LOS COMUNISTAS de PRINCIPIOS DEL XX.

Conceptos clave: Lenin, El Partido Comunista de España, Trotsky, comunismos en España hasta 1936.

     En 1918, los comunistas españoles eran un grupo o tendencia dentro del PSOE, de tendencias izquierdistas, que admiraban la revolución leninista de octubre de 1917.

     En marzo de 1919 se creó la III Internacional y ese grupo hizo campaña para que el PSOE se adhiriera a ella. Lo reclamaron en los Congresos de diciembre 1919, junio de 1920 y abril de 1921.

     La III Internacional defendía la legitimidad de la revolución armada para llegar al poder. El II Congreso del Comintern, de 1919, estableció los 21 puntos básicos de los Partidos Comunistas que, resumidos, son: realización de propaganda y agitación cotidiana, expulsando de sus filas a los no agitadores; organización interna de brazos armados; infiltración en el ejército rechazando el patriotismo el pacifismo, el centrismo y el reformismo; sublevación de las colonias; infiltración en sindicatos y asociaciones burguesas y socialistas para reconducirlas hacia el comunismo; subordinación absoluta a la dirección de la III Internacional con disciplina militar dentro de los partidos; publicación de todos los documentos y folletos de propaganda emanados de la Internacional Comunista.

                   Lenin.

Vladimir Ilich Ulianov, alias Lenin, 1870-1924, era hijo de un inspector de escuelas de ideología liberal. La familia tenía fincas en Kazán, era burguesa. Eran cristianos ortodoxos. Su padre murió en enero de 1886 de una hemorragia cerebral. Su hermano mayor fue a estudiar a la Universidad de San Petersburgo y se introdujo en el grupo Narodnaya Valia (Voluntad del Pueblo) revolucionario populista, el cual planificó un atentado contra el Zar, de donde salió encarcelado, y posteriormente ejecutado por alta traición. Vladimir fue en 1887 a la Universidad de Kazán, e inmediatamente se afilió a un grupo revolucionario clandestino, por lo que fue expulsado de la Universidad. Estaba estudiando Derecho, y el resto de la carrera lo hizo por libre. Lejos de otros compañeros, se dio a la lectura de toda la literatura revolucionaria que pudo conseguir, e incluso leyó a un Marx que no entendía. En 1889, su madre se lo llevó a una finca familiar en Samara, al sur de Rusia, para que estuviera lejos de sus amigotes, pero nada logró disuadirle de su empeño en ser un revolucionario. En 1890 consiguió permiso para examinarse en la Universidad de San Petersburgo, y lo hizo en dos tandas, en 1890 y 1891. En enero de 1892 se le concedió el título de abogado. Trabajó como pasante simultaneándolo con reuniones con grupo socialistas. En 1893 fue a San Petersburgo como abogado y como miembro socialista revolucionario marxista, y tuvo ocasión de conocer los ambientes obreros gracias a la intermediación de su novia. En 1894 se trasladó a Moscú y se declaró antipopulista y contrario a los socialrevolucionarios rusos. Allí concibió la idea de que el proletariado debía ser la vanguardia de la revolución comunista mundial. En 1895 fue a Suiza a ver a Plejanov, el líder socialista ruso, y también vio al alemán Wilhelm  Liebnecht y al francés Paul Lafargue en París. Estaba dispuesto a actuar entre los revolucionarios. En 20 de diciembre de 1895, fue detenido como activista revolucionario y en 1899 fue enviado a Siberia por tres años. En 1900 escribió El Capitalismo en Rusia, donde explicaba que la mayor parte de los campesinos estaban siendo expulsados de la tierra porque se la estaban vendiendo a campesinos acomodados y ricos. Los campesinos acomodados preferían la democracia a la dictadura, y serían el inicio de la revolución, pero no la revolución comunista, y los campesinos desposeídos deberían tomar la bandera de la revolución para volver a poseer la tierra. En 1902 escribió Que hacer? Defendía que había que asociar a todas las organizaciones antizaristas, actuar en la clandestinidad para no ser detenidos por la policía, y obedecer a un mando unificado y centralizado, para captar a los obreros e iniciar la revolución. En 1900, Lenin huyó de Siberia y llegó a Munich, donde se unió a Martov en la creación de Iskra, el periódico socialista revolucionario. En 1902, los alemanes cerraron Iskra, y Lenin se fue a Londres a reabrirlo. En abril de 1903, Iskra se trasladó a Ginebra, desde donde era más fácil introducirlo clandestinamente en Rusia. En agosto de 1903 se celebró en Londres el II Congreso del Partido Socialdemócrata Ruso. Martov era partidario de un partido de masas, de aceptar a los que simpatizaran con el socialismo para así ser suficientes como para iniciar una revolución. Fueron denominados “mencheviques”. Lenin defendió un partido de minorías obedientes a las consignas del líder y dispuestos en todo momento a servir a la revolución. Fueron denominados “bolcheviques”. Martov obtuvo 20 votos, y Lenin 24 votos. Inmediatamente, los contrarios a las ideas de Lenin: Pavel Axelrod, Alexander Potresov y Vera Zasulich, fueron depurados. Martov se solidarizó con los depurados y dimitió. El partido quedó en manos de Lenin y de Plejanov. Lenin tenía 33 años. Lenin dio una nueva forma a su partido: las organizaciones locales debían escoger cada una sus tácticas de actuación, pero la obediencia de las organizaciones locales a la dirección del partido debía ser completa y ciega. Esto es la esencia del leninismo. Lenin prohibió toda discrepancia y crítica, y durante dos años escribió mucho y polemizó mucho con los que no entendían el leninismo. A los discrepantes les llamaba “revisionistas” en la idea de que no habían entendido a Marx y querían dar una nueva interpretación del marxismo. El único marxismo válido era el suyo, el leninista. Y como todo el mundo lo aceptó, “marxismo” dejó de significar seguidor de Marx, para significar seguidor de Lenin. Se originó un equívoco que nadie ha solucionado desde entonces. Las posiciones de Lenin sobre cualquier tema eran dogmáticas e intolerantes. A finales de 1904, Lenin había roto con casi todos los redactores de Iskra y con casi todos los intelectuales que no se dejaban dominar. Incluso Plejanov discrepó y creó una tendencia bolchevique partidaria de dialogar con los mencheviques y no utilizar sistemáticamente la condena y la expulsión del partido. Afortunadamente para Lenin, los jovencitos recién llegados al inicio de la razón, eran simpatizantes de Lenin y de la acción revolucionaria, y Lenin cada vez era más fuerte. Y además, encontró a Máximo Gorki, un millonario que financiaba sus iniciativas. El 22 de enero de 1905 (9 de enero ruso) hubo una manifestación popular en San Petersburgo que acabó con miles de muertos en el Domingo Sangriento. Quizás era la ocasión para una revolución. 40.000 marxistas y 50.000 eseristas fueron detenidos a raíz de ello. El 25 de abril de 1905 se celebró Congreso de Partido Socialdemócrata Ruso en Londres, al que sólo acudieron los bolcheviques. Lenin se mostró rápido para manejar situaciones concretas, dogmático, seguro de sí mismo, feroz respecto a sus adversarios, pero incapaz de ver el sentido de los hechos en la globalidad. Y decidió la insurrección. Para ello, el 21 de noviembre de 1905 (8 de noviembre ruso), regresó a Rusia e intentó la alianza del proletariado urbano con los campesinos, para iniciar la revolución. El Soviet de Petrogrado estaba liderado por Trotski y contaba con muchos mencheviques, cosa que no tuvo en cuenta Lenin. Por el contrario, Lenin propuso inmediatamente la huelga y lo único que consiguió fue la detención de los dirigentes el 3 de diciembre de 1905. Moscú declaró huelga general y distribución de armas a los obreros en solidaridad. Pero Trotski fue encarcelado, y Lenin y Gorki huyeron a Finlandia.   Fue un fracaso. Y fue el primer enfrentamiento entre Lenin y los jóvenes revolucionarios que querían seguir adelante. En los años siguientes, Lenin estudió las posibilidades de una revolución y se dio cuenta de que, iniciada por las clases medias, éstas abandonarían en cuanto se hablase de comunismo, por lo que la única posibilidad de triunfo en Rusia era que se obtuviera el apoyo de todos los grupos socialistas de Europa occidental. Además, se necesitaba una dictadura para mantener el poder a toda costa. Teorizó una “dictadura democrática revolucionaria de obreros y campesinos” término sólo accesible a iniciados, pues es contradictorio en sí mismo. El leninismo iba concretando sus principios.

En 1906, Lenin mostró una evolución: decidió participar en la Duma (parlamento ruso) y abandonó la idea de un levantamiento armado hasta que no estuviese preparado un ejército del pueblo. Por entonces, había dudas en el socialismo ruso, y en el Congreso de Partido Socialdemócrata Ruso de 1906, ganaron los mencheviques, aunque en el de 1907 volvieron a ganar los bolcheviques.

En enero de 1908, Lenin marcho a Ginebra porque los socialistas estaban siendo perseguidos en Rusia mientras los obreros mantenían una indiferencia completa ante ese hecho. En diciembre, se trasladó a París y empezó una crítica dura contra todos los que ponían en duda sus “pontificales”, como el caso del llamado empirocriticismo, el antimaterialismo, el monismo (unión de lo mental con lo físico) y el idealismo.

En 1910, en el Congreso Socialista Internacional celebrado en Copenhague, Lenin tuvo la agradable sorpresa de que la mayoría de los socialistas europeos simpatizaban con sus ideas radicales. En 1911, Lenin pidió la separación de mencheviques y bolcheviques en partidos distintos, lo cual se consumó en Praga en enero de 1912. Y el 5 de mayo de 1911, Lenin fundó Pravda, el periódico comunista. Se inició entonces la dictadura dentro del Partido Socialdemócrata, ahora leninista. A continuación, se trasladó a Cracovia (Polonia) para estar más cerca de Rusia.

El 4 de agosto de 1914, se inició la Gran Guerra. Los parlamentarios socialistas alemanes votaron los créditos de guerra, con gran indignación de Lenin. El 7 de agosto, la policía detuvo a Lenin cuando estaba de vacaciones en los Montes Tatra, en la Galitzia austriaca. Pero no sabían qué hacer con él y lo liberaron el 19 de agosto. Se fue a Suiza. Desde allí lanzó condenas a los socialistas alemanes que habían votado presupuestos de guerra y les llamó traidores al socialismo. Lenin teorizó que había que aprovechar la guerra para iniciar la revolución, y mantenía que el capitalismo era un fenómeno internacional que debía ser combatido internacionalmente. Decidió que iba a iniciar la revolución en Rusia, porque una vez iniciada, debía contagiarse al resto de Europa. Plejanov decía que lo más importante era evitar la derrota de Rusia en la guerra. Trotski decía que había que iniciar la revolución internacional. En 1916, Lenin fue a Zurich, donde teorizó que le convenía la derrota de Rusia en la Gran Guerra, para crear las condiciones para la revolución. El 15 de marzo de 1917, Lenin tuvo noticias del inicio de la revolución en Rusia, una revolución democrática que condujo a la caída del Zar y la instauración de un Gobierno Provisional, situación de gran debilidad que podía ser aprovechada por los socialistas para una segunda revolución, en este caso socialista.

Lenin redactó “Las Tesis de Abril”: los bolcheviques debían abandonar la postura defensiva y pasar a la ofensiva política; debían exigir el poder para los soviets de obreros y campesinos. Un soviet es una agrupación de personas para gestionar una empresa, y por ello, había soviets de campesinos, de soldados, de obreros, y de vecinos… pues era una institución tradicional en Rusia. Lenin adaptaba el soviet a las necesidades del Partido Bolchevique. Lenin se oponía al Gobierno y al Soviet de Petrogrado no bolchevique, y ordenaba hacer una segunda revolución, la bolchevique. Rechazó la guerra imperialista, porque toda guerra que no fuera revolucionaria era ilegal; reclamó la revolución que llevase al proletariado al poder; denunció al Gobierno Provisional como burgués, contrario a los intereses del pueblo ruso; ordenó una mayor difusión de las tesis bolcheviques; propuso una república de los soviets sin policía, sin ejército y sin burocracia (populismo puro, pues no pensaba cumplirlo); pidió la reforma agraria con confiscaciones de tierras sin indemnización, nacionalización de la tierra y explotación por soviets de de campesinos (populismo que no pensaba cumplir); pidió la creación de un banco único soviético; pidió el control “democrático” (populista) de la producción, en el que el soviet repartiría los alimentos y demás productos; cambió el nombre del Partido Socialdemócrata, que en adelante se llamaría Partido Comunista.

Lenin quiso ir a Rusia, pero no podía salir de Suiza. Se negoció con los alemanes encerrarle en un vagón de ganado, sellado, para atravesar Alemania y llevarle a Suecia, desde donde podía pasar a Petrogrado. Entonces, el Partido Bolchevique se rompió en dos mitades: la más activa quería salir a la calle y reclamar el poder. Lenin apoyó a la más pasiva, que no creía posible el triunfo de la revolución en esos momentos, por estar poco preparada.

Lenin se fue de vacaciones el 29 de junio de 1917. Estuvo en Finlandia. Se dice que tuvo un ataque de cefalea pues padecía arterioesclerosis. Estuvo de vacaciones hasta el 12 de julio. Mientras tanto, el Gobierno Provisional ruso detuvo a los bolcheviques, pero no a Lenin ni a Zinoviev, que huyeron a Razliv, una aldea cercana a Petrogrado, donde se escondieron en un granero. Lenin se puso una peluca y se afeitó la barba, para no ser reconocido. Huyó a Helsinki y se puso a terminar El Estado y la Revolución, la considerada su obra capital. En ella manifestaba que el soviet sólo era un paso hacia el comunismo definitivo.

El 27 de agosto tuvo lugar el Golpe de Kornilov, terminado en fracaso el 9 de septiembre de 1917. El Gobierno ruso nunca fue tan débil, como cuando tuvo a la mitad del ejército en su contra. La revolución empezaba a ser posible. Lenin pidió obediencia ciega a los suyos y sumisión absoluta, sin pactos con otras fuerzas políticas. Y el 23 de octubre se trasladó a Rusia. El 6 de noviembre (24 de octubre ruso) llegó a sede del Soviet Central de San Petersburgo, el cual había decidido que los perseguidos se mantuvieran escondidos, pero rompió las normas del soviet, y en la madrugada del 7 de noviembre ordenó la toma de la ciudad: Lenin, en ese 7 de noviembre, estaba pronunciando un discurso ante el Soviet, un discurso largo y sin sentido, mientras sus hombres tomaban los principales edificios de la ciudad, momento en que acabó el discurso. El Soviet no podía ya opinar nada, ni votar nada. Lenin decretó la expropiación de la tierra sin indemnización; la paz inmediata o retirada de Rusia de la guerra, que era lo que querían los rusos pobres, que estaban muriendo por millones; la formación de un Gobierno o Consejo de Comisarios del Pueblo, Sovnarkom, enteramente bolchevique y presidido por Lenin. No aceptaba alianzas con socialdemócratas. Pero fracasó en la abolición de las elecciones a Asamblea Nacional constituyente, pues todos los presentes creían que eran necesarias.

En 1917, los campesinos rusos asaltaron las tierras de los terratenientes, que antes habían sido suyas, de sus antepasados, pero habían ido vendiendo poco a poco. Ahora decidieron volverlas a tomar por su cuenta. Era un hecho masivo, y Lenin decidió aprobar esa barbaridad, que tampoco era el régimen comunista, sino que los campesinos creaban propiedad privada de hecho. Una vez liquidados los terratenientes, las ciudades rusas se quedaron sin suministros alimenticios y el hambre se apoderó de toda Rusia. El problema era muy grave.

En diciembre de 1917, se creó la policía política soviética, cayendo en lo que los comunistas creían lo peor de los regímenes dictatoriales que ellos iban a eliminar. Ahora lo justificaban por el triunfo de la revolución. Los rusos se lo creyeron algún tiempo, hasta que vieron que una policía política es lo mismo siempre, sea del color que sea.

El 19 de enero de 1918 se reunió la Asamblea Nacional Constituyente democráticamente elegida, y ésta rechazó el Gobierno del Soviet Supremo y de los soviets. No hubo lugar a la reunión del día siguiente, pues Lenin puso soldados a la puerta y cerró el local. La democracia había durado 24 horas. Empezaba la dictadura comunista.

En marzo de 1918, los comunistas intentaron controlar la industria, y los soviets de obreros pasaron a depender del Gobierno de Lenin. Hubo decepción entre los obreros, que habían pensado en controlar ellos las fábricas. Ahora tendrían un amo distinto, pero seguían teniendo un amo.

El 3 de marzo de 1918, se firmó una paz humillante con Alemania. Los bolcheviques se negaban a aceptar esta decisión de Lenin, y los socialrevolucionarios se sublevaron. Entonces Lenin decretó el final de los soviets, pues le estorbaban en el nuevo “comunismo soviético”.

El 12 de marzo de 1918, Lenin se trasladó al Kremlim, en Moscú, porque era un lugar fácil de defender militarmente. Ya no pensaba en el fervor de las masas, sino en que le podían asesinar en cualquier momento. El Sovnarkom de comisarios del pueblo que se reunía diariamente, empezó a reunirse dos veces por semana. Tampoco era ya necesario, pues Lenin era un dictador personalista. Y cuando se reunía, trataba de asuntos ordinarios de menor importancia, pues los asuntos graves los resolvía personalmente el dictador.

En 1918, se promulgó la Constitución de 1918. En ella se garantizaba aplastar a los explotadores privándoles de derechos sociales y políticos, utilizando incluso la fuerza. El comunismo nunca sería una democracia. Y no se preveían limitaciones legales a la acción del Estado. El comunismo nunca dejaría de ser una dictadura. Toda la teoría socialista marxista se había venido abajo.

El 3 de agosto de 1918, Lenin sufrió un atentado: Fanni Kaplán, del Partido Socialista Revolucionario, le acertó con tres disparos, uno en el brazo, uno en el pulmón, y el más grave en el cuello. La bala del cuello no se atrevieron a quitársela, y posiblemente fuera la causa de su muerte seis años después. Lenin no quiso ir al hospital, porque temía que hubiera más pistoleros esperándole, y ordenó ser llevado a las habitaciones privadas del Kremlin, donde se sentía seguro. A esta acción siguió el “terror rojo”, por el que entre 10.000 y 15.000 personas fueron apresadas y muchas de ellas fusiladas, por temor a una acción contra Lenin y el comunismo.

En marzo de 1919 tuvo lugar la III Internacional, la comunista, la que proclamó los 21 Puntos de los que hemos hablado más arriba.

A fines de 1919, Polonia reclamó su independencia y también los territorios del este, que Rusia le había arrebatado a fines del XIX, lo que provocó la guerra de Rusia con Polonia. El comunismo no era un oasis de paz, sino que el nacionalismo podía provocar la guerra, aunque una parte fuera la comunista. En marzo de 1920 se inició la guerra y duró hasta principios de 1921. El ejército soviético resultó ineficaz, y los soviets de soldados tuvieron que ser eliminados. Se demostró que las decisiones de guerra no las puede tomar una asamblea popular, sino la autoridad central dirigente. Por eso, se creó el Consejo Militar Revolucionario del Ejército Rojo, el Orgburó y el Politburó, para centralizar la Administración.

También en 1919, se eliminaron los soviets y se ilegalizaron los grupos de oposición socialistas y anarquistas.

En marzo de 1921 se sublevaron los soldados de Kronstadt, cerca de Petrogrado, liderados por los anarquistas.

También en marzo de 1921 se puso en marcha la NEP, Nueva Política Económica, en la que los campesinos fueron liberados de las requisas de sus excedentes a fin de que se pusiesen a producir. A cambio se les ponían impuestos. La política de requisarles las cosechas para uso del partido había llevado a que no trabajasen. Según Lenin, era “un paso atrás, para luego dar dos hacia adelante”. La producción creció, y el hambre, que era mucho en esos años de comunismo, se amortiguó un poco.

En verano de 1921, Lenin abandonó el poder por dolores de cabeza. Podía ser por las cefaleas, o por la infección del cuello. Se hicieron cargo del Gobierno Stalin, Kamenev y Zinoviev. En verano de 1922, Lenin intentó volver a retomar el poder, pero las cefaleas le hicieron desistir en diciembre.

A principios de 1922, se operó a Lenin para extraerle la bala que tenía alojada en el cuello desde 1918, lo que debemos interpretar como que su salud estaba muy mal, y se intentaban medidas a la desesperada. Y desde entonces, todo fueron infartos cerebrales: el 25 de mayo, el primer infarto cerebral le dejó paralítico del lado derecho y sin capacidad de hablar ni de escribir. Pidió que le mataran, pero los médicos no tomaron esta responsabilidad. El 15 de diciembre de 1922, tuvo un segundo ataque, y entonces se produjo el “testamento de Lenin”, de dudosa autenticidad. El 9 de marzo de 1923, tuvo el tercer ataque cerebral.

En otoño de 1922, 225 intelectuales rusos fueron expulsados y trasladados a Alemania. Empezaba la gran represión. Debemos atribuirla a Stalin.

El 15 de mayo de 1923, Lenin fue trasladado a Gorki, un pequeño poblado a diez kilómetros al sur de Moscú, porque se esperaba su muerte inmediata. El fallecimiento se produjo el 21 de enero de 1924 a las 18:50 horas. No conocemos informes médicos sobre la causa de su muerte, y ello dio lugar a todo tipo de habladurías sin demasiado fundamento: como desde 1922, venía tomando arsénico y yoduro de potasio, que era lo que se recetaba a los sifilíticos, alguno aventuró que moría de sífilis. Otros dijeron que era un ictus. Y otros dicen que fue la operación del cuello que le dejó trombos que fueron pasando al cerebro, en cuyo caso serían los médicos los que mataron sin querer a Lenin.

         El Partido Comunista Español.

     El Partido Comunista Español se originó de tres fuentes: las Juventudes Socialistas, el ala izquierda del PSOE, y algunos anarquistas.

     En enero de 1920, el Congreso de la Federación de Juventudes Socialistas decidió ingresar en la III Internacional, y recibieron a un delegado de Moscú que les invitó a crear un partido comunista. El 15 de en abril de 1920 se constituyeron en Partido Comunista Español en la Casa del Pueblo de Madrid. Su órgano de expresión fue El Comunista. Sus componentes eran adolescentes empujados a la militancia prematuramente por revolucionarios con muchas prisas.

     Ramón Merino Gracia, 1894- , fue un maestro que se adhirió en 1910 al proyecto de Escuela Nueva y en 1919 era Secretario General en Juventudes Socialistas. En 1920 fue uno de los fundadores de Partido Comunista Español. En 1923 se afilió a Unión Patriótica, de Miguel Primo de Rivera, y a continuación a los Sindicatos Libres de Maestros, considerados de extrema derecha. En 1936 fue franquista.

     Juan Andrade Rodríguez, 1898-1981, se hizo del Partido Republicano Radical en 1912, y de Juventudes Socialistas en 1917, cuando sólo tenía 19 años de edad. En 1927 fue expulsado del PCE por trotskista. Y en 1930 se integró en Izquierda Comunista de España.

     Gabriel León Trilla, 1899-1945, era miembro del PSOE en 1918, y fue uno de los fundadores del Partido Comunista Español. En 1931 se le ocurrió criticar el comunismo soviético y en 1932 fue expulsado del PCE. Readmitido en 1936, el partido ordenó su ejecución en 1945, lo que ejecutaron dos miembros del PCE.

     Luis Portela Fernández, 1901-1983, en 1917 ya era de Juventudes Socialistas, y en 1923 era un exiliado en París. Estuvo en diversos grupos comunistas.

     Eduardo Ugarte Pagés, 1901-1955, era estudiante de Filosofía y Letras en Madrid y en Salamanca.

A ellos se adhirió Dolores Ibárruri, 1895-1989.

Como podemos observar, los iniciadores del movimiento comunista español, tenían entre 19 y 25 años. Es decir, habían sido formados en el espíritu revolucionario desde la infancia y la pubertad. No era diferente de lo que hacían los católicos formando a sus líderes en el integrismo católico desde la infancia.

     En junio de 1920, la tendencia del PSOE partidaria de la revolución leninista, llamados “terceristas” por ser partidarios de la III Internacional, llevó al PSOE la ponencia para ingresar en la III Internacional. El PSOE decidió enviar delegados a Moscú a informarse.

     El III Congreso Extraordinario del PSOE, celebrado en 1920, decidió incorporarse a la Internacional de Viena, socialistas que rechazaban el liderazgo de Lenin. Aquella federación fue llamada “dos y media”, porque estaba fuera de la Segunda Internacional y no aceptaba la Tercera, es decir, no aceptaba las 21 condiciones de Lenin.

En 11 de abril de 1921, el Congreso del PSOE decidió rectificar su posición favorable a la Internacional. Los terceristas se enfadaron y en 13 de abril fundaron el Partido Comunista Obrero Español, PCOE. Antonio García Quejido declaró que algunos miembros de la Comisión Ejecutiva del PSOE se separaban del partido para fundar PCOE. La nueva Ejecutiva estaba integrada por Antonio García Quejido, Daniel Anguiano Mangado, Virginia González Polo, Evaristo Gil López, Manuel Núñez Arenas, y Facundo Perezagua. También estaban Acevedo, Pérez Solís y Leandro Carro. Manifestaban contar con 6.225 afiliados, aunque la cifra no es segura. Los estudiosos del tema dicen que, como mucho tendrían 1.500, y el resto era propaganda. Los grupos importantes de comunistas estaban en Asturias y País Vasco.

Antonio García Quejido, 1856-1927, fue uno de los fundadores del PSOE en 1879, y también de UGT en 1888, de la que fue nombrado Presidente en 1888, y Secretario General en 1894-1905. Se mostraba partidario de una alianza con los republicanos, en contra de las tesis de Pablo Iglesias, hasta que en 1909 cambió de idea al observar el comportamiento de los republicanos. Desde 1917, opinó que el PSOE debía sumarse a la Revolución Leninista, y como el PSOE no se lo aceptó, fundó PCOE en 1921 y fue el primer Secretario General del PCE.

Daniel Anguiano Mangado, 1882-1963, era un ferroviario riojano simpatizante del Partido Republicano Federal, muy activo en la lucha obrera. En 1905 se pasó al PSOE y destacó en la organización de la huelga de 1917, por lo que fue encarcelado, pero liberado en 1918 porque había sido elegido diputado. En 1920 fue a Rusia a evaluar las posibilidades de adherirse a la Tercera Internacional, y dio un informe positivo. El PSOE no se lo aceptó, y se pasó al PCOE.

Virginia González Polo, 1873-1923, fue una zapatera vallisoletana, que buscó trabajo en León y La Coruña, donde se hizo anarquista, y en 1899 en Bilbao, donde se hizo de UGT, y hasta lo buscó en Argentina, y también fracasó. En 1910 estaba en Madrid y fue miembro destacado del PSOE y de UGT. En 1917 estaba en el Comité de Huelga. En 1920 se declaró partidaria de la Tercera Internacional, y en abril de 1921 se integró en el PCOE.

Evaristo Gil López, 1893-1936, fue un panadero manchego que destacó en Madrid en 1914 como Secretario de las Juventudes Socialistas de Puente de Vallecas.

Manuel Núñez de Arenas y de la Escosura, 1886-1951, estudió Filosofía y Letras en Madrid y se hizo del PSOE en 1909. Creó la Escuela Nueva en 1910. Se exilió a Francia en 1923-1930. Se exilió de nuevo en 1939, y cayó en manos de los nazis.

Facundo Perezagua Suárez, 1860-1935, era un metalúrgico que había participado en 1879 en la fundación del PSOE, y en 1885 se había ido a Bilbao porque estaba amenazado. Allí creó dos células socialistas, una en Bilbao y otra en Ortuella e impulsó el sindicato UGT. Se oponía a pactar con los republicanos porque éstos no eran revolucionarios marxistas y en ello estaba en desacuerdo con Indalecio Prieto. Perezagua fue acusado de dividir el partido y fue expulsado en 1915, y readmitido en 1919, cuando ya mostraba simpatías por la Tercera Internacional.

Entre los dirigentes revolucionarios, no predominaban los intelectuales, sino personas muy locuaces que lo habían pasado mal para encontrar trabajo, y se habían dado cuenta de las ventajas de su poder de convicción.

El otro componente del comunismo español originario fue el anarquista, y estuvo protagonizado por Joaquín Maurín Juliá, 1896-1973, estudiante de magisterio en Huesca que ya estaba encuadrado en CNT desde su juventud, y luego maestro en Lérida. En 1920 era Secretario General de CNT, y en 1921 fue a Moscú a investigar las posibilidades de la revolución soviética en España. Era partidario de entrar en el PCE, pero los anarquistas españoles rechazaron esta propuesta en 1922, y Maurín se puso a organizar Comités Sindicalistas Revolucionarios que convencieran a los anarquistas de lo contrario. Fracasado en ello, introdujo sus Comités Sindicalistas en el PCE en 1924. En 1925, fue encarcelado por Primo de Rivera, y cuando salió en 1927, se fue a París. En 1930 estaba en Barcelona y se mostraba contrario al estalinismo por lo que fue expulsado del PCE. Maurín, líder de la Federación Comunista Catalana Balear, creó entonces el Bloc Obrer i Camperol BOC. En 1934, intentó la revolución comunista en España y fracasó. Entonces se alió con el grupo trotskista “Izquierda Comunista” de Andreu Nin, y conformaron el Partido Obrero de Unificación Marxista, POUM. Detenido en 1936, dijo llamarse Máximo Uriarte, y salvó su vida. Fue juzgado en 1944 y condenado a 30 años. Salió indultado en 1946 y se fue a Nueva York.

En 1927 se adhirió al PCE una buena parte de los anarquistas de Sevilla, en una convergencia extraña.

A falta de formación profunda y de madurez, y por exceso de juventud, entre los revolucionarios españoles se produjeron muchos vaivenes de opinión política. Un día podían ser de extrema derecha, y al poco, aparecer como de extrema izquierda.

     El personaje de Óscar Pérez Solís, 1882-1951, fue muy especial, pues se formó en la Academia de artillería de Segovia y fue teniente del ejército, se hizo anarquista, se afilió al PSOE en 1912, fue alcalde de Valladolid en 1915, estuvo entre los fundadores del PCOE en 1920, luego PCE, y en 1928 abandonó el PCE. Por último, en 1933, se hizo de Falange Española.

Ramón Lamoneda Fernández, 1892-1971, era un jienense emigrado a Madrid, miembro del PSOE y de UGT, que el 13 de abril de 1921 estuvo en el PCOE, y en 1931 volvió al PSOE en el bando de Largo Caballero. En 1939 se marchó a México.

     Otro tipo extraño del PCE fue Julián Gómez García, alias Julián Gorki, un profesional revolucionario al servicio del Komintern, que estuvo en diversos grupos comunistas.

La sumisión al Comintern.

     En noviembre de 1921, llegó un delegado de Moscú, el italiano Antonio Graziadei, que pidió que el Partido Comunista Español, de Juventudes Socialistas, y el Partido Comunista Obrero Español, de la izquierda de PSOE, se fusionaran en uno sólo, lo cual se realizó en los días 7 al 14 de noviembre de 1921, y se llamó Partido Comunista de España PCE. Eso significaba la aceptación de los 21 puntos.

La fusión se completó en 15 de marzo de 1922 en el I Congreso del PCE celebrado en Madrid. Fue elegido Secretario General Antonio García Quejido. Y allí se leyó una de las frases comodín de los comunistas: “la necesidad de lograr la unidad de la clase obrera en torno a una vanguardia constituida por el nuevo partido, con el objetivo de alcanzar el socialismo”. La “célula comunista” era la agrupación de barrio o la de empresa, según los casos.

El 8 de julio de 1923 se celebró el II Congreso del PCE, y se eligió Secretario General a César Rodríguez González, uno de los cofundadores del PSOE. El Segundo Congreso cambió la estructura del partido y desde entonces la pieza básica era la “célula comunista” y no la agrupación local que se había hecho a imitación del PSOE. El Congreso, el Comité Central, el Buró Político, el Comité Ejecutivo, el Comité Regional, y los Comités de Barrio, se hicieron copiando el modelo soviético, con apenas la variación de cambios de nombre lógicos al cambiar el idioma. La Organización se hizo doble, una estructura legal y otra clandestina para caso de ilegalización o detenciones. La función principal de un órgano directivo era vigilar férreamente toda la organización y conservar la línea política en la ortodoxia dictada desde Moscú.

El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera dio el golpe que instauró la Dictadura, y los locales del PCE fueron cerrados y algunos de sus dirigentes encarcelados.

En 1924, el PCE se mostró muy radical y extremista organizando todo tipo de huelgas generales e insurrecciones armadas. Esta táctica atraía a muy pocos nuevos afiliados y provocaba la huída de los antiguos. Los comunistas se mostraron muy agresivos contra el PSOE al que incluso agredían físicamente cuando se encontraban en la calle grupos de militantes de ambos partidos.

Las bajas en el PCE fueron notables durante la Dictadura, y se calcula que el PCE sólo podía contar con unos 500 socios, que se ampliarían hasta 800 en 1930. Casi todos ellos eran profesionales de la política, que no se dedicaban a otra cosa, procedentes de clases medias y muy jóvenes.

El PCE publicaba muchos panfletos diciendo que era necesario un frente único de los trabajadores, lo cual era orden de Moscú, pero se lo tomaban tan a pecho, que entraban en conflicto con los socialistas porque éstos se negaban a someterse a esa consigna.

En agosto de 1925, el III Congreso del PCE tuvo que celebrarse en París porque el partido era ilegal en España. El Congreso eligió Secretario General a José Bullejos. Éste dirigió el partido hasta 1932. Era muy radical y sufría la contradicción propia de quien debía obedecer las órdenes de Moscú, y al mismo tiempo hacer política en España: se negaba a colaborar con los republicanos y socialistas. Y ello repercutió en el fracaso de los movimientos sociales de 1929 y 1930. En ambos casos, el PCE dijo que eran movimientos burgueses, como tenía ordenado decir desde Moscú.

La organización comunista se basaba en unas agrupaciones locales que se relacionaban entre sí mediante Federaciones Regionales. En el Segundo Congreso, celebrado en 1927

En 1928 fue detenida toda la directiva del PCE.

     En 1928 se separaron varias facciones comunistas, que más tarde convergerían en 1935 y formaron Partido Obrero Unificado Marxista POUM, el cual fue importante en Cataluña.

     Andreu Nin creó su propio grupo trotskista, el cual se mantuvo dentro del PCE hasta 1932 en un grupo llamado Oposición Comunista de Izquierdas.

              Trotsky

Lev Davidovich Bronstein, alias Trotsky, 1879-1940, era el segundo mito de la revolución rusa, después de Lenin. Era de familia judía y fue educado en un colegio luterano, como tantos otros judíos que querían integrarse en las sociedades europeas. Resultó ateo. Ya durante la enseñanza secundaria, se hizo socialista y tuvo muchos problemas para terminar sus estudios pues, con gran disgusto de su familia, se dedicaba más a la política que al estudio. Terminó la secundaria en 1897. Fue a Odesa a estudiar Matemáticas, pero, libre de condicionamientos familiares, prefirió liderar a estudiantes y trabajadores. En 1898 fue arrestado, y el 28 de enero de 1899 fue enviado a Siberia. Allí leyó a Marx. Se fugó en 1902 y adoptó el nombre de uno de sus carceleros de Odesa, Trotsky, para tener una identidad falsa. Tras un largo periplo de fuga, llegó a Viena, Zurich, París y Londres, donde encontró a Lenin, el cual le dio trabajo en Iskra, el periódico comunista. Era magnífico orador y buen escritor. Su primera posición política, completamente contraria a la que adoptaría a partir de 1917, era juntar al máximo de comunistas a fin de hacer posible la revolución. Por lo tanto, se debía contar con los mencheviques, y acusó a Lenin de reaccionario, porque era partidario de una dictadura de intelectuales, a la que llamaba “Dictadura del Proletariado”, en vez de optar por la república de los trabajadores que debía ser el verdadero comunismo. En 1904, Trotsky rompió con los bolcheviques porque éstos se declararon “evolucionistas”, llegada al socialismo por evolución, pues creía que sólo era posible la revolución. En 1905, estuvo en Munich, en donde Alexander Parvus le explicó la idea fundamental del pensamiento de Trosky en adelante: “la revolución permanente”. Trotsky analizó la situación rusa y comprendió que los obreros eran minoría en un Estado no industrializado como Rusia, y no era posible apelar a la democracia para conseguir un Gobierno comunista. Tampoco aceptaba la imposición por la fuerza de los soviets como predicaba Lenin. Teorizó que se podía prescindir de la fase capitalista de la teorización marxista, y pasar directamente al socialismo mediante una alianza de obreros de toda Europa, dado que los campesinos rusos no eran socialistas. A éstos, se les prometería la tierra para que se sumaran inicialmente a la revolución.  Se le volvió a capturar y de nuevo fue enviado a Siberia. Huyó durante el viaje, y en 1907 estaba en Viena en el periódico Pravda, lo cual le dio mucho prestigio personal entre los revolucionarios rusos. De nuevo hubo disidencia con Lenin, pues éste quería purgas de disidentes y dubitativos, mientras Trotsky pensaba que no se podía prescindir de nadie. Volvieron a disentir en 1910, y de nuevo en 1912, porque Lenin quería una disciplina férrea de partido, ligado a su persona, Lenin denunció a Trotski por traición. Y otra vez más disintieron en 1914, cuando Trotsky quería la alianza con los socialistas mencheviques y socialistas de Europa occidental, para radicalizarlos desde dentro, pero Lenin se oponía a la segunda Internacional, que era socialdemócrata y no revolucionaria. Trotski fue expulsado de Francia y huyó por Barcelona hacia los Estados Unidos. Lenin creía prioritaria la revolución de un grupo de obreros “conscientes” que iniciaran el socialismo en un Estado, para luego comunicar la revolución a los demás. Trotsky pensaba que la revolución sería inevitable en toda Europa, tal como había profetizado Marx, y no hacía falta forzarla mediante la violencia.

En 1917, Trotsky decidió acercarse a los rusos de la revolución antizarista, y los británicos le entregaron a los alemanes, y éstos le liberaron y le llevaron a Petrogrado, en su política de quitarse un enemigo en la Gran Guerra de 1914-1918. Llegó a Petrogrado en mayo de 1917. Y se puso al lado de Lenin en la revolución. Perteneció al Comité Central Bolchevique. Creyó que era el momento de la revolución comunista europea, y se puso a dilatar las conversaciones de paz, a fin de propiciar esa revolución que se preveía en Alemania, y tal vez en toda Europa. Seguía pensando en la integración de mencheviques y socialrevolucionarios en la revolución bolchevique. Pasado el momento del triunfo bolchevique de primeros de noviembre de 1917, “octubre de 1917 ruso”, Trotsky se encargó de levantar un ejército comunista, y en tres años tuvo listos cinco millones de soldados. Allí sucedió el gran cambio en la mentalidad de Trotski: necesitaba oficiales y decidió la continuidad de los oficiales del ejército zarista, si bien supervisados por comisarios bolcheviques, y con las familias como rehenes en caso de traición. Ello fue complementario a la formación de oficiales jóvenes, disolución de milicias de voluntarios y de guerrillas (porque eran socialistas y anarquistas y no bolcheviques) y eliminación de las milicias populares que elegían democráticamente a sus mandos (auténtico soviet, luego desvirtuado en el soviet comunista).

En 1918, Trotsky se encargó de la guerra frente a los occidentales y los demócratas rusos, y se pasó dos años en un tren, desde el que coordinaba a los soldados de toda Rusia mediante radio, telégrafo, aviones, y automóviles. La gestión fue un desastre, pues incluso tuvo que ajusticiar a comisarios bolcheviques, tan corruptos como era costumbre en Rusia. Pero el error de los “blancos”, sus enemigos, de no prometer la propiedad de la tierra, hizo caer al ejército contrario, y Trotsky se erigió en vencedor. Pero los ajusticiamientos de bolcheviques ya no fueron olvidados nunca, y Stalin aprovechó para formar un grupo de oposición a Trotsky, el tenido como sucesor de Lenin. Luego, Trotsky apostó por la paz en Polonia y los países bálticos, mientras Stalin quería implantar el comunismo en esos países.

El cambio de mentalidad en Trotsky estaba completado en 1920: era partidario de la mano dura contra los disidentes, en la idea de que era preciso reconstituir la economía de la URSS como paso previo a la revolución mundial bolchevique. Se había pasado a la idea leninista de 1903. Decidió que era preciso continuar en un “comunismo de guerra” para lograr implantar las infraestructuras económicas de la URSS. Decretó que los campesinos entregaran sus excedentes (lo que no necesitaban para comer y sembrar) al Estado. Los campesinos decidieron no producir excedentes, pues era trabajar para nada si no podían venderlos. La cólera de Trotski se tradujo en la creación de brigadas de obreros y estudiantes para trabajar el campo, una medida desacertada, pues no sabían trabajar. Una segunda medida errónea fue dotar de un gran poder a los sindicatos, que se convirtieron en órganos de represión al servicio del Gobierno. Y Trotsky se convirtió en el mayor peligro para los bolcheviques: si Trotsky controlaba el ejército, la industria, la agricultura y los sindicatos, se convertiría en el dictador comunista todo poderoso. Lenin, Kamenev y Zinoviev decidieron que había que evitarlo. Durante la enfermedad de Lenin, ictus cerebral, procuraron alejar a Trotsky de Moscú, y enseguida le despojaron de la jefatura del ejército,  y jefatura del PCUS. El sucesor de Lenin fue Stalin, y no Trotsky. En 1929, Trotsky fue expulsado de la URSS, el cual huyó a Turquía, mientras su familia era expulsada de cargos, perseguida e incluso fusilados algunos. En 1933, se marchó a Francia, en el momento en que estaba teniendo más simpatías de los europeos occidentales, que estaban creando partidos trotskistas. En 1935, Francia le expulsó y se fue a Noruega, donde acusó a Stalin de conseguir la jefatura de la URSS mediante la renuncia a la revolución internacional comunista. En noviembre de 1936, decidió ir a México, a donde llegó en 9 de enero de 1937 de la mano de Diego Rivera y Frida Kahlo. Stalin dio la orden de asesinarle, una más de cientos de asesinatos estalinistas, y la orden fue ejecutada por un comunista catalán-español, llamado Ramón Mercader.

         Comunismos en España.

Las declaraciones de los comunistas españoles solían repetir las consignas de Lenin al pie de la letra. El PCE no permitió la crítica interna, pero en 1927 apareció esta crítica de manos de Francisco García David, el cual organizó un grupo trotskista en el exilio.

     En 1929 apareció el Partit Comunista Catalá, por obra de Víctor Colomé Nadal y Jordi Arquer.

     En 1930 se escindió del PCE la Federación Comunista Catalano Balear liderada por Joaquín Maurín. Maurín proponía infiltrarse en los sindicatos y poco a poco, llevar a los obreros al PCE. El PCE decía que se debía crear un sindicato comunista propio. Maurín les contestó que crear un sindicato nuevo era enfrentar a los obreros españoles y desconcentrar la lucha obrera. Pero Trosky le contestó que llevar a los comunistas a organizaciones no comunistas era peligroso.

     También en 1930, apareció Oposición Comunista de España, OCE, también en el exilio. OCE respondía a la acción de Trotsky de crear Oposición de Izquierda Internacional, para agrupar a todos los antiestalinistas en una sola formación que diera lugar a un nuevo comunismo no dictatorial. OCE no pudo hacerse con la dirección del PCE, y en 1932 se configuró como partido distinto. Los líderes de OCE eran Andreu Nin, Juan Andrade, Enrique Fernández Sendón, y Grandizo Munis.

     Y en septiembre de 1930, se presentó Andreu Nin en Barcelona intentando crear un grupo trotskista.

     En 1930 fueron legalizados todos los partidos en España, incluido el PCE. En 23 de agosto de 1930 apareció Mundo Obrero, periódico que en diciembre de ese mismo año se hizo diario.

     El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española. El PCE explicó que la República era un engaño pensado para quitarle a los trabajadores su derecho a poseer el Estado. Declararon que la República Española era burguesa. Por entonces, el PCE tenía un millar de afiliados, pocos, pero que hacían mucho ruido en la calle.

     En 1931, los comunistas españoles hicieron un programa electoral para las elecciones y repitieron las consignas de Lenin. Nunca se atrevieron a analizar la realidad española, porque podían ser acusados de disidentes. Se limitaban a profetizar que pronto se instalarían en España los soviets, que las nacionalidades españolas se integrarían en una República Federal.

     En 1931, la Federación Catalano Balear y el Partit Comunista Catalá se fusionaron formando Bloc Obrer y Camperol BOC. El BOC defendía que la única forma de triunfo del comunismo en España era la destrucción del Estado español, la cual se debía hacer mediante el apoyo a las independencias de Cataluña, País Vasco, Andalucía, Galicia, y cualquier otro nacionalismo que surgiera. Una vez destruida la fuerza superior, la imposición del comunismo sería más fácil. Así apareció el apoyo del comunismo a los nacionalismos.

     El 17 de marzo de 1932 se celebró el IV Congreso del PCE en Sevilla. Fue elegido Secretario General del PCE José Díaz Ramos. El PCE llegó ese año a los 15.000 afiliados.

     Algunas sorpresas fueron sonadas, como el caso de Oscar Pérez Solís, cofundador de PCOE, el cual abandonó el PCE en 1928 y se integró en Falange Española en 1933, siendo líder destacado de Falange a partir de entonces. Da la impresión de que el universo de la política es curvo y cerrado, y los que se van demasiado a la izquierda terminan en la extrema derecha, y viceversa.

     En 1933, el PCE organizó una milicia paramilitar llamada Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas MAOC. Estos milicianos fueron instruidos por militares profesionales del ejército español que se prestaron voluntarios, y por comunistas que fueron a Rusia para ser instruidos, como fue el caso de Enrique Líster Forján y de Juan Guilloto León, alias Modesto. Estaban preparando la revolución violenta, y cuando en 1936 empezó la guerra civil, fueron secciones militares fundamentales en el ejército republicano, hasta el punto de que se consideraban más importantes que el propio Gobierno de la República.

     El 3 de diciembre de 1933, los comunistas españoles tuvieron su primer diputado, que fue Cayetano Bolívar Escribano, y salió en Málaga.

     La Federación Vasco Navarra del PCE se constituyó en Federación Comunista de Euskadi para la Liberación Nacional y Social de Euskadi, dando paso al nacionalismo dentro de las estructuras comunistas, algo heterodoxo en el sistema leninista. Los nacionalismos, calificados por Marx de derechas, pasaron a ser una táctica para atraer a las masas, pues ya se sabe que la religión y el nacionalismo son las dos grandes fuerzas, ambas irracionales, que más atraen a la gente.

     En 1934, el PCE intervino activamente en la revolución de octubre, junto al PSOE, y tras el fracaso de esa revolución de Asturias y País Vasco, el PCE fue ilegalizado.

     En 1934, Oposición Comunista de España entró en crisis: Grandizo Munis abogaba por unirse al PSOE de Largo Caballero, socialistas de izquierdas, mientras Andreu Nin quería unirse al BOC de Maurín.

     En 1935, la Federación Comunista de Euskadi se constituyó en un partido nacionalista y de clase, y se denominó Partido Comunista de Euskadi – Euskadiko Partidu Komunista PCE-EPK, tratando de hacer compatible lo que siempre se había considerado incompatible, el nacionalismo que es de derechas, y el comunismo que dice ser de izquierdas, pero estaba dentro de la idea de destruir España.

     También en 1935 apareció el Partido Obrero de Unificación Marxista POUM, de ideología trotskista. Era la asociación de Andreu Nin, Oposición Comunista de España, con Joaquín Maurín, Bloc Obrer i Camperol. Trotsky reprobó la iniciativa.

     En conclusión, la fuerza comunista española estaba muy dividida antes de 1936, y los grupos eran muchos y cambiantes.

     En 1936, tras la formación del Frente Popular, el PCE llegó a los 100.000 afiliados.

     El 1 de abril de 1936 se unificaron Juventudes Socialistas con Juventudes Comunistas en Juventud Socialista Unificada JSU, cuyo Secretario General fue Santiago Carrillo.

     El 23 de julio de 1936 se constituyó Partit Socialista Unificat de Catalunya PSUC, como resultado de la fusión del Partido Comunista de Cataluña, la sección catalana del PSOE, Unió Socialista de Catalunya, y el Partido Catalá Proletari. PSUC, aunque se llama socialista, es comunista.

     El 29 de julio de 1936, Dolores Ibárruri hizo un llamamiento internacional por radio para que se sumaran voluntarios de todo el mundo a defender la República Española, y llegaron voluntarios desde más de 50 países distintos. Fueron agrupados en las Brigadas Internacionales. Fueron utilizados como tropas de primera línea en la Guerra Civil Española. Fracasaron tanto en la gestión de la guerra, como en la imposición del comunismo en España.

     El 4 de septiembre de 1936, Francisco Largo Caballero exigió que los comunistas participasen en el Gobierno de la República, y no se limitasen a criticar las disposiciones emanadas desde él. El PCE accedió, y el vasco Vicente Uribe Galdeano fue Ministro de Agricultura desde esta fecha hasta el final de la guerra, y Jesús Hernández Tomás fue Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, y en 1937 Ministro de Educación y Sanidad.

     El Partido Comunista hizo un cambio importante en su programa, y dijo que el objetivo primero era ganar la guerra, y después, se hablaría de hacer la revolución del proletariado. Según esto, organizó un ejército comunista que se llamó Quinto Regimiento de Milicias Populares, al cual se apuntaron unos 70.000 hombres y mujeres. Los combatientes elegían a sus mandos democráticamente en rangos inferiores. Además de entrenamiento militar, recibían clases de doctrina comunista. Los cuadros dirigentes eran personas formadas en el ejército profesional.

     Esta política tuvo doble consecuencia:

  Por una parte, el ejército del PCE no era el ejército de la República, y hubo enfrentamientos internos en el bando republicano, muy graves en un ejército en guerra civil.

  Por otro lado, CNT-FAI y POUM estuvieron en desacuerdo con el hecho de dejar la revolución para después, pues ellos pensaban que era prioritaria, y hubo ciertos enfrentamientos graves entre ellos y los comunistas.

     La mayoría de los socialistas y comunistas, no cayó en la trampa del fascismo, aunque algunos de ellos se habían integrado en esos sistemas. Pero esto no les sirvió a los grupos autodenominados de izquierdas[1] para lograr un acercamiento entre ellos, sino que hubo grandes escisiones al intentar tomar posturas diferentes de solución a los problemas económicos y sociales propuestos por la revolución industrial. No obstante, a sus sistemas les denominaron democracias, en este caso “democracias populares”, y también a veces “democracias reales”.


[1] Ortodoxamente, en una primera aproximación burda, la derecha es el grupo que se pone en defensa de los patronos, la empresa y el desarrollismo a cualquier precio, e izquierda es el que se pone en defensa de los obreros y los depauperados. Es una definición burda porque nunca un Gobierno va a estar nítidamente en una situación pura de estas dos. Derecha son los que creen que los derechos individuales están por encima de los sociales, e izquierda quienes, al contrario, creen que los derechos sociales están por delante de los individuales. Esta es una definición falsa, porque no hay manera de concretar qué derechos son puramente individuales y cuáles son netamente sociales, salvo en el lenguaje bífido de los políticos. Pero podemos encontrarnos con que alguien de un partido de derechas conceda derechos y mayores salarios a los obreros, y conceda derechos sociales, y lo contrario, que un partido llamado de izquierdas decida recortar salarios, en la modalidad de subir impuestos para determinadas “necesidades sociales”, y decida conceder derechos individuales. Al final, ningún sistema pude ser tachado de antemano como de derechas o de izquierdas, sino que cada persona y cada acto de Gobierno lo son, o no lo son. Decir que un partido es de izquierdas, o de derechas, es un eslogan publicitario la mayoría de las veces. Ejemplo: si un partido que quiere ser reconocido como de izquierdas, toma medidas de reparto de dinero entre los más pobres, o abaratamiento de precios, y aunque la medida no resulta sostenible, aparecerá como amigo de los pobres durante algunos años, mientras se consumen las reservas del Estado, pero resultará a largo plazo causante del hambre y la pobreza absoluta, a medio plazo, lo que significa que, o bien son uno ignorantes, o bien son de derechas, o bien, simplemente se han querido aprovechar de la ingenuidad de los pobres para ganarse unos puestos de trabajo bien remunerados. La norma de un estudioso de la historia, es desconfiar de quien repite muchas veces que es de izquierdas, pues seguramente lo dice porque necesita decirlo. Hoy, casi ningún intelectual utiliza los términos derechas e izquierdas, porque son imposibles de definir, excepto como una trampa para cazar inexpertos e ignorantes.

Post by Emilio Encinas

Emilio Encinas se licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca en 1972. Impartió clases en el IT Santo Domingo de El Ejido de Dalías el curso 1972-1973. Obtuvo la categoría de Profesor Agregado de Enseñanza Media en 1976. fue destinado al Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega en 1976-1979, y pasó al Instituto Santa Clara de Santander 1979-1992. Accedió a la condición de Catedrático de Geografía e Historia en 1992 y ejerció como tal en el Instituto Santa Clara hasta 2009. Fue Jefe de Departamento del Seminario de Geografía, Historia y Arte en 1998-2009.

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