EL GOBIERNO SILVELA A PARTIR DE ABRIL DE 1900.

Contenido esencial:

Los Ministerios Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas, y de Instrucción Pública y Bellas Artes; el catalanismo después de 1898; el final del regeneracionismo del XIX.

GOBIERNO SILVELA DE 18 DE ABRIL DE 1900

  Presidencia del Consejo: Francisco Silvela de le Vielleuze.

  Agricultura, Industria y Comercio y Obras Públicas: Rafael Gasset Chinchilla.

  Instrucción Pública y Bellas Artes: Antonio García Álix[1] / 6 de marzo de 1901: Álvaro de Figueroa y Torres.

  Gracia y Justicia: Francisco Javier González de Castejón y Elío, marqués de Vadillo[2].

  Estado: Ventura García-Sancho Ibarrondo, marqués de Aguilar de Campoo.

  Guerra: Marcelo Azcárraga Palmero / 18 octubre 1900: Arsenio Linares Pombo.

  Marina: Francisco Silvela de Le Vielleuze.

  Hacienda: Raimundo Fernández Villaverde marqués de Pozo Rubio / 6 julio 1900: Manuel Allendesalazar Muñoz de Salazar.

  Gobernación, Eduardo Dato Iradier.

              Cambios en los Ministerios.

     El 18 de abril de 1900 un Real Decreto eliminaba el Ministerio de Ultramar y el Ministerio de Fomento. El primero ya no se consideraba necesario para las muy pocas colonias que le quedaban a España.

Con las competencias de Fomento se creaban dos nuevos Ministerios: Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas, por un lado, e Instrucción Pública y Bellas Artes, por el otro.

El primer titular del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes fue Antonio García Alix, hasta 6 de marzo de 1901 en que fue sustituido por Álvaro de Figueroa y Torres. Este Ministerio estaría llamado a cambiar muchas veces de nombre: Ministerio de Instrucción Pública y Sanidad en la república de 1937, Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado en el bando nacional de 1936, Ministerio de Educación en 1938-1973, Ministerio de Educación y Universidad en 1968, Ministerio de Educación y Ciencia en 1973 y 1978, Ministerio de Educación Cultura y Deportes, etc. Esos muchos cambios de denominación indican la falta de ideas claras en el tema enseñanza, confundido casi siempre con educación, confundido con preparación para Universidad y mundo laboral, confundido con guardería de niños y jóvenes para que no molesten ni a los padres ni a los políticos, confundido con sistema de adoctrinamiento político y religioso… De hecho, el Ministerio nació en 1900 sin presupuesto, lo cual le hizo inoperante. Posteriormente evolucionará sin sentido de lo que se quería hacer, y siempre más al servicio del gobernante de turno que de intereses del alumno. Algunas veces a favor de los intereses del profesor, olvidando que la finalidad principal es el alumno. Los cambios de planes, serán la principal característica de este ministerio en lo sucesivo, y cada cambio de plan y de estructuración solía acarrear un cambio de denominación.

         El regeneracionismo de Silvela.

     Silvela se creía en la necesidad de hacer algo respecto a la Liga de Productores creada en Zaragoza el 20 de febrero de 1899. Silvela inició un proyecto regeneracionista desde el Gobierno. Los principales puntos de su regeneracionismo eran acabar con el caciquismo, y dedicar los esfuerzos del Estado a promover los intereses económicos de España. No era el regeneracionismo agrícola de Costa, ni el de las Cámaras de Comercio de Paraíso, sino un regeneracionismo más profundo, de las estructuras políticas del Estado.

     El Gobierno Silvela de 1900 significaba la percepción de la necesidad de cambio, la necesidad de acabar con la ficción política que era el sistema canovista. Este impulso se intentó en España hasta 1917 en lo que se vino a llamar regeneracionismo político.

Después de 1917 se llegará al convencimiento de que acabar con el caciquismo, el turno de partidos, la oligarquización, la tutela de la Iglesia y el militarismo, era una tarea imposible, y se tomaron medidas drásticas, a favor y en contra, como la dictadura de 1923, la república de 1931, la guerra civil de 1936 y la dictadura de Franco, apoyadas por caciques, clérigos y militares. Por ello, la primera mitad del siglo XX fue especialmente traumática en España.

         El catalanismo tras 1898.

     El desastre de 1898 influyó fuertemente en el catalanismo. Hasta 1892, el catalanismo era sólo un movimiento de clases medias sin demasiada influencia política. Los catalanistas eran, sí, ferozmente nacionalistas y reclamaban el máximo grado de autonomía sin conformarse con menos. Sostenían, en sus expresiones orales y escritas, la ambigüedad sobre el modo de entender la cuestión nacional, de forma que amenazaban al Estado de independentismo, a fin de ser lo más fuertes posible.

     Pero el desastre de 1898 era un problema fuerte para Cataluña, pues se habían perdido territorios que eran monopolio de su comercio exterior, y los catalanes se reforzaron en la idea de ser una identidad nacional diferente de Castilla y tener un destino diferente, es decir, no aceptaban que la derrota fuera de Cataluña, sino de España. Ellos podían regenerarse, pero al margen de España.

Afirmaron que Cataluña era una nación, y España sólo era un Estado. Es decir, que los catalanes tenían lazos reales de unidad, mientras los españoles sólo tenían compromisos políticos. Por ello, España se podía romper y reformular. “Castilla” significaba para ellos atraso cultural, económico y técnico, con el que no querían tener nada en común. Incluso se expresaban de forma racista imputando todos los defectos a los castellanos, y todas las virtudes a los catalanes (por ejemplo, se introdujeron tópicos como que, los toros serían una costumbre bárbara y anticuada de los castellanos, las criadas castellanas serían mentirosas y ladronas, los castellanos serían unos vagos comedores de garbanzos…). Y los inmigrantes eran calificados despectivamente de charnegos.

     Pero el catalanismo de 1898 era débil económica y políticamente. El punto más fuerte del catalanismo anterior a 1898 había sido la decisión de los curas católicos catalanes de expresarse en catalán, lo cual les daba mucha aceptación entre la gente. Después de 1898, la situación cambió por la decisión de la alta burguesía catalana de integrarse en el catalanismo.

La burguesía catalana había vivido feliz con Cánovas, que les brindaba proteccionismo y privilegios, y se oponía a los liberales que amenazaban con el librecambismo. Pero en 1898 perdieron el 20% de su mercado de exportación textil, y también el abastecimiento de azúcar y café para sus fábricas de azúcar y café tostado, y sus tiendas en el interior español. El desastre era tanto más considerable, cuando hacía poco, a mediados del XIX, habían perdido el lucrativo comercio de esclavos, base de muchas de las fortunas catalanas de primera mitad del XIX. En 1899, Villaverde amenazaba con poner un impuesto que afectaría a los burgueses, los que, como la antigua nobleza, siempre habían estado al amparo del proteccionismo estatal. Foment del Treball Nacional protestó y propuso como alternativa a los impuestos, disminuir los gastos militares y los de la burocracia estatal madrileña. Además pensaban que el Gobierno les podía proporcionar nuevos mercados que, excluidos los europeos que fabricaban a mejor calidad y menor precio, debían ser los sudamericanos y marroquíes.

     La verdadera solución al problema del subdesarrollo y de la pobreza, que sin duda era el desarrollo del mercado interno español mediante la elevación de los salarios reales de los trabajadores y bajada de precios de los artículos de consumo, era totalmente descartada por los industriales catalanes, y éstos encontraron aliados en los terratenientes castellanos y en los olivareros y bodegueros andaluces. Los empresarios catalanes tenían un elevado autoconcepto de ser emprendedores eficaces, e invitaban al resto de España a imitarles en ello.

     En diciembre de 1898, los empresarios decidieron iniciar la acción política para defensa de sus intereses y lo hicieron a través del movimiento catalanista. En ello estuvieron Prat de la Riba, Camilo García Polavieja y Lluis Doménech i Montaner (presidente de Unió Catalanista). Crearon La Veu de Catalunya (La Voz de Cataluña), un periódico que en adelante haría la competencia a La Renaixença (Renacimiento), que ya existía desde 1892 defendiendo el catalanismo. Aprovecharon que los tenderos y fabricantes catalanes estaban muy descontentos con motivo del “tancament de caixes” (cierre de comercios y de cuentas de las industrias):

El tancament había surgido ante la decisión del Gobierno de ponerles impuestos. Los tenderos decidieron el cierre de sus tiendas, a lo que los estudiantes acompañaron con el cierre de la Universidad. El Gobierno se incautó de algunas propiedades de los tenderos, y encarceló a otros, a fin de que cumplieran sus obligaciones fiscales. Este movimiento de 1899 no fue apoyado por los grandes burgueses, pero sí fue aprovechado para reforzar el nacionalismo.

     En 1899 se escindió Unión Catalana, pues Prat defendía la participación en las elecciones españolas y fundó Centro Nacional Catalán, que más tarde se uniría a Unión Regionalista para formar, en 1901, Lliga Regionalista.

     En mayo de 1900, Eduardo Dato visitó Cataluña, y los tenderos cerraron sus comercios en señal de protesta y silbaron el paso del Ministro de Gobernación, y cantaron a su paso Els Segadors (himno de los independentistas catalanes con significado de la máxima violencia: “bon cop de falç” (buen golpe de hoz) hace referencia a cortar el cuello de todos los castellanos, es decir, de todos los habitantes del resto de España). El Ministro impuso la ley marcial y cerró La Veu de Catalunya.

     En octubre de 1900 cayó Silvela, y se anunciaron elecciones para mayo de 1901. Los burgueses catalanes decidieron romper con el Partido Conservador, y aliarse a Unió para crear la Lliga Regionalista. Optaban por el regionalismo a costa de participar en los Gobiernos de Madrid. Lliga era leal al Estado español, pero quería un regionalismo catalán y reivindicaba un volkgeist catalán reconociendo la personalidad étnica de los catalanes. Decían que el modelo político español debía cambiar para asumir esta realidad catalana y las demás realidades nacionales españolas.

     El presidente de Lliga era el doctor Bartolomeu Robert. Participaban en Lliga profesionales e intelectuales, que formaban el ala izquierda, e industriales, terratenientes, tenderos, clero, carlistas y algunos conservadores, que integraban al ala derecha de Lliga. Eran líderes: Lluis Durán i Ventosa, Enric Prat de la Riba y Francésc Cambó Batlle.

     1901 fue un gran éxito para Lliga, pues sacaron 4 escaños en Barcelona, por sólo 2 los republicanos y 1 los monárquicos. El caciquismo, descaradamente practicado desde Madrid para evitarlo, no tuvo éxito, y los conservadores españolistas nunca más volverían a ser una opción política en Barcelona. En ese sentido, 1901 fue decisivo en la historia de Cataluña.

     Pero había surgido otro movimiento político en Barcelona a raíz de 1898 y era el republicanismo. Nicolás Salmerón había hecho propaganda republicana y había surgido Unión Republicana en 1901 en toda España. El jefe en Cataluña era Alejandro Lerroux. Éste hizo campaña entre los trabajadores industriales que perdían su trabajo debido a la crisis textil posterior a 1898, y acusaba a Lliga de ser el partido de los patronos y un partido más antipatriótico (contra España) que catalanista. El Gobierno de España cayó en el error de apoyar a Lerroux, con la idea de debilitar a Lliga. Lerroux no era un personaje moralmente aceptable, y por ello, era un error apoyarle.

         El final del regeneracionismo político.

En mayo de 1900, hubo cierre de tiendas y boicot a los impuestos, como pedía Paraíso. Paraíso les aseguró a sus seguidores que el Gobierno no podría soportar la presión, y caería a las primeras de cambio. Así pasaron dos meses. En julio, el Gobierno no había caído, ni daba muestras de derrumbarse. Fueron los tenderos los que se vinieron abajo tras dos meses de no ingresar dinero.

Durante el periodo de mayo a julio de 1900, habían ocurrido muchas cosas que los regeneracionistas no esperaban: Costa dimitió como miembro del Directorio de Unión Nacional, y una vez transcurrido este acontecimiento, los tenderos se desinflaron, se fueron de Unión Nacional, y este grupo político desapareció en el verano de 1900.

Quedaba sólo Paraíso, el cual en 1901 presentó candidatos en las elecciones a Diputados, pero Unión Nacional no le siguió, dejó de creer en él, y el proyecto regeneracionista fue un fracaso.

Costa se hizo republicano en 1903 y, en 1904 se retiró al pueblo de Graus dando muestras de desequilibrios mentales.

El regeneracionismo típico de final del XIX, había desaparecido. A partir de entonces, surgieron otros tipos de regeneracionismo.

         Caída del Gobierno Silvela.

     En octubre de 1900 dimitió Silvela por discrepancias de los miembros de su propio partido, de los conservadores, pues los empresarios se veían muy afectados por los nuevos impuestos y las nuevas leyes laborales.

Silvela se oponía al matrimonio de la Infanta María de las Mercedes de Borbón Sajonia Coburgo, con Carlos de Borbón y Borbón conde de Caserta, hijo de un general carlista. Eso tampoco le hacía simpático a la Reina Regente.


[1] Antonio García Alix, 1852-1911, se convirtió así en el primer titular de este Ministerio. Sería Ministro de Gobernación en 1903, y de Hacienda en 1905.

[2] Francisco Javier González de Castejón y Elío, marqués de Vadillo, 1848-1914 fue ministro de Gracia y Justicia en abril de 1900, de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas en diciembre de 1902, de Gracia y Justicia en octubre de 1913, de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas en enero de 1905 y de Gobernación en diciembre de 1904.

Post by Emilio Encinas

Emilio Encinas se licenció en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca en 1972. Impartió clases en el IT Santo Domingo de El Ejido de Dalías el curso 1972-1973. Obtuvo la categoría de Profesor Agregado de Enseñanza Media en 1976. fue destinado al Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega en 1976-1979, y pasó al Instituto Santa Clara de Santander 1979-1992. Accedió a la condición de Catedrático de Geografía e Historia en 1992 y ejerció como tal en el Instituto Santa Clara hasta 2009. Fue Jefe de Departamento del Seminario de Geografía, Historia y Arte en 1998-2009.

Leave a Reply