre congregaciones religiosas católicas, y en 1903 estuvo en París, y luego en Bruselas, Colonia y Munich, componiendo ya temas religiosos, al tiempo que algunos profanos. En 1908 regresó a Bilbao y allí empezaron sus éxitos con la ópera Amaya, 1920-1919; Cantos populares vascos, 1913-1923; El Caserío, 1926. En 1939 marchó a Madrid como profesor del Conservatorio, protegido por el régimen franquista e hizo: Seis canciones castellanas, 1939; Diez melodías Vascas, 1941; Sinfonía pirinaica, 1946;

Oscar Esplá Triay, 1886-1976, alicantino, aprendió música en la infancia, como tantos otros niños de la zona, y fue enviado a Barcelona a estudiar ingeniería y filosofía, pero se decantó por la música y empezó a componer obras desde 1905. Entonces, se le envió a Alemania y a París para perfeccionar composición. En 1930 era catedrático en el Conservatorio de Madrid. En 1936 huyó a Bélgica. Las dificultades surgieron en 1939, al empezar la Segunda Guerra Mundial, cuando tuvo que vivir de ayudas de amigos y de la UNESCO. En 1951 regresó a España. Su obra se basó en la tradición regional española y fue inmensamente prolífica, obras para piano, música de cámara, música orquestal, música vocal incluida la orquestación del Himno de Riego; música sacra, óperas, y ballets. En Sonatina del Sur, hace música mediterránea

     Julio Gómez García, 1886-1973, se formó en música en el Real Conservatorio de Madrid con profesores como Tomás Bretón, Emilio Serrano y Felipe Pedrell, al tiempo que estudiaba Filosofía y Letras. Se hizo archivero-bibliotecario, y logró llegar al Conservatorio por ese camino. En 1943, consiguió la cátedra de cultura literaria, y en 1952, la de composición. Hizo una música sinfónica importante: Suite en do, 1915; Balada, 1920; El Pelele, 1924; Marcha española, 1929; Égloga, 1929; Canción árabe, 1934; Maese Pérez el Organista, 1940. También hizo música coral, música de cámara, zarzuelas y óperas.

     Juan Antonio Ruiz-Casaus López Carvajal, 1889-1972, fue un violonchelista andaluz, hijo de un militar, que pasó su infancia en Cádiz, El Ferrol, Madrid y Cádiz, y se formó en el Conservatorio de Madrid y perfeccionó en París. En 1915 fue violonchelista de la Orquesta Sinfónica de Madrid y en 1920, profesor del Conservatorio de Madrid. Su pasión fue difundir la música de Cámara por las ciudades españolas.

     Federico Mompou Dencause, 1893-1987, fue un compositor catalán, que compuso sobre todo para piano, formado en el Conservatorio del Liceo de Barcelona, y desde 1911 en París. Triunfó en Alemania. En España se difundió su Sinfonía Azul.

     Robert Gerhard Ottenwael, 1896-1970, hijo de padre suizo y madre francesa, nació en Cataluña. Sus padres le encaminaron por los estudios de Comercio en Suiza, pero él profirió la música en Madrid. Fue alumno de Granados y de Pedrell, y luego complementó en Viena y Berlín. Hizo: La Infancia maravillosa de Sherezade, 1918; Piano Trío, 1918; Siete Hai-ku, 1922, para voz y cinco instrumentos; Quinteto de viento; la ópera La Dueña; Ballets como  Ariel; Don Quijote; Pandora; Veladas de Barcelona; sinfonías, conciertos para orquesta, violín, piano y clavicordio… Es autor de música nacionalista en Catorce canciones populares de Cataluña, 1931. En 1939 se marcho a Cambridge. En 1936 se exilió a Gran Bretaña, donde desarrolló gran parte de su obra.

     Gaspar Cassadó Moreu, 1897-1966, fue un violonchelista catalán formado en la Capilla de la Mercé, al que descubrió Pau Casals y le envió a estudiar a París. En 1914 empezó a ganarse la vida dando conciertos por España, Francia, Italia y Argentina. Pero en 1932 fue acusado de simpatizar con Mussolini, y sus posibilidades aminoraron mucho.

     Manuel Blancafort de Perelló, 1897-1987, se formó en música pasando notas a rollos para pianola, y adquyirió una gran habilidad musical. Hizo Parc d`Atraccións, 1918-1924; La Polka del Equilibrista; L`Orgue del Carrousell; American Souvenir, 1927; Sonatina antigua, 1929; Concerto omeglio, 1944; Concierto Ibérico, 1946; Cuarteto de Pedralbes, 1949; Sinfonía en mi mayor, 1950; Rapsodia catalana, 1953; y algunas sardanas.

     Joaquín Rodrigo Vidre, 1901-1999, fue un valenciano casi ciego, que estudió solfeo, violín y pìano por el método braille en Valencia, y en 1923 ya componía obras para piano, violin y violonchelo, y en 1924, para orquesta: Juglares; Cinco piezas infantiles. En 1927-1932 fue a París donde perfeccionó su música. En 1939 se estableció en Madrid. Concierto de Aranjuez, 1940, se estrenó en Barcelona, y fue un éxito mundial definitivo y el triunfo de la guitarra como instrumento musical de primer orden, para el que hizo también: Fantasía para un gentil hombre; Concierto andaluz; Concierto madrigal; Concierto para una fiesta. Sus composiciones son variadas y múltiples.

     Antonio José Martínez Palacios, 1902-1936, fue un burgalés educado en una familia católica, dentro de una ciudad ultracatólica, que en 1920 fue a Madrid a estudiar música, y enseguida empezó a producir: Sonata Castellana, 1921; Poemas de juventud, 1921; Sinfonía castellana, 1923; Danza burgalesa nº 4, 1925. En 1925 y 1926, estuvo los veranos en París estudiando la música de actualidad. Sonata gallega para piano, 1927; Himno a Castilla, 1929; Cantos populares Burgaleses, 1932; El Mozo de Mulas, ópera inacabada de 1934; Romancillo infantil para guitarra; Sonata para guitarra, 1933. En 1935, se atrevió a criticar al clero burgalés que estaba tapando el delito de un cura pederasta, y ello le costó la vida en los primeros días de la guerra, a manos de un grupo de falangistas.

     Rafael Rodríguez Albert, 1902-1979, fue un alicantino ciego, que aprendió música como tantos otros niños alicantinos, y en 1917 llegó a Valencia y estudió piano, composición y Filosofía y Letras. Fue profesor de música, en Alicante, Madrid y Onteniente, y tras la guerra, vivió en Granada. Escribió: El general, 1914; Homenaje a Falla, 1944; Preludios, 1946; La Antequeruela, 1976.

              Los europeístas.

     En noviembre de 1930, surgió en Madrid El Grupo de los Ocho, o Grupo de Madrid, integrado por Ernesto Halffter, Rodolfo Halffter, Juan José Mantecón, Julián Bautista, Fernando Remacha, Rosa García Ascot, Salvador Bacarisse, y Gustavo Pittaluga. Querían defender la música clásica, frente al romanticismo nacionalista, pero admiraban a Falla por su sentido universalista. Querían una música universal que superara el condicionante de que los músicos españoles tenían que hacer música española.

     Juan José Mantecón Molins, 1895-1964, hijo de un funcionario, nació en Galicia, pero se formó en Madrid, donde estudió Magisterio, Derecho y Filosofía y Letras, al tiempo que recibía clases particulares de música. No estudió en el Conservatorio. Fue un hombre que escribió partituras musicales, y muchos artículos sobre música. Entre las partituras: Cuando en la tarde suena la danza, 1918; Dos poemas líricos, 1918; Soliloquio para violín y piano, 1920; Danza del atardecer, 1931; Nocturno galante, 1932; Canción del Marqués de Santillana, 1935. Su mayor trabajo se produjo en artículos periodísticos a favor de la música y su inclusión en el curricuum escolar, así como el libro: Introducción al estudio de la música, 1942, y múltiples programas radiofónicos, para los que escribía la música, además de intervenir en la difusión musical.

     Salvador Becarisse Chinoria, 1898-1963, nació en Madrid. Su padre era francés. Estudió Derecho y Filosofía y Letras, al tiempo que Piano y composición. Se propuso cambiar la música tradicional española. En 1923 compuso su primera obra importante: La nave de Ulises. Luego sería más conocido por Concertino para guitarra y orquesta en la menor, opus 72, 1957; Fantasía Andaluza. Era comunista, y en 1939 huyó a Francia donde desarrolló su música.

     Fernando Remacha Villar, 1898-1984, fue un navarro católico, iniciado en violín en Tudela y Pamplona, que completó estudios en Madrid donde hizo el ballet La Maja vestida, 1919; el poema sinfónico, Alba, 1922; y Tres Piezas para piano, 1923. En 1923-1928, estuvo en Italia. No se exilió en 1939. Otras obras: Jesucristo en la Cruz, 1955; Rapsodia de Estella, 1958.

Rodolfo Halffter Escriche, 1900-1987, madrileño de padre alemán, se formó en la familia y en el Conservatorio de Madrid. Escribió: Dos Sonatas de El Escorial, 1930; Don Lindo de Almería. En 1939 huyó a México.

     Julian Bautista Cachaza, 1901-1961, escribió el ballet Juerga, 1929; Obertura grotesca, 1932; Cantar de Mío Cid, 1947. En 1939 huyó de España y se instaló en 1940 en Argentina.

Rosa García Ascot, 1902-2002, se formó con Felipe Pedrell, Manuel de Falla y Enrique Granados, y se convirtió en uan figura de la interpretación al piano.

Ernesto Halffter Escriche, 1905-1989, a los 15 años ya compuso sus Crepúsculos, y llamó la atención de Manuel de Falla, que le hizo su discípulo y colaborador. Hizo Sinfonía, 1925; Sonatina, 1928. Ernesto vivió tanto en España como en Portugal, y compuso para los dos países: Rapsodia Portuguesa para piano y orquesta, 1938; Amanecer en los jardines de España, 1937; Canciones portuguesas, 1943; Canciones españolas, 1945. Pero su máxima popularidad le provino de la proposición para que acabara la obra de Falla, Atlántida, lo cual hizo en 1962 y en 1976. También escribió, aparte de otras muchas obras, Concierto para guitarra y orquesta, 1969.

      Gustavo Pittaluga González del Campillo, 1906-1975, era madrileño, hijo de un médico italiano, y estudió Derecho y Música. En 1939 se exilió a México. Entre sus obras: Romería de los cornudos; Concierto militar; Petite Suite; Homenaje a Mateo Albéniz para guitarra; y varias películas.

La guerra de 1936 acabó con el grupo, y cada uno siguió su propio camino.

Y, acabada la guerra, la música fue de otra manera. La desaparición de un grupo importante de músicos, compositores e intérpretes, fue muy acusada. Donde había una base popular, Madrid, Barcelona, Sevilla y la región de Levante, tal vez Bilbao y Málaga, la música continuó, pero la música oficial impartida en los Conservatorios bajó de nivel, y las salidas al extranjero para formarse fueron menos frecuentes.

Post by Emilio Encinas

Emilio Encinas se licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca en 1972. Impartió clases en el IT Santo Domingo de El Ejido de Dalías el curso 1972-1973. Obtuvo la categoría de Profesor Agregado de Enseñanza Media en 1976. fue destinado al Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega en 1976-1979, y pasó al Instituto Santa Clara de Santander 1979-1992. Accedió a la condición de Catedrático de Geografía e Historia en 1992 y ejerció como tal en el Instituto Santa Clara hasta 2009. Fue Jefe de Departamento del Seminario de Geografía, Historia y Arte en 1998-2009.

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